<p>Detalles del pacto, entre otras cosas, señalan que GS y DST valúan ese activo en alrededor de US$ 50.000 millones. Vale decir, cinco veces los 10.000 millones estimados hace año y medio por JPMorgan Chase, Thomson Financial y WSJ Market Data Group.<br />
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Ahora, si la cifra en danza es cierta –algunos expertos dudan-, la lista de superjugadores virtuales incluye Google (US$ 193.250 millones), Amazon (81.900 millones), Facebook misma (50.000 millones,) eBay (37.450 millones) y Yahoo (22.600 millones). En lo tocante a ingresos, el orden varía en un solo caso: US$ 25.640 millones, 34.150 millones, 2.000 millones (Facebook), 9.240 millones y 4.720 millones. Como se ve, la relación capitalización/ventas de Facebook es muy desigual. <br />
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A partir de hoy, los clientes de GS y DST podrán tomar papeles, con dos condiciones: una compra mínima de dos millones de dólares y comprometerse a no revender a terceros hasta el 3 de enero de 2013. No obstante, las autoridades reguladoras tienen sus sospechas y han abierto investigaciones sobre Facebook y otras que aún no ingresan a bolsa.<br />
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Por ejemplo, SecondMarket, que conecta compradores con vendedores de títulos todavía fuera de mercado, reveló haber recibido el jueves un pedido de informes al respecto de GS, DST y Facebook. ¿Quién lo formulaba? Nadie menos que la Securities & Exchange Commission, o sea la comisión federal de valores. La firma señaló que la misiva se relacionaba con fondos de inversión extrabursátiles –uno es DST- especializados en adquirir acciones de compañías no cotizantes en forma pública.<br />
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<p>Según el acuerdo de marras, GS aportará US$ 450 millones y 50 millones los rusos. No obstante, después la banca norteamericana revenderá US$ 75 millones de su parte a DST, quedando con US$ 375 millones en el negocio. En ese momento, DST tendrá US$ 900 millones colocados en Facebook.<br />
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Este tipo de inversión subraya cómo actúa una nueva camada de firmas en Internet, que toman capital para dilatar el ingreso a bolsa. Hace unos diez años, salir a Wall Street era un símbolo de prestigio en Silicon Valley, pero hoy Twitter, Facebook o Groupon integran un elenco capaz de recaudar elevadas sumas, gracias a inversores que les permiten continuar ajenas a la bolsa. Es lo que la jerga del oficio llama, contradictoriamente, “compañías privadas”.<br />
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Analistas como Benjamin Horowitz sostienen que “los incentivos para ir a bolsa se reducen, en tanto aumentan los problemas por hacerlo Comparado con los años 90, cuando todos trataban de subirse a algún panel –el Nasdaq, en particular-, el peligroso auge de los fondos de cobertura, esto es derivados, da alas a las empresas. Pero es preciso ser cautos, aunque medien pesos pesados como Goldman Sachs”.<br />
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En otro plano, todavía no queda claro qué hará Facebook –representa una masa de 500 millones de usuarios- con el nuevo capital. La compañía ya ha estado expandiéndose. A noviembre, contaba con 1.700 empleados, 70% más que un año antes. Entretanto, ejecutivos de la firma virtual admiten que estudian comprar más de diez empresas este año.</p>