Muchos observadores olvidaron que estaban viendo una película, y en consecuencia se quedaron con una imagen fotográfica en su mente. Durante los primeros años, una industria china primitiva recibía a las empresas estadounidenses y se convertía en la factoría de estos productos –o de sus partes- de todo tipo que inundarían luego el globo. Pero eso no duró mucho.
Estados Unidos ponía talento e ideas; China, la mano de obra.
Pero en forma veloz y discreta al mismo tiempo, Después de las últimas dos décadas, China exhibe otro poder que la pone en posición de disputar el liderazgo digital con Estados Unidos. Hay gigantes chinos en este campo, de clase mundial, como Alibaba y Tencent, que tienen un valor de capitalización de US$ 500 mil millones, rivalizando con Facebook. Debido a su población, China tiene el mayor mercado de pagos online. Sus productos se exportan ahora al resto del mundo. Amenaza desplazar a su rival en el campo de la inteligencia artificial. Tiene la mayor supercomputadora construida hasta ahora. Lidera el campo de los drones.
Según gobierno y firmas tecnológicas de Estados Unidos, esto ha sido posible gracias a un sistemático robo en el campo de la propiedad intelectual. Según fuentes de Washington, ese avance sobre patentes le ha costado US$ 1 billón (millón de millones) a las empresas estadounidenses.
De ahí las recientes restricciones impuestas a empresas chinas para operar con firmas chinas de telecomunicaciones, como Huawei y ZTE. Según expertos de Silicon Valley, en el campo de la inteligencia artificial, China podría superar a EE.UU para 2025.
El escenario se está montando para asistir a “la madres de todas las batallas”. China tiene 800 millones de usuarios en Internet, una amplia capa de científicos y tecnólogos con excelentes formación. A partir de ahora se irán desarrollando los distintos capítulos de este bregar por la hegemonía.
