La reciente conferencia anual convocada en Londres por Novartis para comunicar los resultados financieros del año fue también un ámbito en el cual los invitados periodistas de 140 países asistieron a un informe fascinante sobre los avances de la investigación científica en el mundo.
Daniel Vasella, presidente y CEO de Novartis AG, abrió la jornada evaluando los acontecimientos que han acompañado a la humanidad hasta las puertas del nuevo siglo. Mencionó, en primer término, los cambios en la demografía, importantes no sólo por la explosión que ya ha hecho trepar a la población mundial por encima del hito de los 6.000 millones de personas, sino por la drástica reducción de la tasa de natalidad en Europa y Japón, y el consecuente envejecimiento poblacional. También habló de las nuevas tecnologías, que introdujeron cambios profundos en la economía y la sociedad. Los progresos logrados en informática y biotecnología, dijo, habrían sido impensables algunos años atrás.
“Las consecuencias y el alcance de muchas de estas innovaciones no son fácilmente reconocibles, debido al ritmo constante con que se desarrollan. Sin embargo, para la biotecnología, un terreno de particular importancia para Novartis, esto no ha sido así”, afirmó Vasella. “En ese terreno, que es el nuestro, el vertiginoso ritmo del desarrollo ha provocado ya acalorados debates. La velocidad del progreso es fascinante pero despierta temores. Una persona podría argumentar que, a pesar de los importantes logros, todavía queda mucho por hacer. Otra podría responderle que todo lo admisible ya se ha conseguido, que el desarrollo tecnológico nos está llevando a objetivos sospechosos, que no siempre se vigilan con el mayor escrúpulo ético. Quienes opinan de esta manera están a favor de mantener el statu quo; algunos hasta luchan por prohibir la investigación en ciertas áreas de la tecnología genética aplicada.”
“Novartis también debe hacer frente a estas áreas de conflicto y tensión. Como empresa, sólo podemos avanzar si estamos dispuestos a tratar estos complejos temas de una manera transparente, mediante el diálogo abierto con nuestros stakeholders, y si además estamos dispuestos a fijarnos nuestros propios límites. A diario debemos preguntarnos qué es factible, qué parte de lo factible es responsable y qué aspectos, dentro de lo factible y responsable, deberían ser prioritarios para nosotros. Podemos y queremos desarrollar sólo aquellos productos y tecnologías que beneficien a la gente, que tengan potencial comercial y que contemplen los intereses del medio ambiente.”
Para hablar sobre los esfuerzos de Novartis en Investigación y Desarrollo, Vasella cedió la palabra a Paul L. Herring, director del departamento de Investigaciones Globales y miembro del Comité Ejecutivo de Productos Farmacéuticos.
“Cuando la gente imagina la investigación, todavía ve el esfuerzo individual de un hombre solo en su laboratorio escudriñando un microscopio”, bromeó Herring. “Pero la investigación actual implica complejos procesos y actividades de equipos que utilizan tecnología de última generación”. Herring explicó que los procesos de descubrimiento aquellos que algún día llegan a ver la luz suelen demorar entre seis y diez años. Ese período comienza con la investigación básica y culmina con un nuevo medicamento en la calle.
Cuestión de tiempo
Jörg Reinhardt, director de Desarrollo de Novartis Pharmaceuticals, señaló, en una entrevista con MERCADO, que la terapia genética para el tratamiento de las enfermedades (es decir, el uso de medicamentos modificados genéticamente) no ha progresado con la rapidez que se esperaba hace diez años.
“Tenemos, sin embargo, muchos ensayos químicos en fases avanzadas de terapia genética para el tratamiento del cáncer. Hasta ahora hemos visto algunos efectos positivos en algunos pacientes, pero el gran avance, el que provoca una ruptura con todo lo anterior, todavía no se ha logrado.”
“Pero, mientras continúa la investigación, la industria busca nuevos portadores, o sea, nuevas maneras de introducir los medicamentos en el organismo humano con menos riesgo para la salud. Es sólo cuestión de tiempo. Dispondremos de portadores totalmente sintéticos capaces de transportar genes al interior del cuerpo humano sin riesgo potencial. Cuanto más sepamos sobre cuáles son los genes que intervienen en la generación de enfermedades, mejor podremos tratar esas enfermedades mediante aplicación de genes.”
-La crítica que actualmente se hace a las semillas con modificación genética ¿podría extenderse a los medicamentos?
-Creo que eso dependerá de las ventajas que la sociedad y los pacientes vean en ellos. Hay una gran diferencia entre lo que ahora vemos en el área agrícola y el área de las enfermedades. La gente no ve un beneficio personal inmediato con las semillas genéticamente modificadas, pero sí va a ver un beneficio importante en los tratamientos para la cura de, por ejemplo, el mal de Alzheimer. De manera que yo no creo que la reacción social alcance la misma magnitud.
El próximo mapeo del genoma humano, por ejemplo, será una revolución. Actualmente toda la industria farmacéutica trabaja en unos 500 proyectos. Pero en el futuro, con el mapeo genético completado, estaremos en condiciones de trabajar en 20.000 proyectos y el gran desafío será elegir los más adecuados. Lo que hace falta ahora es identificar cómo un gen determinado está relacionado con la enfermedad. Qué pasa entre el gen y la enfermedad. Cuál es el camino para evaluar la enfermedad. Esto es lo que hay que descubrir. Esto es lo que hacemos en el Novartis Institute for Functional Genomics.
Paul Herring explicó que el tratamiento del cáncer se hace normalmente con quimioterapia, un método para nada específico. Aplicar un tratamiento de quimioterapia es como atacar la enfermedad con un garrote. La revolución genética nos ayudará a ser mucho más específicos acerca de qué es exactamente lo que provoca la enfermedad. Esto, hoy, lo sabemos sólo sobre algunas enfermedades como la leucemia mielógena crónica, por ejemplo; ya hemos averiguado cuál es el gen que la provoca y la proteína anormal que codifica.
-¿Qué pasará en la industria farmacéutica durante los próximos cinco años?
-Los pacientes tienen hoy mucha más importancia que la que tenían una década atrás. Saben más y hacen su propio diagnóstico. Cuando visitan a su médico, van con la idea de ejercer cierta influencia. Eso, para nosotros, significa que tenemos que acercarnos más a los pacientes.
Esa es una tendencia de marketing. La industria farmacéutica se está
alejando del enfoque puramente orientado hacia el producto, en el que tenía
sólo un socio, que era el médico. Le vendíamos nuestro
producto únicamente al médico, para que luego se encargara de
difundirlo. Ahora, la industria farmacéutica comienza a dirigirse mucho
más al paciente, a sus necesidades y a las soluciones que necesita. Eso
es lo que yo veo para los próximos años.
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(En Londres)