Su precio superó los US$ 1.000 la onza troy por primera vez en 16 años. Ahora que cada vez más países se van comprometiendo a reducir la venta de autos a nafta o gasoil, el paladio se beneficia con la misma tendencia que ha elevado los precios de los metales que se usan para fabricar las baterías de los autos eléctricos, como el cobalto y el litio.
El paladio se usa en los conversores catalíticos que transforman los gases dañinos de las caños de escape en sustancias menos tóxicas. Entonces, antes de que los autos eléctricos inunden las calles del mundo, este metal tiene mucha demanda porque los fabricantes buscan otras formas de reducir las emisiones de sus flotas. El precio del paladio, que se encuentran principalmente en minas de Sudáfrica y Rusia, creció casi 50% este año porque la apuesta es que pronto la oferta será escasa.
Durante los últimos seis meses la especulación triplicó el precio internacional. El mes pasado, el precio por onza llegó a superar el del platino por primera vez en 16 años. Eso podría significar que los fabricantes de conversores catalíticos busquen formas de cambiar al platino, que podría permanecer más barato en el futuro cercano.
Los analistas de JP Morgan vaticinan que el precio del platino caerá a US$ 930 por onza troy para finales de año y a US$ 910 para vinales del primer trimestre de 2018. En este momento el precio es de alrededor de US$ 945 por onza.