Crece la presión sobre las telcos

Ahora que las llamadas basadas en Internet se afianzan y se difunden, la competencia en el negocio de la telefonía puede conducir a una era de tarifas casi gratuitas. Sin embargo, nunca serán gratuitas del todo.

3 julio, 2006

La migración masiva de la telefonía tradicional a la de Internet podría producirse cuando los usuarios adviertan que las llamadas son sólo una forma más de aprovechar una conexión que ya están pagando de todas formas.

Paulatinamente va aumentando la presión de nuevos competidores en el negocio telefónico (cable, start-ups) sobre telcos tradicionales como AT&T y Verizon, que han creado imperios multimillonarios vendiendo servicios telefónicos que viajan por una red de cables de cobre. Ahora, a la defensiva, invitan a sus clientes a abonarse a paquetes novedosos, inclusive de Internet.

Los servicios online que aparecieron en los últimos años, como Skype, y que ofrecen llamadas gratuitas de computadora a computadora pero usando auriculares especiales, están tratando de convertirse en la norma pero atraen por ahora a los usuarios más duchos en tecnología. Mientras crecen están obligando a las demás a bajar sus precios.

La llamada telefónica por Internet hace rato que no es novedad, pero llama la atención su crecimiento. En 2005, el número de abonados se triplicó con respecto al año anterior. Para 2010, la investigadora TeleGeography calcula que los proveedores en Internet estarán dominando la cuarta parte del negocio de llamadas locales tradicionales (en Estados Unidos).

Ante la nueva situación, las telcos han reducido notablemente el precio de su servicio telefónico tradicional. En Nueva York, Verizon envió cartas a sus abonados ofreciéndoles un plan de llamadas que incluye servicio telefónico sin límites por US$ 35 mensuales en lugar de los US$ 60, una quita de 42%. Para los que se contratan servicio a través de su página Web, AT&T ofrece ahora llamadas locales y de larga distancia sin límite por US$ 40 (US$ 50 un año atrás).

El usuario promedio de telefonía por Internet, conocida como VoIP – voz sobre protocolo de Internet– paga US$ 25 mensuales por llamadas sin límite, según VoipReview.org. Por lo general las llamadas internacionales no están incluidas en la tarifa plana, pero esos precios también están bajando.

Las llamadas Bell (las telcos tradicionales) todavía controlan el grueso de los 180 millones de líneas terrestres del país y están lejos de abandonar lo que hasta ahora ha sido la gallina de los huevos de oro. Al verse acosadas, ofrecen sus propios sistemas de llamada por Internet, aunque no los publicitan. Les resulta más barato reducir precios para mantener clientes, que tratar de reconquistarlos más tarde, cuando ya se hayan ido a manos de un rival.

En el primer trimestre de este año, el número de líneas telefónicas tradicionales de redujo, según TeleGeotraphy, a razón de 150.000 por semana. En el mismo período, el número de abonados a servicios telefónicos de Internet crecía a 100.000 semanales.

El principal motivo por el cual caen los precios del servicio telefónico es que cuesta menos transmitir comunicaciones de voz por Internet que por la red tradicional. Con la vieja tecnología, las telefónicas usan equipos costosos que transmiten la llamada hasta su destino a través de complejos conmutadores. En Internet, las llamadas son descuartizadas en pequeños paquetes de información, al igual que un mensaje de e-mail o una página web, y luego armadas al llegar a destino. En lugar de tener que tender y mantener sus propias redes, los servicios de VoIP, generalmente usan la infraestructura de Internet, que es mucho más barata aunque a veces puede resultar en un servicio algo degradado.

Hay, sin embargo, algunos obstáculos para la adopción de los nuevos servicios. Para usar la mayoría de ellos, los usuarios deben primero tener una conexión de alta velocidad a Internet, que puede costar entre US$ 15 y US$ 70 por mes. Los servicios más baratos, como Skype, requieren bajar software y tener un par de auriculares enchufados a la computadora.

Otros servicios, como SunRocket, Packet8 y Vonage, venden planes sin límites de llamadas y permiten a sus abonados usar el teléfono común. Los planes de telefonía de Internet que ofrecen las empresas de cable son apenas unos dólares más baratos que los que ofrecen las Bell, pero son más confiables que el servicios de algunas start-up.

En un mundo en el cual todos hagan y reciban llamadas por Internet, el costo de transmisión de la llamada sería, en teoría, prácticamente nulo. Pero hay una tarifa regulada por el gobierno, de una fracción de centavo por minuto por transferir llamadas sobre la red telefónica regular, que sigue siendo usada por la mayoría de la gente. Los servicios VoIP, por su parte, tienen sus propios costos (de administración, marketing y tecnología) que deben trasladarse a los usuarios o encontrar otra forma de subsidiarlos.
Por este motivo, las llamadas basadas en Internet nunca van a ser totalmente gratuitas. Hay un costo de entrada, que podría ser de US$ 15 por mes (la tercera parte de una factura telefónica común).

