¿Qué son US$ 1.495 cuando se tiene paz mental? Eso deben pensar muchas mujeres y hombres que, alterados por la voragine de la vida cotidiana, toman malas decisiones alimenticias todas las noches: hoy delivery, mañana salchichas con puré, pasado un sanguche y papas de paquete. Por suerte dos ingenieros ex Apple pusieron manos a la obra y diseñaron el primer horno inteligente en serio.
Se llama June, como junio en inglés, y ya se lo puede pre-ordenar desde su sitio web para que llegue, calentito y como nuevo, a principios de 2016. ¿Qué logra este hornito eléctrico con nombre de estación? Bastantes cosas.
Si hablamos de lo estrictamente gastronómico, una de las mejores cosas de June es que no necesita tiempo para pre-calentarse: en segundos uno puede tomar la decisión de hornear, por decir algo, galletitas con chips de chocolate, y el horno está listo para que salgan gorditas y no duras y chatas.
Pero si nos enfocamos en la tecnología, June es una computadora en serio. Tiene una pantalla de 5 pulgadas en HD para mostrar todos los datos de la comida que se cocina adentro (elección de plato, tiempo de cocción, alertas, temperatura) y un procesador Nvidia Tegra K1 quad-core para poder procesar la info y después mandarla, via wifi, al celular del chef.
Porque de eso se trata: hacer de la experiencia culinaria algo menos tedioso para quienes consideran que pelar una cebolla está entre las tragedias de esta vida. En principio, su cámara resistente al calor permite dos cosas: primero identificar qué se está cocinando y ofrecer tiempos
de cocción para dejar la comida en su punto justo y, segundo, permite filmar en tiempo real la
comida y romper así las cadenas de esclavitud que atan a los humanos a los hornos. Ya no será necesario levantarse cada cinco minutos para chequear cómo progresa la cosa sino, mucho mejor, se recibirán alertas a medida que el tiempo de cocción transcurre.
Por ahora habrá que esperar para probarlo porque los primeros prototipos se enviarán en la segunda mitad de año a quienes lo compren por Internet ahora; para la mayoría habrá que esperar al año que viene.