Por Nancy Avella*
Durante la última década la tecnología ha transformado todos los aspectos de nuestras vidas y se ha incorporado en ámbitos antes impensados. La variada oferta de equipos, prestaciones y precios disponibles en el mercado local e internacional y el uso cotidiano de Internet generaron un cambio a escala laboral, hogareña y, de manera significativa, en la educación.
Lejos quedaron los tiempos en los que se acudía a la biblioteca de la escuela o a las diversas enciclopedias familiares para consultar un material específico. En la actualidad, la computadora superó el rol de equipo de esparcimiento y juego para convertirse en una herramienta de contacto con amigos, trabajo colaborativo y desarrollo de deberes escolares. En este contexto, para los padres, elegir un equipo que se adecúe a las necesidades y demandas de los más chicos sin dejar de ser funcional para el resto de los integrantes de la familia implica algunas consideraciones previas a la compra.
Tener en cuenta las edades de los usuarios. No es lo mismo un niño de 5 años que está desarrollando sus capacidades de reconocimiento que uno en etapa escolar que comienza a utilizar el equipo con fines educativos pero también más sociales, de interacción con sus pares. La elección de un equipo que permita fomentar la estimulación temprana es ideal para las familias con niños pequeños, por lo que priorizar las pantallas touch y dispositivos más pequeños y manipulables puede ser una buena opción.
Importancia de lo visual. Los gráficos cobran una relevancia cada vez mayor a la hora de reflejar datos duros, mostrar estadísticas o confeccionar reportes de resultados. En la actualidad, los requerimientos gráficos se incrementaron, incluso para tareas tan comunes como navegar por Internet o utilizar un procesador de texto. Organizar la información de una manera visualmente atractiva puede resultar más sencillo y eficiente tanto a nivel profesional como para las tareas escolares, pero también implica mayor carga para los procesadores y contar con uno que maneje gráficos de manera acelerada permitirá un mejor desempeño de la computadora.
Protección infantil. Existen determinados programas permiten a los padres restringir el acceso de los más chicos a contenidos no deseados. Muchos de estos sistemas brindan también la posibilidad de regular la cantidad de horas y días en que los niños podrán usar los equipos. Por ejemplo, al adquirir computadoras que cuenten con sistemas operativos como Windows 7 y Windows 8 pre-instalados es posible determinar una configuración más segura sin necesidad de instalar otros programas.
El tamaño no es sinónimo de potencia. El auge de los dispositivos portátiles evidencia que no siempre un equipo más grande es más útil y eficiente. Una de las mejores pruebas es el desarrollo de las llamadas All in One, que se destacan por su versatilidad al prescindir del tradicional cableado. Además, por su tamaño reducido ofrecen la ventaja de ser instalables en ambientes de tránsito, lo que fomenta el uso familiar y con distintos perfiles de sesión pueden ser utilizadas por todos los miembros.
La infinidad de aplicaciones y programas disponibles en la actualidad, permiten que un mismo equipo se pueda configurar como un centro de aprendizaje y de trabajo, sin dejar de lado la finalidad lúdica y recreativa. Existen diversos softwares pedagógicos e interactivos en línea que permiten un uso multifunción y utilitario de los dispositivos. Contar con un equipo que brinde un rendimiento adecuado para el uso de videojuegos, un potente procesador y un soporte para resoluciones HD son algunos de los requisitos que deben ser considerados a la hora de renovar el equipo familiar y que permitirán aprovechar la creciente interactividad y múltiples conexiones de una manera más productiva.
* Nancy Avella, Consumer Manager de AMD Spanish South America
