(EFE).- Los fabricantes de chips, con Toshiba a la cabeza, se plantean drásticas reducciones de producción dado que el continuo descenso de los precios no logra reactivar una demanda que algunos analistas prevén caerá este año 28%.
Ante estas cifras, el sector de los productores de chips –procesadores, módulos de memoria RAM y semiconductores para la telefonía móvil– se enfrenta en los próximos meses a reducciones de producción y plantel para sobrellevar una ralentización económica más aguda de lo previsto en un principio.
Para la empresa de Arizona IC Insights, las ventas mundiales de chips disminuirán 21% en comparación con el año pasado y generarán unos ingresos de casi US$ 140.000 millones cuando en 2000 la cifra alcanzó US$ 177.000 millones.
Pero los cálculos de IC Insights dejan la puerta abierta a que el descenso de ventas sea incluso mayor y se sitúe en 28%.
Uno de los productos más afectados por este descenso sería los módulos de memoria, uno de los componentes más codiciados por los usuarios de computadoras personales para mejorar la capacidad de sus sistemas.
Según la empresa Gartner Dataquest, los ingresos mundiales de los fabricantes de módulos de memoria DRAM –los más utilizados en los sistemas informáticos– bajarán 55,5% para pasar de 31.500 millones en el año 2000 a poco más de 14.000 millones en el presente año.
Y eso a pesar de la reducción de los precios que han recortado drásticamente sus costos e incentivado a la mayoría de usuarios a “rellenar” sus sistemas con más memoria.
Si en enero del 2000, un módulo de 128 megabytes de memoria SDRAM costaba US$ 150 en la calle, en enero del presente año el precio se había situado en US$ 45,5. Actualmente esos módulos se pueden comprar por poco más de US$ 20.
El panorama es similar en el resto del sector de fabricantes de chips, que en total se espera se reduzca entre 15 y 20%, de acuerdo al principal productor europeo de chips, la empresa STMicroelectronics.
Garnter Dataquest considera que la única forma de salvar la actual situación de los fabricantes de módulos de memoria es si las grandes empresas del sector –Samsung, Micron Technology y Infineon Technologies– empiezan a recortar su producción.
De momento, la alemana Infineon ya ha advertido a sus accionistas de que sus resultados económicos registrarán pérdidas de US$ 512 millones y Toshiba –el mayor fabricante de chips de Japón– ha anunciado que a partir del verano empezará a reducir el número de chips que salen de sus plantas.
El mismo camino parece seguir Intel –el mayor fabricante de procesadores del mundo–, que señaló que a menos que el sector se recupere en los próximos seis meses, se verá obligado a recortar su producción.
En los últimos meses Intel se ha enfrascado en una guerra de precios y aumento de la capacidad de sus procesadores con otros fabricantes del sector de las computadoras personales, especialmente AMD.
Una vez más el descenso de los precios de los productos Intel, sobre todo tras el lanzamiento de su último procesador, el Pentium 4, no ha conseguido compensar el enfriamiento económico que se vive en Estados Unidos.
Si hace un año los ingresos de Intel en el segundo trimestre se situaban en torno a los US$ 8.300 millones, para este año la cifra que los directivos de la empresa manejan supera ligeramente los US$ 6.000 millones.
Con todos estos datos, la mayoría de analistas ha tenido que retrasar hasta entrado el año 2002 las previsiones para recuperación del sector.
(EFE).- Los fabricantes de chips, con Toshiba a la cabeza, se plantean drásticas reducciones de producción dado que el continuo descenso de los precios no logra reactivar una demanda que algunos analistas prevén caerá este año 28%.
Ante estas cifras, el sector de los productores de chips –procesadores, módulos de memoria RAM y semiconductores para la telefonía móvil– se enfrenta en los próximos meses a reducciones de producción y plantel para sobrellevar una ralentización económica más aguda de lo previsto en un principio.
Para la empresa de Arizona IC Insights, las ventas mundiales de chips disminuirán 21% en comparación con el año pasado y generarán unos ingresos de casi US$ 140.000 millones cuando en 2000 la cifra alcanzó US$ 177.000 millones.
Pero los cálculos de IC Insights dejan la puerta abierta a que el descenso de ventas sea incluso mayor y se sitúe en 28%.
Uno de los productos más afectados por este descenso sería los módulos de memoria, uno de los componentes más codiciados por los usuarios de computadoras personales para mejorar la capacidad de sus sistemas.
Según la empresa Gartner Dataquest, los ingresos mundiales de los fabricantes de módulos de memoria DRAM –los más utilizados en los sistemas informáticos– bajarán 55,5% para pasar de 31.500 millones en el año 2000 a poco más de 14.000 millones en el presente año.
Y eso a pesar de la reducción de los precios que han recortado drásticamente sus costos e incentivado a la mayoría de usuarios a “rellenar” sus sistemas con más memoria.
Si en enero del 2000, un módulo de 128 megabytes de memoria SDRAM costaba US$ 150 en la calle, en enero del presente año el precio se había situado en US$ 45,5. Actualmente esos módulos se pueden comprar por poco más de US$ 20.
El panorama es similar en el resto del sector de fabricantes de chips, que en total se espera se reduzca entre 15 y 20%, de acuerdo al principal productor europeo de chips, la empresa STMicroelectronics.
Garnter Dataquest considera que la única forma de salvar la actual situación de los fabricantes de módulos de memoria es si las grandes empresas del sector –Samsung, Micron Technology y Infineon Technologies– empiezan a recortar su producción.
De momento, la alemana Infineon ya ha advertido a sus accionistas de que sus resultados económicos registrarán pérdidas de US$ 512 millones y Toshiba –el mayor fabricante de chips de Japón– ha anunciado que a partir del verano empezará a reducir el número de chips que salen de sus plantas.
El mismo camino parece seguir Intel –el mayor fabricante de procesadores del mundo–, que señaló que a menos que el sector se recupere en los próximos seis meses, se verá obligado a recortar su producción.
En los últimos meses Intel se ha enfrascado en una guerra de precios y aumento de la capacidad de sus procesadores con otros fabricantes del sector de las computadoras personales, especialmente AMD.
Una vez más el descenso de los precios de los productos Intel, sobre todo tras el lanzamiento de su último procesador, el Pentium 4, no ha conseguido compensar el enfriamiento económico que se vive en Estados Unidos.
Si hace un año los ingresos de Intel en el segundo trimestre se situaban en torno a los US$ 8.300 millones, para este año la cifra que los directivos de la empresa manejan supera ligeramente los US$ 6.000 millones.
Con todos estos datos, la mayoría de analistas ha tenido que retrasar hasta entrado el año 2002 las previsiones para recuperación del sector.