Gordon Sondland, embajador de EE.UU. ante la Unión Europea, hizo una dura declaración en la investigación para la posible destitución del presidente Trump. Confirmó la acusación central que se le hace al primer mandatario: que para ayudar a Ucrania puso como condición que el país le otorgue favores personales para asegurar su reelección en 2020.
Lo más importante de esta declaración acusatoria es que no proviene de un opositor que busca lo que el presidente llama un “golpe de estado”. Proviene de un empresario que aportó US$ 1 millón para la comisión inaugural del nuevo presidente y recibió en premio un jugoso cargo.
Sondland destruyó para siempre el primer argumento presidencial de que no hubo “quid pro quo”, una expresión latina que significa dar algo a cambio de obtener algo. Dicho de manera más burda, que no hubo chantaje.
Sondland amplió el alcance de la conspiración. Testificó que el Secretario de Estado Mike Pompeo , el Secretario de Energía Rick Perry, el Vice Presidente Mike Pence y el jefe de Estado Mayor Mick Mulvaney, todos sabían lo que estaba pasando. “Todos estaban al tanto”, dijo.
sin embargo, el presidente declaró victoria total frente a una derrota evidente. Los medios conservadores y sus aliados republicanos se explayaron en las inconsistencias del testimonio de Sondland. Sus reacciones hacen pensar que las revelaciones del miércoles no van a lograr romper la base política de Trump. que con toda seguridad impedirá que los senadores del GOP abandonen al presidente.
