Ante los impresionantes avances de las máquinas en reconocimiento de imágenes y comprensión de lenguaje sumadas a la capacidad de analizar una increíble cantidad de datos en un minuto, los investigadores en biomedicina comienzan a preguntarse si no podrán transformar también la tarea de descubrir drogas nuevas.
El descubrimiento de drogas es increíblemente caro y muchas veces frustrante. Los químicos deben imaginar qué compuestos podrían conformar una buena droga usando sus conocimientos sobre cómo la estructura de una molécula afecta sus propiedades. Plantean hipótesis, realizan infinidad de tests, muchos de los cuales terminan en fracasos.
Si logra acelerar todo ese proceso, deep learning podría ofrecer muchas más oportunidades para que exploren los expertos químicos y aceleraría notablemente el descubrimiento de nuevos medicamentos.
En un documento publicado recientemente por economistas del MIT, Harvard y Boston University, plantean que el mayor impacto de IA podría provenir de su potencial como un “nuevo método de invención ” que en última instancia modifique la naturaleza del proceso de innovación y de la organización de I&D.