Google y su Nexus One: ¿un cambio copernicano?
Días atrás, Google presentaba entre bombos y platillos el superteléfono Nexus One. Basado en Android, sistema operativo propio, este elegante celular integra servicios como el atlas virtual Google Earth y otras prestaciones de imagen.
21 enero, 2010
<p>“Hasta cierto punto –señala a <em>Knowledge@Wharton </em>Andrew Rubin, ejecutivo de la compañía-, la mezcla de <em>software</em> de la marca y un procesador veloz implica una nueva categoría de teléfonos, tan potente como las computadoras portátiles de hace tres o cuatro años”. La novedad incluye una tecnología para reconocer voz en mensajes hablados y correos electrónicos. También ofrece una interfaz tridimensional. <br />
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El espectacular lanzamiento fue, no obstante, eclipsado por el conflicto entre Google y China. Sin embargo, este intento de replantear pautas en negocio inalámbrico dista de haber quedado inadvertido pues, aparte, la empresa abrió un canal minorista para vender el Nexus One. O sea, independientemente de los proveedores habituales que funcionan como accesos en el modelo convencional. <br />
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La meta es clara: tirar abajo obstáculos a la distribución y colocar el celular directamente entre usuarios. Vía web puede adquirirse el aparato por US$ 530 pero, asimismo, por US$ 180 el Nexus One se compra asociado a un contrato bienal con T-Mobile. Entretanto, Google proyecta ampliar los alcances de su canal minorista sin intermediarios. <br />
Al margen de la guerra con Beijing, la felicidad duró poco. Pronto, se desencadenó una lluvia de quejas contra el servicio al cliente, desde cobertura inalámbrica hasta pantallas sin teclas que no permiten tipear mensajes, pilas de duración efímera y alto precios de retornos. Para peor, los usuarios sólo pueden comunicarse con la firma a través de “foros en línea”, no de agentes físicos.<br />
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“Cuando una organización es completamente virtual y, súbitamente, decide vender productos tangibles en directo, se encuentra con problemas”, apunta Serge Natessine, de la escuela Wharton. “Parece sin duda atractivo librarse de intermediarios, pero resulta inevitable que el cliente rebote y reclame”.<br />
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Pese a un estreno accidentado, Nexus One podría tornarse exitoso a largo plazo. Las cuestiones básicas son dos: ¿podrá Google alterar el contexto económico de un sector donde el transportador inalámbrico dicta la selección de dispositivos que el público compra? ¿el usuario, querrá pagar extra por librarse de intermediarios? <br />
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