Eso supone un aumento del 500% respecto a los US$ 5.000 millones actuales. La demanda nunca ha sido tan alta.
Así lo determina un nuevo estudio de Accenture. Los incidentes cibernéticos han aumentado en los últimos años, incluyendo el ransomware, la filtración de datos y los ataques de denegación de servicio, muchos de ellos ejecutados mediante técnicas de phishing.
El ransomware, en particular, ha experimentado una escalada tanto en frecuencia como en gravedad, impulsado por modelos perversos de ransomware como servicio y nuevos métodos de ataque como la doble extorsión.
Los ataques cibernéticos no harán más que aumentar en los próximos años. Ante esto, Federico Tandeter, Director Ejecutivo de Ciberseguridad de Accenture Hispanoamérica, explicó que las empresas deben hoy “en primer lugar, identificar las potenciales amenazas. Los ciberatacantes que intentaron vulnerar la seguridad de las organizaciones, probablemente lo intentarán otra vez.
Hay que tener en cuenta que constantemente surgen nuevas amenazas, más ahora que las empresas intentan una nueva normalidad con trabajo desde el hogar. Así también, se debe ser brillante en lo básico. Preguntarse qué pasos concretos la compañía puede llevar a cabo para mejorar la seguridad cibernética en el entorno actual, conociendo sus áreas y arquitecturas vulnerables y planear en consecuencia.
Finalmente, se trata de construir un modelo resiliente. Proyectar hacia el futuro la seguridad adicional que se necesitará, e impulsar el apoyo cultural necesario para el trabajo remoto, la importancia de la identidad digital tanto de usuarios como clientes. Se deben repensar qué datos, herramientas y técnicas serán necesarios para mitigar los nuevos desafíos que presentará el monitoreo de seguridad de la compañía”.