<p>Tres de los más famosos son “<em>I Fucking hate you</em>”,“<em>Hatebook</em>”, “<em>Enemybook</em>”; son sitios que operan con plataforma de red social pero, al permitir la ofensa, el agravio y el insulto, caen en la clasificación de “redes anti-sociales”. <br />
La red antisocial es, entonces, lo último en comunidades virtuales. Sienten la necesidad de burlarse de ese amplio mundo de amigos en que parece haberse convertido la Web y, así, permiten dar rienda suelta a los sentimientos negativos como insultos y agravios en el más absoluto anonimato. <br />
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<em>I fucking hate you</em> (IFHY), fundado en 2004 por Owen Knapp, tiene 7.000 usuarios y es el más popular de todos. Juntar amigos aquí es difícil, pues dos personas pueden conectarse sólo si tienen un determinado número de personas odiadas en común. <br />
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Entre estas redes de odio, otra muy cliqueada es <em>Hatebook.</em> Tiene la misma estructura que <em>Facebook</em>, pero allí todo es negativo. Allí el usuario no se hace “fan” de personas, grupos o cosas, sino todo lo contrario: se odian personajes o cosas. En ese ámbito está totalmente liberada la posibilidad de odiar. <br />
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<em>Enemybook</em> se propone como objetivo que sus usuarios señalen allí a sus enemigos, los muestren, los califiquen, los denuncien y hasta se hagan amigos de esos enemigos. Una paradoja. O sea, es una red social basada en la enemistad. Deriva de la necesidad fenomenal de encontrar cosas diferentes en la Web y conquistar públicos monumentales. Al entrar a este sitio para registrarse, cualquier persona descubre que, por defecto ya arranca con un enemigo: Mark Zuckerberg, el creador de <em>Facebook</em>. <br />
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El último en aparecer, de esta nueva clasificación de sitios es <em>My frienemies</em>, donde la palabra f<em>rienemy </em>significa enemigo convertido en amigo. El sitio revela mucho menos que <em>Myspace</em>. La identidad del que escribe se mantiene privada (uno usa sólo el nombre de usuario), allí se pueden enviar mensajes secretos a gente que comparte ami-enemigos con quien escribe y los nombres verdaderos de todos ellos se mantienen en secreto (los nombres se mantienen en el archivo para machearlos, pero no se revelan). Los usuarios comparten breves testimoniales sobre por qué cada ami-enemigo integra su lista. Es, en cierta manera, una manera bastante sana de desahogar las frustraciones con personas que se han portado mal, siempre que no se revelen nombres “por error”.</p>
Ahora, redes antisociales
Se definen como los profesionales del odio. Son sitios que responden a la fórmula de la red social pero que se burlan de la buena onda que impera en Facebook y MySpace.