viernes, 5 de diciembre de 2025

Primera celebración de la ballena jorobada en Camarones integró ciencia, arte y avistaje espontáneo

La localidad chubutense fue sede de un festival que vinculó a la comunidad con la ballena jorobada, especie que llega cada noviembre al Parque Provincial Patagonia Azul, e incluyó actividades científicas, expresiones artísticas y la aparición inesperada de ejemplares durante la jornada.

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La localidad de Camarones, en Chubut, fue escenario de la primera celebración dedicada a la ballena jorobada, especie que utiliza las costas del Parque Provincial Patagonia Azul como hábitat estacional entre noviembre y marzo. Esta iniciativa comunitaria propuso homenajear a la especie mediante una programación que integró arte y ciencia, con la participación activa de la población local.

Fernanda Venditti, integrante del área de Comunidades del proyecto Patagonia Azul de Rewilding Argentina, explicó: “Pensamos este festival en noviembre porque es el momento en que ellas llegan”. La acción busca destacar que la ballena jorobada permanece en la zona y encuentra en estas aguas las condiciones necesarias para su alimentación y protección. La declaración de la especie como Monumento Natural Marino de Chubut fue señalada como un avance relevante para su conservación.

Uno de los hitos de la jornada fue el bautismo de “Huellita”, una ballena bebé recientemente identificada en la región, en una actividad encabezada por el biólogo Lucas Beltramino. Desde la organización indicaron: “Vamos a seguirla de cerca para conocer su historia y acompañar sus próximos viajes y años de vida”.

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El cronograma incluyó la inauguración de un mural en el espacio “Huella Azul”, propuestas gastronómicas con algas locales, charlas, música y actividades artísticas. La sorpresa de la jornada llegó con la aparición de ejemplares de ballena jorobada en el mar, durante el desarrollo de las actividades en tierra. “Tuvimos la oportunidad de presenciarlas durante la tarde, mientras transcurrían las actividades”, relató Shari Bocca, profesora del Club del Mar.

La jornada se completó con expresiones artísticas de adolescentes, trabajo en arcilla local por parte de mujeres del pueblo y canciones dedicadas al mar, en una propuesta que buscó conectar la experiencia comunitaria con la presencia de la especie en la región.

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