Los estrategas

    Las consultoras dedicadas al top management son las encargadas de
    ofrecerles a las empresas una mirada más allá del día a día.
    En el mercado local, Booz, Allen & Hamilton, McKinsey, The
    Boston Consulting Group (BCG), Arthur D. Little, A.T. Kearney y
    Roland Berger son las que se dedican de lleno a temas
    estratégicos, mientras que Andersen Consulting también ofrece
    este tipo de servicios y pelea codo a codo en las licitaciones.
    "Las empresas de consultoría se dividen entre las que
    preparan informes y las que ayudan a implementar las estrategias
    propuestas. Nosotros estamos entre estas últimas", aclara
    Raúl Rivera, socio de BCG. Cada una de las oficinas locales de
    estas consultoras forma parte de redes internacionales que les
    permiten contar con un know how global que las diferencia del
    resto. Todas, además, tienen estructuras matrices con
    especialistas en marketing, sistemas o estrategia, tanto en
    áreas industriales como en servicios. Pero todo tiene su precio.
    Si bien la calidad en la mayoría de los casos está asegurada,
    con frecuencia los fees de este selecto grupo de firmas suelen
    tener algunos ceros más que los de las consultoras locales e,
    incluso, que los de algunas de las Big Six. Desde su punto de
    vista, los altos honorarios se justifican por su oferta de
    soluciones a medida en contraste con las propuestas off the shelf
    que brindan muchos de sus colegas. Según estimaciones de las
    mismas empresas, el mercado de consultoría estratégica y
    reingeniería -que abarcaría parte del trabajo de las Big Six-
    osciló entre US$ 120 y 150 millones el año pasado. Booz Allen
    & Hamilton fue una de las pioneras en ofrecer el servicio de
    top management en el país. Llegó en 1989, de la mano de sus
    clientes globales. Viendo que la apertura y las privatizaciones
    abrían un atractivo panorama para su actividad, eligió Buenos
    Aires como cabecera de playa para el Cono Sur. A la hora de
    definir a la compañía, Jorge Forteza, socio responsable de la
    región, afirma que trabajan "en la transformación y el
    cambio empresarial, dando a la vez un fuerte apoyo en la
    ejecución". Una de las claves del éxito de la consultora
    es, según su opinión, el desarrollo de los recursos humanos
    locales. "Se puede empezar con extranjeros pero el driver
    fundamental son los nativos. Sólo entramos en un lugar si
    podemos encontrar potenciales socios locales", señala. BCG
    llegó seis años después de que Booz Allen hiciera pie en la
    Argentina. Además de acompañar a sus clientes internacionales,
    tuvieron otras dos razones para establecerse en el mercado local:
    la transformación que estaba viviendo el país y la convicción
    de que algunas empresas del Mercosur son competidores globales en
    potencia. "Queremos estar con ellos, asesorándolos en todos
    los lugares a los que vayan", es la expresión de deseos de
    Rivera. Con veinte profesionales en la oficina de Buenos Aires,
    BCG apunta a clientes globales y a aquellas empresas argentinas
    que facturen más de US$ 500 millones.A lo grande
    El ingreso de Arthur D. Little en la Argentina fue a lo grande:
    su primer trabajo llegó de la mano de la privatización de YPF
    y, luego de trabajar durante dos años como consultora de un solo
    proyecto, decidió quedarse definitivamente. En la firma aseguran
    que su característica distintiva es el seniority de su equipo.
