La ciencia: una apuesta fuerte del kirchnerismo

La revista especializada The Economist hizo un relevamiento de las principales medidas orientadas a la promoción científica del gobierno kirchnerista. Concluyó, de manera positiva, que la inversión y la repatriación de científicos han sido políticas de Estado coherentes pero se pregunta si el esfuerzo de los contribuyentes tendrá un efecto sobre el sector productivo privado.

3 noviembre, 2011

<p>Sin duda el sector académico se ha beneficiado pero el comercial también. Los esfuerzos conjuntos entre privados y estatales para crear mejoras en el sector agrícola han favorecido a la industria. Que el Estado se haga cargo del costo de las patentes en otros países ha sido bien recibido. Estas medidas no tienen las salpicaduras de corrupción de otros proyectos del gobierno.</p>
<p>Dicho esto, la pregunta persiste: ¿este aumento en la inversión, este estimulo a la ciencia y la industria, podrá hacer de Argentina un polo de alta tecnología? Está es la pregunta que también se hace <em>The Economist</em> y que en parte se responde de manera negativa. Aunque los resultados han sido concretos en el ámbito académico y ciertas industrias se han beneficiado con innovación tecnológica, no hay en la comunidad científica verdaderas intenciones de “ensuciarse las manos” con la industria. Y es reciproco: que el 44% de la inversión en investigación y desarrollo provenga del sector estatal marca también una inacción por parte de empresas y laboratorios.</p>
<p>Aunque esta tendencia puede cambiar – <em>The Economist </em>se apura a aclarar que esta actitud fue la misma que tenían los científicos británicos en los 80 respecto al sector privado- la Argentina ha hecho bien en dar el primer paso. Lo que se necesita, argumentan, es que estas políticas se mantengan en el tiempo para poder ver resultados a largo plazo. Y continuar con estrategias largoplacistas no es una especialidad argentina, después de todo. <br />
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<p>En las publicidades previas a la contienda electoral del 23 de octubre, el lema &ldquo;Fuerza Cristina&rdquo; son&oacute; fuerte en radios y televisores. En las publicidades se pod&iacute;an apreciar los testimonios de los sectores m&aacute;s beneficiados por las pol&iacute;ticas de inclusi&oacute;n del gobierno en los &uacute;ltimos 8 a&ntilde;os: un deportista amateur, una anciana humilde, una nieta recuperada y una cient&iacute;fica repatriada. En el cl&iacute;max de la carrera electoral fueron pocos los que hicieron foco en este &uacute;ltimo punto. Y es que la inversi&oacute;n en ciencia es una de las apuestas fuertes del kirchnerismo y as&iacute; lo estim&oacute; tambi&eacute;n la revista&nbsp; <em>The Economist.<br />
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</em>Estas pol&iacute;ticas de Estado de estimulo a la ciencia tienen que ver con un modelo m&aacute;s amplio de producci&oacute;n: quieren estimular una industria de alta tecnolog&iacute;a en el pa&iacute;s. Para eso se valieron de un aumento en la inversi&oacute;n que fue de 0,41% del PBI en 2003, cuando asumi&oacute; N&eacute;stor Kirchner, a 0,64% en 2009. Esto es, despu&eacute;s de todo, un avance: desde 1984 que nuestro pa&iacute;s no tiene un premio Nobel y esto se debe, en parte, a los cortes en el gasto p&uacute;blico que fueron moneda corriente en los 90. Muchos cient&iacute;ficos decidieron exiliarse y el talento joven se decid&iacute;a por otras carreras m&aacute;s redituables.</p>
<p>Las actuales pol&iacute;ticas significaron un aumento en los salarios de investigadores y reducciones de impuestos para compa&ntilde;&iacute;as que se dediquen a la tecnolog&iacute;a software; tambi&eacute;n se liberaron fondos en forma de pr&eacute;stamos para empresas focalizadas en la creaci&oacute;n de nuevos productos de TI. El punto fundamental de este proceso fue la creaci&oacute;n de un Ministerio de Ciencia, Tecnolog&iacute;a e Innovaci&oacute;n Productiva a cargo del respetado bi&oacute;logo Lino Bara&ntilde;ao.</p>
<p>Fueron muchos los esc&eacute;pticos entre la oposici&oacute;n y la opini&oacute;n p&uacute;blica. Pensaron que era una estrategia de marketing pol&iacute;tico, un plan de lobistas para recibir subsidios injustificados. En s&iacute;ntesis, dinero perdido. Pero las cifras hablan por si mismas: con la ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el Estado repatri&oacute; a 854 cient&iacute;ficos y provey&oacute; los medios necesarios para que se muden con sus familias. Lo m&aacute;s importante: facilit&oacute; laboratorios para que contin&uacute;en sus investigaciones. <em>The Economist </em>publica que, como consecuencia, la cantidad de investigaciones publicadas en medios cient&iacute;ficos subi&oacute; de 30 a 179 en la &uacute;ltima d&eacute;cada.</p>
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