Uno de ellos se llama Automatic, que conecta la computadora del auto y envía sus datos al teléfono inteligente para dar una imagen de cuán eficientemente está usted manejando. Otro: Nest, un termostato inteligente con un detector de monóxido de carbono llamado Nest Protect; da información más detallada que los detectores tradicionales sobre la ubicación y el tipo de emergencia que perciben. El laboratorio de investigación de Microsoft – The Lab of Things – simplifica el monitoreo, automatización y control de todos los dispositivos inteligentes que se encuentran en el hogar.
Hay una ola de dispositivos que se usan sobre el cuerpo que sincronizan inalámbricamente con el teléfono celular. Daremos el nombre en inglés, pues todavía carecen de traducción:
El nombre genérico es “fit bands”, o sea pulseras que transmiten información sobre el estado general de la aptitud corporal. Y que sincronizan inalámbricamente con el teléfono celular: el Jawbone Up 24, el Nike+ FuelBand SE, y el Fitbit Force.
También hay relojes pulsera inteligentes , como el Galaxy Gear, de Samsung y dispositivos que vigilan el grado de fitness, como el Jawbone’s Up 24 que funcionan con teléfonos para adquirir características adicionales como la capacidad para recibir llamadas e emails. Según Gartner, ya en 2009 había 900 millones de dispositivos conectados (excluyendo PC, teléfonos y tabletas), pero para 2020 la firma investigadora de mercado calcula que el número ascenderá a 26.000 millones.
Este rápido crecimiento podría conducir a grandes problemas de compatibilidad, pues los dispositivos inteligentes son fabricados por diferentes marcas que suelen obedecer reglas diferentes para transmitir datos.
Acaba de aparecer ahora un nuevo grupo llamado Allseen Alliance para asegurar el desarrollo de dispositivos conectados a Internet que puedan trabajar juntos. Sus miembros incluyen a la Linux Foundation, LG, Panasonic, Qualcomm, Sharp y HTC.
El advenimiento de la Internet de las Cosas también trae una nueva era de temas de seguridad y habrá que solucionar muchas cosas antes de dar tranquilidad a los usuarios.
Otra tendencia aparecida este año: los mensajes que desaparecen rápidamente una vez que se han leído, una aplicación popularizada por Snapchat y difundida por Facebook y Twitter que ya tiene 40 millones de usuarios. Gran cantidad de otras compañías están tratando de aprovechar esa tendencia, entre ellas, Wickr, Grypun y Blink.