La migración masiva de la telefonía tradicional a la de Internet podría producirse cuando los usuarios adviertan que las llamadas son sólo una forma más de aprovechar una conexión que ya están pagando de todas formas.

Paulatinamente va aumentando la presión de nuevos competidores en el negocio telefónico (cable, start-ups) sobre telcos tradicionales como AT&T y Verizon, que han creado imperios multimillonarios vendiendo servicios telefónicos que viajan por una red de cables de cobre. Ahora, a la defensiva, invitan a sus clientes a abonarse a paquetes novedosos, inclusive de Internet.

Los servicios online que aparecieron en los últimos años, como Skype, y que ofrecen llamadas gratuitas de computadora a computadora pero usando auriculares especiales, están tratando de convertirse en la norma pero atraen por ahora a los usuarios más duchos en tecnología. Mientras crecen están obligando a las demás a bajar sus precios.

La llamada telefónica por Internet hace rato que no es novedad, pero llama la atención su crecimiento. En 2005, el número de abonados se triplicó con respecto al año anterior. Para 2010, la investigadora TeleGeography calcula que los proveedores en Internet estarán dominando la cuarta parte del negocio de llamadas locales tradicionales (en Estados Unidos).

Ante la nueva situación, las telcos han reducido notablemente el precio de su servicio telefónico tradicional. En Nueva York, Verizon envió cartas a sus abonados ofreciéndoles un plan de llamadas que incluye servicio telefónico sin límites por US$ 35 mensuales en lugar de los US$ 60, una quita de 42%. Para los que se contratan servicio a través de su página Web, AT&T ofrece ahora llamadas locales y de larga distancia sin límite por US$ 40 (US$ 50 un año atrás).

El usuario promedio de telefonía por Internet, conocida como VoIP – voz sobre protocolo de Internet– paga US$ 25 mensuales por llamadas sin límite, según VoipReview.org. Por lo general las llamadas internacionales no están incluidas en la tarifa plana, pero esos precios también están bajando.

Las llamadas Bell (las telcos tradicionales) todavía controlan el grueso de los 180 millones de líneas terrestres del país y están lejos de abandonar lo que hasta ahora ha sido la gallina de los huevos de oro. Al verse acosadas, ofrecen sus propios sistemas de llamada por Internet, aunque no los publicitan. Les resulta más barato reducir precios para mantener clientes, que tratar de reconquistarlos más tarde, cuando ya se hayan ido a manos de un rival.

En el primer trimestre de este año, el número de líneas telefónicas tradicionales de redujo, según TeleGeotraphy, a razón de 150.000 por semana. En el mismo período, el número de abonados a servicios telefónicos de Internet crecía a 100.000 semanales.

El principal motivo por el cual caen los precios del servicio telefónico es que cuesta menos transmitir comunicaciones de voz por Internet que por la red tradicional. Con la vieja tecnología, las telefónicas usan equipos costosos que transmiten la llamada hasta su destino a través de complejos conmutadores. En Internet, las llamadas son descuartizadas en pequeños paquetes de información, al igual que un mensaje de e-mail o una página web, y luego armadas al llegar a destino. En lugar de tener que tender y mantener sus propias redes, los servicios de VoIP, generalmente usan la infraestructura de Internet, que es mucho más barata aunque a veces puede resultar en un servicio algo degradado.

Hay, sin embargo, algunos obstáculos para la adopción de los nuevos servicios. Para usar la mayoría de ellos, los usuarios deben primero tener una conexión de alta velocidad a Internet, que puede costar entre US$ 15 y US$ 70 por mes. Los servicios más baratos, como Skype, requieren bajar software y tener un par de auriculares enchufados a la computadora.

Otros servicios, como SunRocket, Packet8 y Vonage, venden planes sin límites de llamadas y permiten a sus abonados usar el teléfono común. Los planes de telefonía de Internet que ofrecen las empresas de cable son apenas unos dólares más baratos que los que ofrecen las Bell, pero son más confiables que el servicios de algunas start-up.

En un mundo en el cual todos hagan y reciban llamadas por Internet, el costo de transmisión de la llamada sería, en teoría, prácticamente nulo. Pero hay una tarifa regulada por el gobierno, de una fracción de centavo por minuto por transferir llamadas sobre la red telefónica regular, que sigue siendo usada por la mayoría de la gente. Los servicios VoIP, por su parte, tienen sus propios costos (de administración, marketing y tecnología) que deben trasladarse a los usuarios o encontrar otra forma de subsidiarlos.
Por este motivo, las llamadas basadas en Internet nunca van a ser totalmente gratuitas. Hay un costo de entrada, que podría ser de US$ 15 por mes (la tercera parte de una factura telefónica común).

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