Nublado, pero sin tormentas

    Con ésta, suman 20 las encuestas semestrales de expectativas de los empresarios realizadas por MERCADO entre los ejecutivos de firmas líderes. Esta investigación, diseñada por el sociólogo Heriberto Muraro, cubre, así, la última década de transformaciones económicas en el país vistas a través de las reacciones y opiniones de los directivos de empresas.


    Se ha mantenido, durante todo este período, el esquema original de la encuesta, y en todos los casos el procesamiento de la información ha estado a cargo de la firma Telesurvey.


    En contra de lo que podría esperarse, esta medición no muestra un agravamiento del pesimismo que surgía, claramente, de la encuesta anterior. Aunque las expectativas de los empresarios para el primer semestre del 2001 no revelan una mejoría sustancial en el clima de los negocios, al menos se advierten aquí tendencias más moderadas, probablemente influidas por la obtención del paquete de ayuda financiera para la Argentina (el célebre blindaje gestionado durante las semanas en que se realizó la consulta).


    Las respuestas de los directivos a la pregunta acerca de cómo esperan que evolucionen las ventas de su propia empresa (el indicador más concreto de su estado de ánimo) revelan un panorama levemente menos sombrío que el que aparecía a mediados de año. Los que anticipan aumentos suman en esta ocasión 41%, un porcentaje ligeramente superior al registrado en julio (39%) aunque muy distante aún del alcanzado un año atrás (61%).


    Alrededor de un tercio no prevé cambios, y la proporción de los que pronostican ventas algo o muy inferiores descendió de 30 a 24%. Nuevamente, sigue siendo muy marcado el contraste con las cifras de enero del 2000, cuando sólo 8% apuntaba a la baja.


    Preocupación por las tasas


    También en esta oportunidad los empresarios contemplan un horizonte con deflación: 45% cree que los precios serán más bajos en la primera mitad de este año. Y 20% pronostica que se reducirán los costos de sus insumos.


    Como en la encuesta anterior, las tasas de interés vuelven a ser el factor más preocupante en la estructura de costos de las empresas. Aumenta, incluso, de 40 a 46% la proporción de quienes encuentran en esta área el mayor motivo de inquietud.


    El segundo factor citado con más frecuencia es el de los impuestos, aunque el número de los que apuntan en este sentido descendió abruptamente (de 37 a 23%) desde la última medición. La preocupación por la voracidad fiscal se encuentra, ahora, en niveles parecidos a los que ostentaba un año atrás.


    El costo de los insumos se ubica en el tercer lugar, con 13%, y recién en la cuarta posición aparecen los salarios (con apenas 10%).


    A pesar de todo, exportar


    Uno de los escasos puntos donde se advierte una señal de optimismo es el de las expectativas de exportar. En la encuesta realizada en julio, sólo la mitad de los empresarios manifestó que planeaba colocar sus productos en los mercados externos. El índice sube ahora a 61%, con lo que recupera el nivel registrado en enero del 2000 (que se situó en 62%) y se sitúa dentro de la franja de alrededor de dos tercios que viene manteniéndose en las últimas diez mediciones.


    Se ha incrementado también, de 4 a 11%, el número de empresarios que confían en exportar entre 60 y 80% de su producción total.


    Cuatro de cada diez encuestados espera ver aumentar sus exportaciones durante el primer semestre del año, casi la mitad (48%) no prevé cambios y sólo 13% (frente a 23% en la medición anterior) anticipa una tendencia descendente.


    Entre los que pronostican una caída, las razones más citadas siguen siendo el costo argentino y el tipo de cambio. Pero este último factor adquiere ahora especial gravitación: suman 36% los que atribuyen el anticipado descenso de su performance exportadora a la sobrevaluación del peso.


    Se incrementa, también, aunque levemente (de 61 a 63%), el porcentaje de los que estiman que las exportaciones resultarán rentables.


    En cuanto a las importaciones, quienes se abastecerán de sus principales insumos, total o predominantemente, en el exterior suman 39% y los que acudirán al mercado local representan 60%.


    Deterioro salarial


    Se mantiene la tendencia a prever un deterioro de los salarios reales. Suman 48% (frente a 50% en la medición de julio y 36% en la de un año atrás) los que anticipan que los sueldos aumentarán menos que la inflación.


    Entre los escasos directivos (12%) que prevén mejoramientos de las retribuciones, 82% los atribuyen a la decisión de la empresa, en tanto que sólo 6% los explican como respuesta a presiones sindicales externas.


    Otro atisbo de optimismo asoma en las respuestas a la pregunta acerca de cuáles serían las causas de una caída de los salarios con respecto a la inflación. A mediados de año, más de la mitad de los encuestados (53%) adjudicaba el fenómeno a la recesión. Ahora, ese motivo es citado por apenas algo más de un tercio (34%). En cambio, llegan a 51% los directivos que señalan como causa la necesidad de mejorar la rentabilidad de la empresa (en la medición pasada, los que mencionaban este factor representaban poco más de un tercio).


    Dos de cada tres empresarios continúan pronosticando conflictos laborales manejables, en tanto que uno de cada tres descarta la posibilidad de que surjan conflictos. No llega a 10% la proporción de los que avizoran enfrentamientos graves con el personal.