    "Con casi 43 años de edad promedio, los consultores de
    Arthur D. Little pasaron gran parte de sus vidas desempeñándose
    en diversos sectores, lo cual les permite dirigir exitosamente
    procesos de cambio. Nunca le hacemos perder tiempo a nuestro
    cliente explicándonos su negocio: nosotros ya lo
    conocemos", afirma José Miguel Roca, director gerente de la
    empresa. "En general, trabajamos para el líder de un sector
    o, en todo caso, para convertir al segundo en líder."Pero
    uno de los primeros nombres que suenan entre los empresarios
    cuando se habla de top management es McKinsey. Con ingresos
    cercanos a US$ 1.800 millones a nivel mundial y cuatro oficinas
    en Latinoamérica, es la compañía con la que todos se comparan
    y la de más bajo perfil. Además, otro factor la distingue del
    grupo de las consultoras en estrategia: sus fees son generalmente
    entre 30% y 50% más elevados que los de sus rivales. Roland
    Berger es la única compañía del grupo que tiene sus orígenes
    en Europa. Y ésta es una ventaja, según Guillermo Acuña, socio
    gerente de la consultora. "Los recursos humanos de las
    empresas para las cuales trabajamos en todo el mundo son
    altamente valorados. Siempre estuvimos contra el downsizing como
    filosofía. Esta herramienta fue utilizada sin tener en cuenta
    las consecuencias por muchas empresas norteamericanas",
    señala. Uno de los desembarcos más recientes fue el de A. T.
    Kearney que, desde septiembre de 1995, es una subsidiaria de la
    compañía EDS. "Nuestra alianza con ellos nos da una
    posición única en el mercado para ayudar a las empresas a
    colocarse en la primera posición", indica Bernardo
    Pérez-Santamarina, managing director de la consultora, que
    factura US$ 650 millones a nivel mundial. Según el consultor,
    América latina es una de las niñas mimadas por los jugadores
    del top management: "Tenemos 200 consultores en esta
    región, y nuestros negocios vienen creciendo aquí a un ritmo de
    30% anual en los últimos tres años. En ese contexto, la
    Argentina es un mercado demandante y sofisticado, donde esperamos
    estar facturando US$ 10 o 15 millones antes del 2000".

    Consultoría de marketing
    Con nombre y apellido

    La actividad, dominada por figuras individuales reconocidas,
    tiene aún mucho trecho por recorrer en un terreno abonado por la
    creciente competencia.
    Las consultoras de marketing en la Argentina prefieren andar
    solas antes que buscar pares internacionales, y a tal punto son
    reconocidas por la persona que lidera la compañía que, puestos
    a hacer un ranking, los jugadores del sector obvian los nombres
    de fantasía. La lista de los popes nacionales está encabezada
    por Alberto Levy, el Grupo Estratégico de Negocios (de Alberto
    Wilensky), Ordóñez, Bianco Consultores, Marketing Dynamics (de
    Haiquel) y A & C (de Carlos Kaplan). Luego, el mercado se
    atomiza en una multitud de consultores individuales:
    "Ejecutivos que lanzan su propia consultora o profesores
    universitarios", según acusan algunos líderes del sector.
    A la hora de describir su negocio, los especialistas lo dividen
    en dos. Para Wilensky, su especialidad es, "por un lado, el
    desarrollo de nuevas oportunidades de negocios y la introducción
    de nuevos productos y, por otro, la supervivencia ante la
    competencia". Si bien todos los años aparecen viejas
    metodologías que actualizan sus nombres y modas que pasan
    fugazmente, la detección de nuevos segmentos y el
    reposicionamiento ante las nuevas exigencias y competidores
    siguen siendo los motores de la actividad. Aunque son pocas las
    firmas que se especializan por sector, debido a la falta de masa
    crítica, el tipo de tarea varía según el tamaño de la
    empresa. "En las grandes compañías generalmente el trabajo
    que se nos pide es el de asesoramiento a la alta dirección,
    mientras que, en las pequeñas, podemos llegar a realizar
    outsourcing del área de marketing. De otra manera, sería
    imposible que las más chicas cuenten con esa división en su
    empresa", señala Levy.
    El conocimiento del mercado es una de las ventajas competitivas
    que esgrimen los consultores nacionales. Debido a que la mayoría
    se encuentra desde hace tiempo en carrera, las horas de vuelo
    cuentan a su favor. "Las firmas internacionales tendrían
    que pasar mucho tiempo para llegar a conocer el mercado como
    nosotros", afirma Wilensky. Pero, así y todo, las
    relaciones con el exterior tienen peso. Levy aclara que "en
    el futuro, las nacionales deberán comportarse como world class
    players. Para asesorar hay que estar siempre en lo último, por
    lo cual conectarse con las principales personalidades de
    marketing a nivel mundial es imprescindible". Otra de las
    características que diferencian a las locales es el trato
    senior. "Muchas veces, las grandes consultoras ponen al
    frente de proyectos a jóvenes sin experiencia, que utilizan
    manuales como guías. La relación que nosotros ofrecemos es de
    gerente a gerente", afirma Rubén Ordóñez, de Ordóñez,
    Bianco Consultores, empresa que factura US$ 4 millones anuales.
