Biotecnología: ahora, una vacuna contra la meningitis B

A poco de difundirse datos sobre la vacuna contra la adicción a estupefacientes, otro laboratorio biotecnológico inglés revela que experimenta una para la meningitis B. Se trata del tipo más peligroso.

23 junio, 2004

Microscience, una empresa del sector con sede en Londres, ha seleccionado 48 voluntarios adultos. El objeto consiste en evaluar seguridad, inmunogenética y contraindicaciones de una vacuna contra la meningitis B, en fase experimental.

Cabe recordar que el buen éxito de la vacuna contra la meningitis C (1999) virtualmente ha eliminado los riesgos de contraer esta variante bacterial entre niños y adolescentes. Pero la forma B exige con urgencia su propia vacuna.

Sólo en Gran Bretaña y pese a los avances en biotecnología (debido a la orientación científica de la farmoquímica local, en esto superior a la norteamericana, la suiza o la alemana), unos 1.400 chicos son afectados por año. De ellos, 10 a 15% emergen con daños cerebrales, cordera o problemas de aprendizaje.

La tecnología, en el caso de la C, se basa en moléculas polisacáridas (azúcar). Éstas generan una capa que cubre las bacterias. Por supuesto, el procedimiento no sirve para la variante B. Debido a ello, algunas firmas y equipos universitarios compiten para desarrollar una vacuna anti B, partiendo de las proteínas existentes en la superficie de las bacterias.

Según Steve Chatfield, jefe de laboratorio en Microscience, su proyecto y los rivales atraviesan hoy la misma fase de investigaciones. La compañía estima que, para 2006, pasará a la segunda fase de pruebas y estudios clínicos. A juicio de este científico y otros, el resultado será una vacuna que combine componentes de esas proteínas.

Microscience, una empresa del sector con sede en Londres, ha seleccionado 48 voluntarios adultos. El objeto consiste en evaluar seguridad, inmunogenética y contraindicaciones de una vacuna contra la meningitis B, en fase experimental.

Cabe recordar que el buen éxito de la vacuna contra la meningitis C (1999) virtualmente ha eliminado los riesgos de contraer esta variante bacterial entre niños y adolescentes. Pero la forma B exige con urgencia su propia vacuna.

Sólo en Gran Bretaña y pese a los avances en biotecnología (debido a la orientación científica de la farmoquímica local, en esto superior a la norteamericana, la suiza o la alemana), unos 1.400 chicos son afectados por año. De ellos, 10 a 15% emergen con daños cerebrales, cordera o problemas de aprendizaje.

La tecnología, en el caso de la C, se basa en moléculas polisacáridas (azúcar). Éstas generan una capa que cubre las bacterias. Por supuesto, el procedimiento no sirve para la variante B. Debido a ello, algunas firmas y equipos universitarios compiten para desarrollar una vacuna anti B, partiendo de las proteínas existentes en la superficie de las bacterias.

Según Steve Chatfield, jefe de laboratorio en Microscience, su proyecto y los rivales atraviesan hoy la misma fase de investigaciones. La compañía estima que, para 2006, pasará a la segunda fase de pruebas y estudios clínicos. A juicio de este científico y otros, el resultado será una vacuna que combine componentes de esas proteínas.

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