Por Luis Salerno, socio de Consultoría en Auren Argentina.
El estudio tuvo como objetivo explorar el uso actual y futuro de las IA en el ámbito empresarial, cómo esta tecnología influye en la toma de decisiones, la eficiencia operativa y la competitividad organizacional.
Además, identifica los beneficios, desafíos y expectativas que genera la adopción de IA en distintos sectores. A través de la encuesta, se refleja cómo ha evolucionado su incorporación en las empresas, abordando aspectos claves como: áreas donde se aplica, formas de integración en la cultura organizacional, percepción del impacto en los empleados y resultados del negocio, modalidades de trabajo, inversiones proyectadas y asignación de presupuestos.
Los resultados reflejan la opinión de más de 250 empresarios de diversos sectores y tamaños de empresa. El 50% ocupa cargos de Dirección o Gerencia, el 29% son accionistas o socios, y el 7% presidentes o CEOs. Un 36% pertenece al sector servicios, 15% a tecnología, y 7% a Retail, Real Estate, Finanzas e Industria. El 57% proviene de empresas medianas en crecimiento y el 43% de Pymes, con operaciones divididas equitativamente entre Argentina y Latinoamérica.
El 79% confirmó que ya utiliza inteligencia artificial en sus procesos internos, un 14% está en proceso de implementación. Por otro lado, solo un 7% indicó que aún no utiliza IA, empresas que se encuentran en etapas más tempranas de transformación digital. Las áreas más comunes de su aplicación son Ventas y Procesos (43%), a fin de mejorar la eficiencia y automatización de tareas. Un 35% en Administración y Finanzas, así como también en la Dirección, lo que sugiere una integración estratégica a nivel organizacional. El 29% en el área de Marketing para el análisis de datos, segmentación de audiencias y personalización de campañas; y en menor medida en Servicios (21%), Recursos Humanos y Logística (14%).
El 42% señaló que el uso de la IA surgió de manera orgánica, a partir de iniciativas impulsadas por colaboradores o equipos específicos. Por otro lado, un 33% indicó que la implementación responde a una estrategia organizacional formal, impulsada desde la dirección. Otro 33% mencionó que nació como respuesta a una necesidad puntual de alguna área funcional.
Los principales beneficios reconocidos son optimización de tiempos con el 65%, automatización de procesos (64%) y el 50% destaca la mejora en la eficiencia y toma de decisiones. Entre los desafíos más frecuentes, mencionado por el 50%, fue el desconocimiento de las herramientas. Un 36% señaló la falta de personal capacitado y el 29% marcó dos barreras claves: el costo de implementación y la resistencia al cambio organizacional. Al mismo tiempo, el 21,5% reportó dificultades para integrar la IA con sus sistemas existentes. Por último, solo un 7% expresó preocupaciones legales, lo que indica que los aspectos regulatorios aún no representan un freno principal, aunque podrían adquirir mayor relevancia a futuro.
El 57% reporta un impacto positivo en productividad con a la implementación de IA, destacando mejoras en eficiencia operativa, reducción de tiempos y mayor capacidad de análisis. Por otro lado, un 28,5% opina que no ha generado un impacto significativo y el 14% indicó que no ha tenido un impacto negativo, lo que sugiere que, si bien los beneficios aún no son visibles en todos los casos, el uso de IA no ha dado malos resultados.
La incorporación de la IA ha generado un mayor interés y atención dentro de la organización para un 50% de los encuestados, despertando expectativas e impulso hacia la innovación. El 43% destacó que esta tecnología contribuyó positivamente al clima interno, a mejorar la colaboración entre áreas y aumentar la eficiencia en el trabajo diario. Por otro lado, el 14% advierte resistencia entre los empleados.
Respecto al uso de la IA, más del 72% de los empresarios afirmó que planea aumentar su adopción en sus compañías durante los próximos dos años. Esta proyección evidencia el compromiso hacia la transformación digital y la confianza en su valor estratégico. El 21% manifestó una actitud expectante o sujeta a variables como resultados obtenidos, presupuestos o recursos disponibles. Solo un 7% no tiene previsto ampliar su uso.
Una significativa mayoría de los empresarios (86%) considera que la implementación de IA representa una ventaja competitiva significativa dentro de su industria, asociada a su capacidad para generar eficiencia, innovación, agilidad operativa y mejores decisiones basadas en datos.
En cuanto a la formación, el 57% ofrece capacitación a su equipo en IA sus colaboradores, asegurando una implementación efectiva de estas tecnologías. Un 36% aún no brinda formación en IA y un 7% aún no capacita, pero tiene planes concretos para hacerlo, lo que refleja la conciencia sobre la importancia de preparar al equipo para un entorno cada vez más impulsado por herramientas inteligentes. El 43% de los encuestados cuenta con especialistas en IA dentro de su estructura y el 21,5% recurre a especialistas externos para acompañar proyectos específicos de implementación, entrenamiento o integración de soluciones.
Durante este año, el 72% de los empresarios planea invertir en inteligencia artificial. Este dato refleja una tendencia clara hacia la consolidación de la IA como una prioridad en la agenda empresarial. Respecto al porcentaje de sus presupuestos anuales, el 54% destina menos del 5% en inteligencia artificial, el 31% destina entre un 5% y un 20% con un nivel de compromiso más sostenido y una integración creciente en la estrategia digital. Finalmente, un 15% dedica entre un 20% y un 30% apostando por el desarrollo e implementación de soluciones basadas en IA como motor de transformación empresarial.
Este relevamiento permite comprender con mayor claridad que ya forma parte del presente del mundo empresarial. La mayoría ya la utiliza o se encuentra en proceso de implementación, reconociendo beneficios concretos como la optimización del tiempo, la automatización de procesos y una mayor eficiencia operativa.
Si bien existen desafíos importantes —como la falta de capacitación interna, el desconocimiento tecnológico o las dificultades de integración—, su uso continúa en crecimiento. La IA comienza a influir no solo en los resultados y procesos, sino también en la cultura organizacional, generando interés, nuevas dinámicas de trabajo y, en algunos casos, resistencia que será necesario gestionar.
En un contexto donde la competitividad depende cada vez más de la innovación, esta tecnología se posiciona como un activo estratégico. El camino hacia su adopción plena requerirá liderazgo, inversión, formación y una visión clara del cambio.