    El consultor define su empresa como una boutique. "Tenemos
    55 clientes por año, entre los que hoy se cuentan Cargill,
    Deutz, Sandoz, Monsanto, la Caja, Máxima, Siembra y Edenor, y
    rechazamos 30% de los trabajos que nos ofrecen", se
    enorgullece. Carpetas vs. trabajo Los clientes de Dynamics Group
    son básicamente las grandes firmas nacionales como Arcor, Dos
    Anclas, Sancor, Massera o Ferrum. "Nosotros damos un
    servicio integrado de marketing, desde la consultoría hasta la
    implementación con campañas publicitarias o promociones. Es
    más negocio vender carpetas que hacer el trabajo, pero nuestra
    filosofía es que los planes que no se llevan a cabo no sirven si
    se hacen a medias", comenta Mario Haiquel. Con el tránsito
    de la competencia cerrada y la inflación a la apertura comercial
    y el ingreso de los pesos pesados internacionales, las
    consultoras en marketing tuvieron un crecimiento exponencial que
    aún no alcanzó su techo. "El aumento de la demanda
    continuará cuando terminen de incorporarse al mercado rubros que
    antes no estaban vinculados con él en forma permanente, como las
    compañías de seguros, los laboratorios, los bancos, las
    empresas de medicina prepaga, las tarjetas de crédito o las
    constructoras", enumera el consultor, cuya firma factura US$
    3,5 millones por año. Justamente en algunos de estos sectores
    renuentes fue donde comenzó a especializarse A & C, cuyos
    ingresos anuales suman US$ 2 millones. "Aunque también
    tenemos otros servicios, como investigaciones de mercado o
    selección de personal, desde el año pasado nos embarcamos en
    dos corrientes de cambio: nos concentramos en el data base
    market-ing, gracias a una alianza con la brasileña WA
    Informática, y elegimos a las empresas de servicios como nuestro
    target, explica Carlos Kaplan, que acumula en su cartera a los
    doce principales bancos del país, Metropolitan Life, Liberty,
    MetroGas y Movicom, entre otros nombres estelares. •

    Investigación y auditoría de mercado

    El cliente en el centro de la escena Casi un centenar de firmas
    incursionan, con métodos propios y suerte diversa, en el terreno
    de la investigación. Sólo dos, en cambio, se disputan la tarea
    de la auditoría.
    Ningún consultor duda de que la demanda de investigaciones de
    mercado viene creciendo en los últimos años. Pero, cuando se
    trata de dar precisiones, la mayoría son reacios a hacer el
    trabajo que venden muy bien a sus clientes: determinar cuál es
    el volumen del negocio en el cual se mueven y los números que
    expresan la evolución del sector. Los más aventurados calculan
    que, comparado con 1994, el mercado es hoy 40% más grande, pero
    gran parte de los especialistas prefieren hacer un análisis
    cualitativo. "En Latinoamérica se abrieron las economías a
    inversores extranjeros y, en ese ambiente competitivo, las
    empresas que brindan información para ayudar a hacer mejores
    negocios fueron creciendo", afirma Sergio Radwanski, gerente
    general de AC Nielsen. En el mundo de los estudios de mercado,
    las aguas se dividen entre las compañías especializadas en
    investigaciones ad hoc y las que hacen auditoría de mercados o
    trackings. Dentro del primer segmento se encuentra alrededor de
    un centenar de empresas que, en conjunto, facturan alrededor de
    US$ 50 millones. Con apenas tres años en la Argentina, la que
    lidera este sector es la francesa Novaction. "Entre Ipsos,
    nuestra firma dedicada al testeo publicitario y Novaction,
    estamos cerrando 1996 con US$ 9 millones, cuando el primer año
    tuvimos ingresos por US$ 1,5 millón", proclama Gustavo
    Lohfeldt, director de la compañía que cuenta a Bagley,
    Terrabusi, Cargill, Molinos, Coca-Cola, Peñaflor, Massalin
    Particulares, Unilever y YPF entre sus clientes. Detrás de
    Novaction, el segundo puesto lo pelean empresas con una
    participación de entre 5% y 10%, como AC Nielsen, ID, Mónica
    Kleiman, Sygnos, Cicmas, Saber, Claves, Total Research,
    Melnik/Burke, Values, Research International y Nora Reyes. En el
    caso de Claves/Información Competitiva, la consultora trabaja
    con dos perfiles operativos bien diferenciados. Por un lado, los
    estudios a pedido -como los que actualmente está haciendo para
    el grupo Pescarmona, Siemens o Scania- y, por otro, el desarrollo
    de investigaciones propias, que después salen a comercializar
    entre múltiples clientes. "Nosotros no inventamos nada, lo
    único que hacemos es trabajar operativamente con las mejores
    herramientas del mercado", explica Nelson Pérez Alonso,
    director ejecutivo de Claves.
