-Se dice que la inflación está liquidada y que el verdadero
motivo de preocupación es, ahora, la recesión.
-Yo no veo ninguna señal de recesión. En cambio sí veo
alguna posibilidad de que aumente la inflación. Creo que la Reserva Federal
ha sido demasiado expansionista, aunque pueden verse algunos síntomas
de que se está corrigiendo. El período actual se parece a los
años ´60, cuando nadie le prestaba atención a la oferta monetaria
y se vino la inflación. Para la década de 1980, todos estaban
obsesionados con la oferta monetaria. Ahora se están volviendo a olvidar
y, en cualquier momento, los va a sorprender. Además, los analistas tampoco
supieron ver los síntomas de las últimas recesiones. Yo no creo
que las recesiones sean el resultado de ningún proceso interno inevitable
dentro de la economía, sino de impactos inesperados. En parte, la razón
por la que la economía ha tenido un excelente desempeño durante
los últimos dos o tres años es que al este asiático le
fue muy mal. Esto hizo bajar el costo de las importaciones y convirtió
a Estados Unidos en un buen lugar para invertir. Pero la situación en
Asia se va a revertir. En todo caso, el problema para Estados Unidos podrá
ser la recuperación de la región, no lo contrario. Japón
tiene capacidad para llevar a cabo una excelente recuperación. No hay
nada que pueda evitar que Japón, dentro de uno o dos años, desestabilice
la economía estadounidense aumentando las tasas de interés globales.
-¿El problema asiático fue causado, fundamentalmente, porque
los gobiernos tocaron los tipos de cambio?
-Así es. Fíjese que ningún gobierno del este asiático,
ni de ningún otro lugar que tuviera un tipo de cambio flotante, ha tenido
jamás una crisis cambiaria. Todos hablan de los problemas de Indonesia,
Malasia, Corea, pero nadie presta atención al hecho de que otros países
de la región, como Nueva Zelanda y Australia, han tenido un buen desempeño.
Además, Japón padece serios problemas internos, pero no una crisis
cambiaria. El FMI es responsable, en gran medida, de la crisis que afectó
el este de Asia. Fue la percepción (estimulada principalmente por lo
que ocurrió en México) de que el FMI rescataría a los prestamistas
extranjeros lo que influyó considerablemente en el excesivo flujo de
fondos al este asiático. Además, el FMI también tuvo mucho
que ver con que esos países adoptaran tipos de cambio atados al dólar.
Sólo existen tres tipos de sistemas cambiarios. Los fijos, unificados
con el dólar estadounidense, como los de Hong Kong, la Argentina y Panamá.
Los flexibles, como en Nueva Zelanda, Australia y Japón. Y tipos de cambio
atados, como en Tailandia, Indonesia y Malasia antes del colapso asiático.
En un mundo en el que predominaran los tipos de cambio verdaderamente fijos,
el Fondo Monetario Internacional no tendría nada que hacer. Por esa razón,
no es casual que el FMI haya tendido a favorecer los sistemas cambiarios atados.
Y son justamente estos regímenes los que causan problemas. Si no hubiera
existido el FMI, no se habría producido la crisis en el este asiático.
-Existe la impresión de que el rescate de México fue un
éxito.
-¿Que México fue un éxito? Pregúntele a los mexicanos.
No le pregunte a la gente de Morgan Guaranty. Fue un éxito para la gente
que le había prestado dinero a México. Pero el producto nacional
mexicano y los ingresos promedio son más bajos que hace diez años.
México ha pasado por una tremenda recesión. Agotó su economía
interna para poder pagar la deuda externa. No creo que el rescate de México
haya sido un éxito. Más bien fue un fracaso total.
-En Canadá se ha renovado el interés por adoptar el dólar
estadounidense como moneda. Steven Hanke recomienda fervientemente la dolarización
para países como la Argentina.
-Si yo fuera argentino, me opondría. Porque esto significaría
que la Argentina acepta la política monetaria de Estados Unidos. Es lo
mismo que con el euro. La Argentina perdería las herramientas monetarias.
Si la política monetaria de Estados Unidos sigue siendo buena, posiblemente
convenga. Pero, ¿puede contarse con eso? Pensemos en lo que ocurrió
en 1981-1982, cuando el valor del dólar se duplicó. Chile, que
también estaba atado al dólar estadounidense, cayó en una
profunda recesión y le llevó años recuperarse. La moneda
de un país es un símbolo importante de su soberanía. Y
yo pienso que una nación, para seguir siéndolo, necesita la mayor
cantidad posible de símbolos de soberanía.
-A fines de 1988, usted dijo que se había terminado la intervención
estatal en la economía norteamericana. Pero está tardando mucho
tiempo en desaparecer. Los impuestos federales son los más altos de la
historia.
-En parte, la participación del gobierno ha dejado de ser económica
y ha pasado a ser social: contaminación, ayuda a los discapacitados,
etc., además de la desregulación de las aerolíneas, las
telecomunicaciones. Dejándose impresionar por esto último, muchas
personas subestiman la importancia de lo primero. Más allá de
eso, si hay una observación empírica bien fundamentada, es que
el gobierno siempre gastará todo el dinero que recaude, y todo el que
pueda gastar de más también. Si la recaudación fiscal crece
con más rapidez que la economía, el gasto también. Pero
yo creo que hay otro fenómeno a la vista que logrará contener
el gasto del gobierno y los impuestos: el comercio por Internet.
-¿De qué manera?
-Los estados están perdiendo millones de dólares de impuestos
sobre las ventas por Internet. Si comienzan a aplicar impuestos, no habrá
nada que evite que esas ventas se hagan en las Islas Bermudas o en China o en
cualquier otra parte del mundo donde los impuestos sean más bajos. Lo
que falta aún es dinero electrónico. Pero ya vendrá. Una
persona podrá transferir dinero a otra sin que ésta sepa de dónde
viene o sin que uno sepa adónde va. ¿Cómo hará el
gobierno para cobrar impuestos sobre eso?
-Algo se le va a ocurrir.
-La gente que opera con Internet será más astuta. Los gobiernos
no lograrán salirse con la suya, así como no han logrado erradicar
la evasión fiscal en la actualidad. La Internet obligará a los
gobiernos a achicarse. Intentarán adaptarse sancionando leyes impositivas.
Pero básicamente se adaptarán achicándose.
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