miércoles, 17 de diciembre de 2025

Desafíos y alternativas en la autenticación biométrica física en la banca latinoamericana

La adopción de tecnología biométrica física en el sector financiero latinoamericano superó los USD 4.500 millones en 2023 y proyecta un crecimiento anual superior al 20 % hasta 2030. El avance plantea riesgos legales, éticos y operativos, con impacto en bancos y empresas tecnológicas de la región.

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En el contexto de la creciente digitalización, la autenticación biométrica física mediante reconocimiento de voz, huella o rostro se consolidó como herramienta clave en la banca latinoamericana. El impulso responde al aumento de fraudes financieros en la región y está acompañado por una expansión significativa del mercado de tecnología biométrica, que según Grand View 2024 superó los USD 4.500 millones en 2023 y podría alcanzar los USD 17.700 millones en 2030.

El uso de biometría física, si bien aporta ventajas en prevención de fraude, introduce desafíos complejos. A diferencia de las contraseñas, los datos biométricos físicos no pueden modificarse tras una filtración, lo que expone a las personas de manera permanente. Josué Martínez, Global Advisor de BioCatch para Latinoamérica, señaló: “Cuando se da un robo de contraseñas, la primera acción recomendada es cambiarlas, en cambio, ante una filtración de datos biométricos físicos, no es posible cambiar de rostro, voz o huella, lo que expone a las personas de por vida”.

A los riesgos inherentes a la protección de datos se suman problemas de sesgo y discriminación, con algoritmos que presentan mayor margen de error en mujeres y personas de piel oscura, especialmente en Brasil. También se registran costes operativos elevados y vulnerabilidades probadas, como el caso de Mercado Libre en Colombia, donde se vulneró un sistema de reconocimiento facial.

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La implementación de reconocimiento facial en procesos electorales, como la autenticación de votantes prevista en Colombia para 2026, intensifica las inquietudes sobre la seguridad de los datos y la posibilidad de delitos financieros por suplantación de identidad.

Frente a este escenario, la biometría conductual se presenta como alternativa. Este sistema identifica a los usuarios por sus patrones de comportamiento, vinculando los datos a hashes anónimos que pueden regenerarse en caso de filtración. La recomendación de BioCatch es complementar la biometría conductual como primera capa de prevención y reservar la biometría física para situaciones de riesgo elevado, considerando las implicancias regulatorias, tecnológicas y éticas.

“Todo ello, siempre considerando que el uso de biométricos conlleva implicaciones regulatorias, tecnológicas y éticas”, concluyó Josué Martínez.

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