sábado, 6 de diciembre de 2025

Samara Joy, la nueva voz del jazz que llega a Buenos Aires

La cantante neoyorquina de 24 años, revelación de la escena vocal internacional, se presentará por primera vez en Argentina el 29 de julio en el Teatro Coliseo.

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El jazz, que desde hace décadas dejó de ser una forma marginal para convertirse en archivo viviente de la tradición cultural estadounidense, encuentra cada tanto una voz que no solo interpreta ese legado, sino que lo reactualiza. Samara Joy es, en esa línea, un fenómeno raro: una joven que no reinventa el género sino que lo reencarna, como si hubiese nacido con la memoria intacta de Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan y Carmen McRae.

Su irrupción no fue un escándalo, sino una consagración precoz. En 2023, a los 23 años, ganó el Grammy a Mejor Artista Nueva y el de Mejor Álbum Vocal de Jazz por Linger Awhile, un disco editado por Verve Records —la misma etiqueta que impulsó la carrera de Billie Holiday— que se permite lo que parece impensado en esta época: un repertorio de estándares cantados con una técnica impecable, sin ironía y sin necesidad de gestos contemporáneos.

La historia de Joy podría leerse como una parábola de redención estética. Nacida en el Bronx en 1999, creció en un entorno musical marcado por el góspel y el soul. Nieta de fundadores del grupo The Savettes, encontró el jazz recién a los 18 años, mientras estudiaba en el Purchase College del conservatorio SUNY. Lo que para otros sería una formación académica, en ella produjo una revelación íntima. En una entrevista, admitió que escuchar a Vaughan por primera vez le provocó una especie de vértigo: “Sentí que algo en mi cuerpo sabía lo que estaba escuchando, aunque fuera nuevo para mí”.

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Ese conocimiento intuitivo —ese saber antiguo, dirían algunos— es lo que vuelve su música una experiencia anacrónica en el mejor sentido. No hay artificio retro, ni apropiación posmoderna. Lo que suena en su voz no es nostalgia, sino un presente que se despliega como si no hubiese ruptura entre el siglo XX y el XXI. Su fraseo es preciso, su afinación rigurosa, y su vibrato contenido. Pero lo que sorprende es su madurez expresiva: canta como si conociera el amor, la pérdida y el deseo con la serenidad de quien ya vivió todo y aún así decide volver a decirlo.

Desde su primer álbum Samara Joy (2021), grabado cuando tenía apenas 21 años, quedó claro que su carrera no sería la de una intérprete episódica. En Linger Awhile retomó joyas como “Someone to Watch Over Me” o “Round Midnight” con una sobriedad que rehúye la espectacularidad. En Portrait, su tercer trabajo lanzado en 2024, sumó composiciones propias, siempre dentro de un formato acústico y elegante, con arreglos que remiten al bop más lírico.

El 29 de julio, Joy se presentará en el Teatro Coliseo, uno de los espacios tradicionales de la escena musical porteña. Será su debut en Buenos Aires, en el marco de una gira sudamericana que incluye fechas en Santiago, São Paulo y Río de Janeiro. La cita genera expectativas inusuales para un concierto de jazz vocal: el público local, habituado a figuras consagradas como Dianne Reeves o Dee Dee Bridgewater, se encontrará con una artista que, en menos de cinco años, transformó su carrera en una promesa cumplida.

No se trata solo de una presentación en vivo. Para quienes siguen con atención la evolución de las grandes voces femeninas del jazz, la visita de Samara Joy representa un síntoma cultural: el jazz todavía puede ser joven, relevante y radicalmente clásico. Como si cada nota suya insistiera en recordarnos que no hay futuro sin oído para el pasado.

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