    En la actualidad, el producto estrella de la consultora son los
    análisis sobre la competencia. "Antes únicamente se
    hacían estudios sobre la demanda, a partir de encuestas.
    Nosotros, en cambio, trabajamos con sistemas de información,
    analizando cómo funciona la competencia", asegura el
    director de la consultora, que espera terminar el año con una
    facturación de $ 2,5 a 3 millones, de los cuales la mitad
    corresponde a los estudios sobre la competencia y el resto a los
    trabajos de medición de satisfacción del cliente. Lo importante
    es el futuro"Lo nuestro es investigación de mercado
    predictiva: no estudiar el pasado, sino intentar develar el
    futuro", explica Susana Beer, socia, junto con María Lidia
    Maizlisz, de la filial argentina de la norteamericana Total
    Research. La firma trabaja básicamente en dos áreas: la
    medición de Brand Equity -que apunta a identificar el
    posicionamiento de las distintas marcas desde la perspectiva del
    consumidor- y la medición estratégica de satisfacción y
    lealtad del cliente, a partir de la identificación de ciertos
    atributos considerados como críticos. En ambos casos, el
    concepto de business-to-business está ganando cada día más
    terreno. "Hoy, la principal preocupación de las empresas es
    generar no sólo satisfacción, sino también lealtad de sus
    clientes. En este campo, cada vez estamos trabajando más con
    empresas que no son de consumo masivo, sino que tienen como
    clientes a otras empresas, como Juncadella, Pasa o Petroquímica
    Cuyo", asegura Beer.
    El mismo diagnóstico es compartido por Leonardo Caden,
    presidente de la consultora Values. "Los estudios de nivel
    de satisfacción son cada vez más intensos y selectivos, porque
    no es lo mismo retener a los clientes de un banco que a los de
    una cerveza, y más aún cuando los mercados se cruzan
    constantemente. Por ejemplo, en materia de tarjetas, la
    competencia no viene hoy sólo del sistema bancario, sino
    también de clubes, compañías petroleras o supermercados, que
    ofrecen sus propios plásticos."Caden es uno de los
    clásicos en investigación de mercado en la Argentina y el
    creador de distintas herramientas, como el modelo vincular que
    data de la década del ´60, pero que todavía se sigue aplicando.
    Hace un año instaló su propia consultora, Values, dirigida
    principalmente al segmento más alto de empresas: multinacionales
    y grandes grupos locales, aunque asegura que su negocio se está
    ampliando. "Diez o quince años atrás no había más de 30
    empresas que fueran usuarias intensivas de la investigación de
    mercado, y hoy ese número prácticamente se duplicó",
    señala. Hasta el año pasado, Caden estaba asociado con Elsa
    Usandizaga en la consultora Saber, otra de las investigadoras con
    más experiencia en el sector. "Nuestro negocio cambió
    mucho desde que comenzamos en la década del ´60. El papel del
    investigador de mercado está cada vez más desdibujado. Las
    diferencias se están borrando, porque los clientes quieren un
    servicio más completo y nos piden consejos, más allá de un
    estudio de research", asegura la directora de Saber, que el
    año pasado facturó US$ 2,5 millones, trabajando con el
    Citibank, Danone, Nobleza Piccardo, Visa y Sevel.Saber, que
    además de investigación de mercado realiza trabajos de
    marketing y recursos humanos, es una de las pocas grandes que no
    está asociada a una firma internacional. "Nos gusta ser
    independientes, no tener condicionamientos de parte de un socio.
