Existen formas no traumáticas de desarrollar células madres

Una compañía norteamericana encontró maneras de crear células a partir de embriones humanos, sin dañarlos. Así se anunció días atrás. Se estima que la técnica superará objeciones éticas u obsesivas, como las de George W.Bush y su entorno.

30 agosto, 2006

Ese mismo tipo de reparos, más presiones del “cinturón bíblico” en Estados o la Iglesia católica romana en otras partes, traba el financiamiento de investigaciones biogenéticas. La firma californiana Advanced Cell Technology ha desarrollado métodos capaces de neutralizar el debate sobre células madres y sus nexos con la destrucción de embriones humanos.

“A los ojos de la gente más racional, nuestro sistema elimina objeciones éticas razonables”, sostiene Roberto Lanza, director científico de la compañía. En realidad, luego la Casa Blanca se manifestó alentada por el hallazgo y el propio Bush admitió que merecía seguirse el tema con atención.

En julio, el primer mandatario había vetado el aumento de fondos federales para trabajos sobre células madres y embriones humanos. Su argumento era flojo, pues señalaba que “los contribuyentes norteamericanos que no aprueban esas investigaciones estarían financiándolas”. No es tan delicado el gobierno cuando se trata de repartir cuantiosos subsidios a petroleras que operan en el golfo de Méjico.

No obstante, grupos evangélicos y de presión creen que las técnicas anunciadas no resolverán problemas éticos ni políticos que dividen al país desde años. Por cierto, esa división es entre una amplia mayoría laica y una minoría religiosa. A criterio de Lanza, “nuestro método contempla las preocupaciones de bastante senadores y diputados como para dar vuelta el veto presidencial”.

Ese mismo tipo de reparos, más presiones del “cinturón bíblico” en Estados o la Iglesia católica romana en otras partes, traba el financiamiento de investigaciones biogenéticas. La firma californiana Advanced Cell Technology ha desarrollado métodos capaces de neutralizar el debate sobre células madres y sus nexos con la destrucción de embriones humanos.

“A los ojos de la gente más racional, nuestro sistema elimina objeciones éticas razonables”, sostiene Roberto Lanza, director científico de la compañía. En realidad, luego la Casa Blanca se manifestó alentada por el hallazgo y el propio Bush admitió que merecía seguirse el tema con atención.

En julio, el primer mandatario había vetado el aumento de fondos federales para trabajos sobre células madres y embriones humanos. Su argumento era flojo, pues señalaba que “los contribuyentes norteamericanos que no aprueban esas investigaciones estarían financiándolas”. No es tan delicado el gobierno cuando se trata de repartir cuantiosos subsidios a petroleras que operan en el golfo de Méjico.

No obstante, grupos evangélicos y de presión creen que las técnicas anunciadas no resolverán problemas éticos ni políticos que dividen al país desde años. Por cierto, esa división es entre una amplia mayoría laica y una minoría religiosa. A criterio de Lanza, “nuestro método contempla las preocupaciones de bastante senadores y diputados como para dar vuelta el veto presidencial”.

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