Esperanza para problemas cardíacos

Un grupo de investigadores canadienses logró desarrollar el músculo cardíaco incorporando células de la médula ósea. Las proteínas de las células medulares podrían replicar las funciones de las del corazón.

13 noviembre, 2000

(EFE).- Investigadores canadienses han descubierto un procedimiento que permite desarrollar músculo cardíaco a partir de médula ósea abriendo la puerta a técnicas para la regeneración del corazón tras ataques cardíacos.

La técnica desarrollada por científicos de la Universidad McGill de Montreal supone el uso de células troncales stem de la médula ósea inyectadas directamente en el corazón.

Las células se transforman en células musculares cardíacas replicando el proceso que se produce en la etapa embrional.

De momento, el experimento -cuyos resultados fueron dados a conocer el domingo durante unas sesiones de la Asociación Americana Cardiaca en Nueva Orleáns- sólo se ha realizado con ratas de laboratorio.

Los investigadores, encabezados por el doctor Ray Chiu, proporcionaron a 22 ratas con daños cardiacos una inyección de sus propias células medulares, que anteriormente habían sido tratadas químicamente con material fluorescente para poder seguir su desarrollo.

Las células sobrevivieron el injerto y se transformaron en células musculares cardíacas que contenían proteínas del corazón que les permiten latir al mismo tiempo que el resto del músculo cardiaco.

Los investigadores canadienses consideran que la técnica tiene un futuro muy esperanzador entre humanos.

Los fallos cardíacos se producen por la muerte de células musculares del corazón, impidiendo a este órgano realizar correctamente su función de bombeo del flujo sanguíneo por todo el cuerpo.

La muerte celular puede a su vez ser consecuencia de ataques cardíacos, infecciones víricas o defectos genéticos.

La técnica utilizada por los investigadores canadienses evita el dilema ético que ha despertado recientemente el creciente uso de células troncales stem para una amplia variedad de técnicas médicas.

Mientras que en la mayoría de los casos las células proceden de embriones humanos -lo que impide su desarrollo como fetos-, los científicos de McGill utilizan células tomadas de la médula ósea del propio individuo.

(EFE).- Investigadores canadienses han descubierto un procedimiento que permite desarrollar músculo cardíaco a partir de médula ósea abriendo la puerta a técnicas para la regeneración del corazón tras ataques cardíacos.

La técnica desarrollada por científicos de la Universidad McGill de Montreal supone el uso de células troncales stem de la médula ósea inyectadas directamente en el corazón.

Las células se transforman en células musculares cardíacas replicando el proceso que se produce en la etapa embrional.

De momento, el experimento -cuyos resultados fueron dados a conocer el domingo durante unas sesiones de la Asociación Americana Cardiaca en Nueva Orleáns- sólo se ha realizado con ratas de laboratorio.

Los investigadores, encabezados por el doctor Ray Chiu, proporcionaron a 22 ratas con daños cardiacos una inyección de sus propias células medulares, que anteriormente habían sido tratadas químicamente con material fluorescente para poder seguir su desarrollo.

Las células sobrevivieron el injerto y se transformaron en células musculares cardíacas que contenían proteínas del corazón que les permiten latir al mismo tiempo que el resto del músculo cardiaco.

Los investigadores canadienses consideran que la técnica tiene un futuro muy esperanzador entre humanos.

Los fallos cardíacos se producen por la muerte de células musculares del corazón, impidiendo a este órgano realizar correctamente su función de bombeo del flujo sanguíneo por todo el cuerpo.

La muerte celular puede a su vez ser consecuencia de ataques cardíacos, infecciones víricas o defectos genéticos.

La técnica utilizada por los investigadores canadienses evita el dilema ético que ha despertado recientemente el creciente uso de células troncales stem para una amplia variedad de técnicas médicas.

Mientras que en la mayoría de los casos las células proceden de embriones humanos -lo que impide su desarrollo como fetos-, los científicos de McGill utilizan células tomadas de la médula ósea del propio individuo.

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