    De todos modos, no estamos aislados. Actualmente, todos los
    productos de investigación están disponibles en el mercado y no
    se necesita estar afiliado a una organización internacional para
    acceder a la última tecnología", asegura Usandizaga. Pero
    el mercado de la investigación no se acaba en estas firmas.
    Algunas grandes empresas se convierten en el principal y
    absorbente cliente de consultoras pequeñas o medianas. Es el
    caso de Time -con Procter & Gamble- o Cicmas, con Arcor. La
    agencia de publicidad Lautrec Nazca Saatchi & Saatchi, por su
    parte, confía más en sus propios estudios. "Tenemos el
    grupo de marketing directo más grande del mercado. Producimos,
    reunimos y procesamos la información sobre las empresas. Hacemos
    300 encuestas mensuales para monitorear la imagen de marca de
    nuestros clientes y registramos cada oscilación en el
    mercado", sostiene Roberto Jacoby, director de Planeamiento
    Estratégico de Lautrec. Pero todos estos datos están
    subordinados a la tarea específica de la empresa. "No hay
    otra firma dedicada a la comunicación que haga todo esto",
    afirma Jacoby.

    Los auditores

    A diferencia de lo que sucede en el área de los estudios ad hoc,
    en el de auditoría de mercado sólo dos firmas, AC Nielsen y
    CCR-IR, se disputan el favor de las empresas. El sector mueve US$
    25 millones anuales y es un mercado maduro que "sólo
    podría llegar a unos US$ 30 millones si hay un crecimiento de
    consumo", opina Gualberto Arrua, vicepresidente de CCR-IR.
    Con 26% de market share, esta firma vino a mojarle la oreja a AC
    Nielsen, que controla 75% del mercado. Como las otras consultoras
    de la nueva generación, en CCR-IR no tienen pelos en la lengua a
    la hora de hablar de la competencia. "Cuando nacimos, en
    1992, la idea era convertirnos en una alternativa. Hasta 1995,
    crecimos porque expandimos el mercado, dedicándonos al nicho de
    las auditorías en supermercados. Pero el año pasado nos metimos
    en la especialidad de Nielsen: el nivel nacional y los comercios
    chicos. Este año vamos a facturar US$ 6 millones y US$ 10
    millones en 1997. Daremos el salto a costa de Nielsen",
    dispara el directivo, que audita para Philip Morris, Kimberley
    Clark, Coca-Cola, Pepsi Cola, La Serenísima, Sancor, Peñaflor,
    Molinos y otras compañías. El acelerador de ese crecimiento
    también será la alianza que están cerrando con International
    Research, que domina 40% del mercado norteamericano, detrás de
    AC Nielsen.El rival de CCR-IR prefiere no entrar en la disputa.
    Si la compañía de Arrua creció fue porque "el mercado
    aumentó y AC Nielsen también está avanzando", argumentan
    en las oficinas de la empresa. Aunque no develan su facturación
    en la Argentina, aseguran que sus ingresos ascienden a US$ 1.300
    millones a nivel mundial. Nielsen, que hasta este año era una
    empresa de Dun & Bradstreet pero que hoy cotiza en la Bolsa
    de Nueva York, compró Ipsa en 1994 y, con la unión, incorporó
    los estudios ad hoc y de mediciones de audiencia. A la hora de
    hacer su balance de los últimos años del negocio, los
    directivos de la empresa indican que el mercado se fue para
    arriba aunque facturación y demanda no subieron a la par.
    "Hoy se exige más calidad a un menor costo y tiempo: los
    precios bajaron. En la Argentina, una investigación cuesta la
    mitad de lo que se cobra en Brasil", explica Carmen
    Zayuelas, directora de Surveys de AC Nielsen, que trabaja con 134
    mercados diferentes en auditoría y tiene 84 clientes.