El “handkey” se coloca en el dedo anular y desde allí se emiten las órdenes sin tener que dirigir hacia otra parte la mirada, como pasa con el mouse que “hay que buscarlo”, señaló el científico ecuatoriano.
Romero patentó en septiembre de 1998 su singular anillo de mando, un dispositivo que entonces medía unos tres centímetros de largo por uno de ancho y uno de espesor.
Al término de cuatro años de investigación, el ecuatoriano logró cambiar su forma y la convirtió en un cilindro de 1,5 centímetros de largo por 0,5 de diámetro, y aumentó su potencia para hacerlo más versátil que el “molesto y obsoleto mouse“.
“Este dispositivo es la llave para la interactividad real entre el ser humano y la computadora”, comentó Romero quien está seguro de que las del futuro serán mucho más adecuadas a las funciones humanas y eliminarán los “aditamentos o apéndices separados de las máquinas”.
El dispositivo dirige una luz infrarroja, o láser, a un protector de pantalla cargado con sensores de luminosidad que, a su vez, emiten órdenes electrónicas al cerebro de las computadoras de la misma forma que ahora hace el “ratón con su horrible cola” pegada a la unidad principal, dijo Romero.
El inventor aseguró que “los mouses tendrán que ser arrojados a la basura”, pero aclaró que su dispositivo no supone que los usuarios tengan que cambiar de computadoras, pues utiliza una tecnología compatible con los puertos donde ahora se colocan los mouses.
El “handkey” se coloca en el dedo anular y desde allí se emiten las órdenes sin tener que dirigir hacia otra parte la mirada, como pasa con el mouse que “hay que buscarlo”, señaló el científico ecuatoriano.
Romero patentó en septiembre de 1998 su singular anillo de mando, un dispositivo que entonces medía unos tres centímetros de largo por uno de ancho y uno de espesor.
Al término de cuatro años de investigación, el ecuatoriano logró cambiar su forma y la convirtió en un cilindro de 1,5 centímetros de largo por 0,5 de diámetro, y aumentó su potencia para hacerlo más versátil que el “molesto y obsoleto mouse“.
“Este dispositivo es la llave para la interactividad real entre el ser humano y la computadora”, comentó Romero quien está seguro de que las del futuro serán mucho más adecuadas a las funciones humanas y eliminarán los “aditamentos o apéndices separados de las máquinas”.
El dispositivo dirige una luz infrarroja, o láser, a un protector de pantalla cargado con sensores de luminosidad que, a su vez, emiten órdenes electrónicas al cerebro de las computadoras de la misma forma que ahora hace el “ratón con su horrible cola” pegada a la unidad principal, dijo Romero.
El inventor aseguró que “los mouses tendrán que ser arrojados a la basura”, pero aclaró que su dispositivo no supone que los usuarios tengan que cambiar de computadoras, pues utiliza una tecnología compatible con los puertos donde ahora se colocan los mouses.