<p>En los años 80 y 90 la posibilidad de convertir el hidrógeno en energía renovable alimentaba las fantasías de los ambientalistas y los empresarios por igual. Su uso potencial en autos y en otros dispositivos podía ser revolucionario. Después de todo convertir hidrógeno en electricidad sería una tarea relativamente “verde”: no habría emisiones por las cuales preocuparse, sólo un poco de vapor de agua. <br />
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Fue por esos años que Geoffrey Ballard creó el término “Hydricity”: la fusión perfecta entre hidrogeno y electricidad. El proceso descripto por Ballard usaba electricidad para dividir las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno, reservándose el hidrógeno para convertirlo en energía. Este sistema reversible podría ser especialmente útil en la industria automotriz, especialmente en autos híbridos o eléctricos cuyas únicas opciones al petróleo son los paneles solares o los molinos que funcionan con intermitencias. <br />
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Con Obama la posibilidad de que estos sueños se convirtiesen en realidad aumentaron. Quería “reducir 80% de las emisiones de dióxido de carbono para mitad de siglo”. Sin embargo sus esfuerzos para estimular industrias de energía alternativa fueron bastante pobres. De hecho, cortaron financiamiento para esta fuente de energía por considerarla demasiado cara e ineficiente.</p>
<p>Pero el problema no es solo de financiamiento. Hay que encontrar una manera de conservar el hidrógeno. Y también una manera de crearlo. El hidrógeno no existe en la naturaleza en estado independiente. Siempre está atado a moléculas de oxígeno (agua), hidrocarburos (gas) o azúcares. Para ser eficiente, necesita despegarse. Sólo de esta manera puede funcionar como depósito de energía.</p>
<p>La manera más fácil de lograr esto es separándolo de las moléculas que forman el gas, que son carbonos complejos, y convertirlo en dióxido de carbono y moléculas de hidrógeno. Esto, por supuesto, no es muy bueno para el medio ambiente. <br />
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Con el desarrollo de mejores métodos es posible que los científicos encuentren una manera de separar al hidrógeno del agua y liberar oxígeno, en vez de dióxido de carbono, a la atmósfera. <br />
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Sin el apoyo del gobierno, la posibilidad de producir productos competitivos es cada vez menor. No hay acuerdo todavía sobre las ventajas de este sistema con respecto a los requerimientos, pero los inconvenientes con que tropiezan otras fuentes alternativas de energía podrían darle paso a la utopía del “hydrocity” después de todo.</p>
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Hydricity: hidrógeno y electricidad como fuente de energía renovable
Aunque por décadas el hidrógeno cayó en desgracia como fuente de energía alternativa, su uso combinado con electricidad hydricity- podría ser de utilidad en varias industrias.