Desde hace más de 100 años las extendidas minas de lignito en el valle de Latrobe, Australia brindan el combustible que alimenta a todo el estado de Victoria, en el sur del país. Carbón y lignito, dos de los combustibles fósiles más contaminantes que existen, alimentan la mayoría de las fábricas del país. De hecho, la política ambiental ha tumbado varios gobiernos en Australia.
Ahora, con el calentamiento global motivando cambios en el sector energético, se está dando allí la primera fase de la transición energética luego del cierre de dos plantas de carbón y una mina de lignito que está as 120km de Melbourne. Un consorcio australiano-japonés va a comenzar a producir hidrógeno a partir de un carbón marrón en un proyecto piloto que se considera el primer paso hacia la creación de una de las primeras cadenas de suministro energético con cero emisiones.
De la parte de Japón intervienen Kawasaki Heavy Industries, J. Power y Shell Japón: de la parte de Australia interviene AGL Energy y a ellos se suman varios socios internacionales para producir y trasladar hidrógeno licuado. Para producir hidrógeno se proponen quemar unos 5.000 millones de toneladas de lignito en el valle, suficiente para dar energía a Victoria durante 500 años. Luego se proponen capturar el carbono generado por el proceso e inyectarlo en cuentas sub-oceánicas en el cercano estrecho de Bass. Por ahora el objetivo es demostrar la viabilidad de la cadena de suministro y las emisiones seguirán siendo liberadas a la atmósfera.
El proyecto está financiado por ambos gobiernos e incluye el primer barco para el transporte de hidrógeno líquido. Tolio aspira a que pueda brindar a Japón, una nación que importa 90% de su energía, un camino viable hacia la descarbonización.
