Google lanza un desafío total: software también gratis
En un ataque contra Microsoft, IBM y otros competidores, el megamotor de búsquedas juega una carta brava. Desde Google city, sus fundadores Serge Brin y Lawrence Page quieren ser los William Gates del futuro.
Para la compañía, se trata de un reto directo a los “venerables” gigantes del software (Microsoft-MSN) y del hardware, International Business Machines. El lunes, los “enfants terribles” pusieron en plaza un paquete de aplicaciones –“Google apps”- destinados esencialmente a empresas, escuelas y otras organizaciones. Ofrece desde escritura y cálculo hasta construcción de páginas web. Para acceder gratis, bastará bajarlo directamente del sitio societario. Hacia fin de año aparecerá la versión rentada. Vale decir, sin mensajes publicitarios.
La cosa no termina ahí. Google anunció un acuerdo con eBay, el portal de subastas, análogo al subscripto entre éste y Yahoo, el motor de búsquedas rival. El convenio permite a ambas firmas integrar sus propios sistemas de comunicaciones, lo cual implica una “triple alianza” Google-eBay-Yahoo. Por supuesto, casi nadie fue tomado de sorpresa, porque la iniciativa de Brin-Page estás en la naturaleza de las cosas y acelera un contexto de competencia cuyo colorario es todavía imposible de prever.
Cabe consignar que este paquete surge justamente mientras Microsoft pone a punto la nueva, demorada versión del paquete Office, su mayor fuente de rentabilidad, y se apresta a presentar el sistema operativo Vista, sucesor de Windows XP. Pero David Girouard, director operativo de Google, acaba de decirlo claramente: “Nuestro paquete no quiere ser apenas una opción a Microsoft, sino substituirlo. Es más sencillo de usar y no obliga a las empresas a instalar sus propios sistemas informáticos”.
Mes tras mes, Google abandona el papel de tercero en discordia entre los gigantes “tradicionales” de la tecnología y busca sacarles mercados o segmentos. Los nuevos servicios “clic a clic” venden cualquier cosa y les basta una llamada telefónica vía Googl o Skype. El problema del momento es qué hará Ray Ozzie –eventual sucesor de Gates en Microsoft- para sacar otro conejo de la galera.
Para la compañía, se trata de un reto directo a los “venerables” gigantes del software (Microsoft-MSN) y del hardware, International Business Machines. El lunes, los “enfants terribles” pusieron en plaza un paquete de aplicaciones –“Google apps”- destinados esencialmente a empresas, escuelas y otras organizaciones. Ofrece desde escritura y cálculo hasta construcción de páginas web. Para acceder gratis, bastará bajarlo directamente del sitio societario. Hacia fin de año aparecerá la versión rentada. Vale decir, sin mensajes publicitarios.
La cosa no termina ahí. Google anunció un acuerdo con eBay, el portal de subastas, análogo al subscripto entre éste y Yahoo, el motor de búsquedas rival. El convenio permite a ambas firmas integrar sus propios sistemas de comunicaciones, lo cual implica una “triple alianza” Google-eBay-Yahoo. Por supuesto, casi nadie fue tomado de sorpresa, porque la iniciativa de Brin-Page estás en la naturaleza de las cosas y acelera un contexto de competencia cuyo colorario es todavía imposible de prever.
Cabe consignar que este paquete surge justamente mientras Microsoft pone a punto la nueva, demorada versión del paquete Office, su mayor fuente de rentabilidad, y se apresta a presentar el sistema operativo Vista, sucesor de Windows XP. Pero David Girouard, director operativo de Google, acaba de decirlo claramente: “Nuestro paquete no quiere ser apenas una opción a Microsoft, sino substituirlo. Es más sencillo de usar y no obliga a las empresas a instalar sus propios sistemas informáticos”.
Mes tras mes, Google abandona el papel de tercero en discordia entre los gigantes “tradicionales” de la tecnología y busca sacarles mercados o segmentos. Los nuevos servicios “clic a clic” venden cualquier cosa y les basta una llamada telefónica vía Googl o Skype. El problema del momento es qué hará Ray Ozzie –eventual sucesor de Gates en Microsoft- para sacar otro conejo de la galera.
