Francia dará cuatro licencias de UMTS

Con esa concesión de telefonía móvil de tercera generación, el gobierno espera obtener US$ 18.425 millones, más que España pero menos que el Reino Unido.

6 junio, 2000

(EFE).- El gobierno francés recurrirá al procedimiento de selección de candidaturas para conceder cuatro licencias de telefonía móvil de tercera generación (UMTS), que le reportarán 19.812 millones de euros (US$ 18.425 millones), anunció hoy (martes 6) el ministro de Economía y Finanzas, Laurent Fabius.

Con este procedimiento, presentado por Fabius ante los diputados, se excluye el recurso de la subasta, hipótesis barajada desde que se pusiera en práctica en el Reino Unido, donde permitió al Estado ingresar US$ 38.500 millones.

Pero a la vista de esa experiencia, el Ejecutivo francés modificó sus planes iniciales y no quiso renunciar a que la atribución tenga repercusiones financieras para las cuentas públicas.

Así el ministro subrayó que el peaje fijado “es superior al obtenido por los procedimientos español y escandinavo, pero inferior a la experiencia británica, habida cuenta de la particular la cobertura del territorio, la duración de las licencias y el equilibrio deseado para los consumidores y los industriales”.

“Nos pareció que era deseable que el procedimiento recomendado por la Autoridad de Regulación de las Telecomunicaciones (ART) fuera escogido”, dijo en alusión a la oposición manifestada por este órgano a la subasta.

Una decisión contraria a la ART habría obligado al gobierno a legislar, con lo que corría el riesgo de desencadenar un debate en el que se enfrentaran los miembros de la mayoría.

Fabius explicó que cada uno de los operadores tendrá que abonar 4.953 millones de euros (US$ 4.606 millones), la mitad de ellos en los dos primeros años de la concesión (2001 y 2002), y el otro 50% en los 13 años restantes de la licencia.

Precisó que el grueso del dinero recaudado se destinará al fondo de reserva para las pensiones, creado para asegurar el equilibrio del sistema público, y el resto podría dedicarse a reducir el déficit presupuestario, aunque no se ha tomado una decisión definitiva.

Entre los argumentos esgrimidos estos últimos días por miembros de la mayoría gubernamental en favor de un procedimiento mixto que combinara la selección discrecional de los candidatos por el Gobierno y un peaje elevado para los escogidos estuvo la salvaguarda de los intereses de las tres compañías francesas que explotan la red de telefonía móvil GSM.

France Telecom, que compró el operador británico de móviles Orange por más de 43.100 millones de euros (US$ 40.083 millones) –a los que tendrá que añadir 6.200 millones (US$ 5.766 millones) para pagar su licencia UMTS en el Reino Unido–, habría visto comprometida su expansión internacional con una subasta que habría implicado un desembolso más importante de los 4.953 millones (US$ 4.606 millones) fijados por el gobierno.

En cuanto a los otros dos operadores, SFR (filial de Vivendi) y Bouygues Telecom, la subasta amenazaba con dejar fuera de juego a alguno de ellos y por consecuencia desaparecer, ya que no tienen los medios financieros suficientes para desarrollarse en otros mercados europeos.

(EFE).- El gobierno francés recurrirá al procedimiento de selección de candidaturas para conceder cuatro licencias de telefonía móvil de tercera generación (UMTS), que le reportarán 19.812 millones de euros (US$ 18.425 millones), anunció hoy (martes 6) el ministro de Economía y Finanzas, Laurent Fabius.

Con este procedimiento, presentado por Fabius ante los diputados, se excluye el recurso de la subasta, hipótesis barajada desde que se pusiera en práctica en el Reino Unido, donde permitió al Estado ingresar US$ 38.500 millones.

Pero a la vista de esa experiencia, el Ejecutivo francés modificó sus planes iniciales y no quiso renunciar a que la atribución tenga repercusiones financieras para las cuentas públicas.

Así el ministro subrayó que el peaje fijado “es superior al obtenido por los procedimientos español y escandinavo, pero inferior a la experiencia británica, habida cuenta de la particular la cobertura del territorio, la duración de las licencias y el equilibrio deseado para los consumidores y los industriales”.

“Nos pareció que era deseable que el procedimiento recomendado por la Autoridad de Regulación de las Telecomunicaciones (ART) fuera escogido”, dijo en alusión a la oposición manifestada por este órgano a la subasta.

Una decisión contraria a la ART habría obligado al gobierno a legislar, con lo que corría el riesgo de desencadenar un debate en el que se enfrentaran los miembros de la mayoría.

Fabius explicó que cada uno de los operadores tendrá que abonar 4.953 millones de euros (US$ 4.606 millones), la mitad de ellos en los dos primeros años de la concesión (2001 y 2002), y el otro 50% en los 13 años restantes de la licencia.

Precisó que el grueso del dinero recaudado se destinará al fondo de reserva para las pensiones, creado para asegurar el equilibrio del sistema público, y el resto podría dedicarse a reducir el déficit presupuestario, aunque no se ha tomado una decisión definitiva.

Entre los argumentos esgrimidos estos últimos días por miembros de la mayoría gubernamental en favor de un procedimiento mixto que combinara la selección discrecional de los candidatos por el Gobierno y un peaje elevado para los escogidos estuvo la salvaguarda de los intereses de las tres compañías francesas que explotan la red de telefonía móvil GSM.

France Telecom, que compró el operador británico de móviles Orange por más de 43.100 millones de euros (US$ 40.083 millones) –a los que tendrá que añadir 6.200 millones (US$ 5.766 millones) para pagar su licencia UMTS en el Reino Unido–, habría visto comprometida su expansión internacional con una subasta que habría implicado un desembolso más importante de los 4.953 millones (US$ 4.606 millones) fijados por el gobierno.

En cuanto a los otros dos operadores, SFR (filial de Vivendi) y Bouygues Telecom, la subasta amenazaba con dejar fuera de juego a alguno de ellos y por consecuencia desaparecer, ya que no tienen los medios financieros suficientes para desarrollarse en otros mercados europeos.

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