    En consonancia con estos pronósticos de paz social, 58% de los directivos consultados define como “fluida y cordial” la relación que espera tener durante esta primera parte del año con los delegados sindicales de su empresa. También aquí se advierte un cierto mejoramiento de las expectativas frente a los registros de julio, cuando 45% se inclinaba por este pronóstico.


    Los planes con respecto a la dotación de personal, un indicador particularmente importante del nivel de optimismo, muestran un panorama levemente más positivo que en la anterior edición de la encuesta. Los que prevén incrementos pasaron de 14 a 16%. Y descendió de 30 a 26% la proporción de los que planean reducciones del plantel laboral. Una amplia mayoría de 58% no anticipa cambios.


    Crédito difícil


    La cautela es el signo dominante en materia de endeudamiento. La cantidad de empresarios consultados que proyecta tomar más créditos se reduce de 15 a apenas 7%. Casi seis de cada diez no anticipan cambios. Y aumenta de 30 a 34% el porcentaje de los que esperan reducir su endeudamiento.


    Vinculada con esta cuestión aparece la percepción de dificultades en el acceso al crédito bancario. Se ha incrementado notablemente (de 35 a 43%) el número de los que avizoran crecientes dificultades para conseguir préstamos de las entidades. Y sólo 8% cree que se facilitará el acceso al crédito.


    En cuanto al comportamiento de las tasas de interés, trepa a 80% (frente a 66% de la medición de julio) el número de los que prevén que aumentarán más que la inflación.


    Pero una cierta dosis de optimismo vuelve a asomar en las previsiones acerca de la utilización de la capacidad instalada. Los que proyectan un aprovechamiento superior a 80% pasan de 36 a 44%. Y se registra un descenso (de 16 a 7%) entre los que estiman que el uso de la capacidad será menor en la primera mitad de este año.


    En consonancia con esta tendencia, se registra un aumento moderado en el número de empresarios que proyecta realizar inversiones durante este período: pasan de 46 a 55%.


    Las sumas involucradas en los planes siguen siendo, sin embargo, bastante modestas: tres cuartas partes de los que podrían invertir están pensando en montos inferiores a los US$ 5 millones.


    Ganancias y pérdidas


    El resultado operativo esperado es otro signo particularmente revelador del grado de optimismo de los empresarios. Y en esta ocasión el cuadro muestra trazos más firmes que a mediados de año. Llega a 63% el porcentaje de los que esperan obtener ganancias, un índice cercano al de un año atrás (66%) y claramente más positivo que el registrado en julio (51%).


    En contrapartida, descendió de 19 a 10% la gravitación de los que prevén pérdidas.


    Sigue siendo, por otra parte, bastante alto el peso de los que creen que las tarifas de los servicios públicos se incrementarán en mayor medida que la inflación: llegan a 47%, un poco más que la cifra registrada en julio (42%).


    Sorpresa para Hacienda


    Una de las mayores sorpresas que depara esta encuesta es la relativa recuperación de la imagen del equipo económico oficial frente a las demoledoras opiniones registradas en julio. En esa ocasión, tres de cada cuatro empresarios manifestaban que las medidas tomadas en el Palacio de Hacienda tenían un efecto algo o muy desfavorable para sus firmas. Ahora, la proporción ha bajado a 43%, un índice todavía elevado (sobre todo si se lo compara con el de 25% registrado un año atrás), pero no tan catastrófico.


    En consonancia, crecen de 9 a 20% las respuestas que apuntan a una evaluación positiva de la acción del gabinete económico. Y los que se declaran neutrales pasan de 19 a 37%.


    Curiosamente, y a pesar de este mejoramiento, trepa de 36 a 64% la proporción de directivos de empresas que creen que en este período no se logrará el equilibrio de las cuentas fiscales.


    Probablemente como consecuencia de los numerosos conflictos que se presentaron sobre fines de año en el ámbito del Mercosur, se advierte una caída en las expectativas favorables con respecto a la incidencia del pacto subregional en el desenvolvimiento de las empresas. Los que manifestaron un pronóstico positivo descendieron de 47 a 35%. La neutralidad se elevó de 35 a 48%. Pero se mantuvieron prácticamente iguales las expectativas desfavorables (16%, frente a 18% en la encuesta de julio).

    Finalmente, a la hora de hacer un autodiagnóstico acerca de su grado
    de pesimismo u optimismo en cuanto a la marcha de la economía durante
    el próximo semestre, los empresarios se vuelcan, claramente, por una
    actitud de esperar para ver. El porcentaje de los que se declaran neutrales
    crece de 19 a 29%.

    Ficha técnica

    Esta encuesta
    de expectativas para el primer semestre del 2001 fue elaborada sobre la
    base de 145 respuestas de altos directivos de empresas pertenecientes
    a 42 sectores de actividad. Entre las firmas consultadas, 28% son filiales
    de compañías extranjeras.

    Los resultados
    de las encuestas anteriores fueron publicados en las ediciones de MERCADO
    de agosto y diciembre de 1991; agosto de 1992; enero, julio y diciembre
    de 1993; julio de 1994; enero y julio de 1995; febrero y julio de 1996;
    enero, julio y diciembre de 1998; julio de 1998; enero y julio de 1999,
    enero y agosto de 2000.