Para Bill Gates, el mundo digital es el lugar ideal para el capitalismo
libre de fricciones. Esto es maravilloso porque los mercados funcionan
mejor cuando no hay fricciones. Su ausencia genera mercados y empresas
eficientes. Más gente consigue lo que desea, cuesta menos fabricar
y distribuir, y los recursos escasos se asignan a quienes más los
desean y valoran.
Pero el mundo no es un mercado. Veremos cómo nuestros amigos
del ciberespacio salen de compras con su browser, buscan el consejo de
sus pares, comparan lo que otros compran y cuánto gastan. Las compras
son algo más que meras transacciones eficientes. También
negociaremos en el ciberespacio, perderemos intencionalmente una propuesta,
nos tomaremos un poco más de tiempo para volver al mejor oferente
y para buscar la opinión de un tercero. Flotaremos en la búsqueda
de información con la esperanza de encontrar material que no pedimos.
Estaremos, en definitiva, viviendo allí.
La vida tiene fricciones, texturas, distancias, rumbos; esos atributos
físicos desventajosos son la parte de la vida humana que extrañaremos
mucho cuando ingresemos al entorno digital con la intención de realizar
algo más que una mera operación comercial. Nos sentimos cómodos
con la tensión de la vida diaria. La tensión permite conservar
la cultura local, mantener unidos a los matrimonios y a los compañeros
de habitación a pesar de incompatibilidades fundamentales. Se puede
aprender mucho de la gente con la que no elegimos pasar nuestro tiempo.
La tensión permite conocer a la gente con la que hablamos; brinda
textura a la vida diaria y a las percepciones que cada uno de nosotros
tiene de los demás. Separa lo cercano de lo distante mediante una
frontera borrosa que es factible cruzar, pero no sin esfuerzo.
En el mundo real utilizamos la tensión para resolver muchos conflictos
simplemente ignorándolos. Pero en el ciberespacio, una vez que se
ha violado la privacidad es factible violarla en el mundo entero. La libertad
de expresión no se limita al público que se reúne
en una esquina, a un vestuario o a una publicación de circulación
limitada, sino que viaja por todo el mundo. Un artista de la estafa puede
engañar a sus víctimas en todo el globo, donde hay personas
que quizá desconozcan los nuevos trucos y no estén familiarizadas
con estos ardides. (Hoy hay mucha gente que duda cuando recibe una invitación
a mis conferencias anuales por correo directo, ¡y las que yo envío
son auténticas!)
Además, la gente puede convertir lo cercano en distante filtrando
la información. Quienes tienen una visión distorsionada del
mundo pueden evitar las pruebas que refutarían sus creencias; no
enfrentan la tensión de ingresar a la realidad cada vez que cruzan
una calle o abren un periódico. Entonces, ¿cuáles
son las soluciones? ¿En qué deberían estar trabajando
quienes desarrollan tecnología para volver a incorporar la tensión,
la distancia y la perspectiva a la Internet?
No existe una solución única a la vista, sino una serie
de pequeños intentos. Muchos de ellos están específicamente
relacionados con el contenido: interfaces adecuadas para una aplicación
o para un conjunto de datos determinados. Por ejemplo, al gerente de una
empresa constructora quizá le guste utilizar un plano de su edificio
como interfaz &endash;en cuyo caso es mejor olvidarse de Windows&endash;
para obtener un modelo físico de su mundo, con las distancias que
hay entre habitación y habitación, y con inquilinos organizados
según su ubicación y no mediante una característica
virtual como un orden alfabético. Pero con una aplicación
específica, cada habitación tendría enlaces con los
inquilinos y sus registros de pagos, y el sótano tendría
enlaces con los plomeros.
El punto es integrar el espacio virtual con la tensión, en lugar
de crear un mundo sin dimensiones en el que todo esté muy cerca
de todo. En lugar de un motor de búsqueda que recoja lo que usted
necesita pero que no le diga dónde está, utilicemos un mapa.
La jerarquía de carpetas o archivos de cada persona dentro de otras
carpetas, y éstas a la vez dentro de otras carpetas, conforma una
versión hágalo usted mismo de un mapa orientado al contenido.
Personalmente organizo la mayor parte de mi vida en torno de un plan
que incluye todo, desde las notas para los discursos hasta los elementos
que debo llevar de viaje o la biografía de la gente con la que me
voy a reunir, y así sucesivamente. (En verdad, lo que tengo es bastante
elemental, realizado en un procesador de texto sin conexión con
una base de datos.) Mi dimensión favorita es el tiempo.
Para el correo electrónico, me gustaría tener un archivo
auxiliar de fácil acceso que pudiera agregar un poco de flexibilidad
a mis comunicaciones o que me permitiera recuperar los mensajes escritos
con enojo o a las apuradas. Si algunas respuestas salieran, digamos, dos
días después de elaboradas, se podría evitar que una
conversación avance con demasiada rapidez o que ocupe una parte
importante de mi tiempo con respuestas inmediatas del otro lado. También
me gustaría un entorno on line, como por ejemplo OnLive!, en el
que se pudieran leer o escuchar las burbujas que reflejan el pensamiento
de los jugadores que están cerca en el espacio virtual, dejando
que las voces de los que están lejos sean menos nítidas o
su texto más borroso o de menor tamaño.
En el ciberespacio necesitamos el equivalente a una risa grabada en
televisión; lo ideal sería que fuera mejor o más auténtica,
generada por personas reales que estén como nosotros en el ciberespacio.
Siempre averiguo quién más recibe copias de los mensajes
de correo electrónico. Cuando estamos en un auditorio on line, siempre
es útil saber quiénes más están allí
y cuántos son. En la vida real se puede explorar a las personas
y conocer su edad, sexo, vestimenta; si son alegres, o estarán dispuestas
a fastidiar a un orador, o a pelear entre sí, o a quedarse dormidas.
Uno de los aspectos más reveladores de cualquier evento es la persona
que ronca en la segunda fila o la madre del orador que teje tranquilamente
en la última.
Después de todo, hoy usted no sabe quién más está
leyendo este mismo artículo o lo que piensa sobre él. En
términos ideales, en el ciberespacio lo sabría. Quizá
no quiera leer todos los comentarios, pero bien podría ver cómo
la pantalla adopta tonos de rojo o de azul según las reacciones
de los demás, y aportar su propio voto.
Por el momento, la única forma de reaccionar consiste en enviar
una copia de este artículo a los empresarios o a quienes invierten
en capital de riesgo con la esperanza de que estén dispuestos a
brindar los productos o servicios que describo. Pero si por casualidad
usted se dedica a desarrollarlos, ¡por favor ponga manos a la obra!
© Forbes ASAP / MERCADO
(*) Esther Dyson es presidenta de EDventure Holdings, empresa que auspicia
los foros de la industria electrónica y publica Release 1.0, una
de las cartas de noticias de mayor influencia en la industria de la alta
tecnología. No tiene auto propio ni teléfono en su casa.