Por año se descartan cinco millones de neumáticos en Nueva Zelandia y la mayoría va a parar a los basurales o es exportada como desperdicio.
Pero Andrew Simcock, vocero de Eneform, dice que la compañía comenzará el año próximo a construir una planta de reciclaje en Rolleston para cambiar esa situaición.
Calculan poder comenzar a procesar plástico de los 1,5 millones de neumáticos que expirarán el año próximo y luego trabajarían en la expansión para llegar a poder reciblar la totalidad de los neumáticos que se descartan en el país.
Los planes para convertir neumáticos en diésel se fueron desarrollando a lo largo de siete años con la participación de los recolectores, dijo Simcock.
“Ya tenemos acuerdos y asociaciones con recolectores locales en la Isla Sur. Entre ellos, los Tyre Collection Services y la Waste Management, que se comprometen a aceptar volúmenes de neumáticos gastados que, procesador, se convertirán en valiosos productos reciclados”.
La tecnología que usa Eneform, pyrolysis, funciona deconstruyendo limpiamente productos de desecho mediante calor y vacío para convertirlos en componentes energéticos y materiales.
Uno de los productos más importantes generados a partir de los neumáticos es el diésel verde que puede sustituir los combustibles fósiles que actualmente usan las calderas.