El proceso comenzó hace mucho tiempo, con infinidad de cosas mecánicas, luego eléctricas y después electrónicas que iban reemplazando el trabajo a pulmón. Pero la llegada de la inteligencia artificial puso punto final al proceso gradual para comenzar a dar saltos que quitan el aliento.
Para quien lo ponga en duda no hay más que dar una hojeada a los productos mostrados en el CES, la muestra tecnológica que culmina hoy en Las Vegas. 4.500 compañías expusieron sus productos, que en casi todos los casos no solamente son capaces de escuchar y entender a sus usuarios sino que son lo suficientemente inteligentes como para responder adaptándose a cada uno. Todos, apuntando a hacer realidad el hogar inteligente, una vivienda donde lo único que tiene que hacer el ser humano es dedicarse a vivir la vida.
Todas son tecnologías que ya se pueden comprar. Vistas todas juntas, dan una idea de cómo puede cambiar la vida cotidiana desde el día de hoy.
Veamos algunas:
El despertador nos despierta sin que previamente le hayamos indicado la hora que debemos levantarnos. Él solito controlará nuestra agenda y verá a qué hora tenemos la primera obligación. Los cálculos del tiempo que necesitamos los saca solo.
El espejo nos anuncia si nos está faltando sueño y nos da consejos sobre el cuidado de la piel.
El placar plancha la ropa colgada con vapor caliente.
El jardín tiene sensores para captar nuestra llegada y encender las luces interiores.
La alarma se instala sola al momento en que abandonamos la casa.
En la cocina
La heladera tiene cámaras conectadas al teléfono para que, cuando estamos en el supermercado, podamos ver en su interior para saber lo que nos hace falta.
Las canillas de la pileta, activadas por la voz, largarán la cantidad de agua que necesitamos.
El horno calienta hasta el nivel adecuado cuando nosotros cliqueamos la receta en el teléfono.
El tacho de la basura de abre y se cierra al escuchar la orden.
En el living
La pantalla del televisor no necesita control remoto y de enrolla para ahorrar espacio.
La aspiradora robótica limpia mientras no estamos en casa.
En el baño
El inodoro tiene parlantes activados por Alexa, luz ambiental, asiento calentito, chorro de lavado (la función del bidet) con secador y descarga automática.
El cepillo de dientes controla la técnica del cepillado.
La bañera se llena hasta la altura indicada con la temperatura correcta.
El espejo nos lee las noticias, pone música y nos cuenta el programa del día y el estado del tránsito.
La ducha, activada con la voz, nos permite entrar cuando la temperatura es la correcta.
Dos problemas con esto. Para tener estas cosas hay que tener mucho dinero,por ahora. El otro es la necesidad de ir con urgencia al gimnasio para mover un poco el esqueleto.