-Hace apenas un año, Corcemar y Juan Minetti mantuvieron conversaciones para fusionarse. ¿Qué faltó para concretar el matrimonio?
Nelson Audisio – Me imagino que a alguno de los actores no le convino. De todas formas, la línea gerencial de las dos empresas sólo generó información para la decisión, que fue exclusivamente de los accionistas.
-¿Se frustró el plan de ser, juntas, la cementera más grande de varios mercados regionales?
Walter Steiner – No era ése el fin, sino aprovechar sinergias para mejorar resultados. Estamos presentes en los mismos mercados y por lo tanto era (y es) racional que nos juntáramos.
-¿Cómo compiten después de aquella experiencia?
Audisio – Se pelea provincia por provincia, ciudad por ciudad. La recesión genera un esfuerzo mayor y la prueba está en la caída que han tenido nuestros precios.
Steiner – Lo que más nos enfrenta es el cemento. Por eso, en el caso de Corcemar queremos hacernos fuertes en el hormigón (que usa al cemento como materia prima), y llegar cada vez más a las soluciones concretas, individuales y especiales
-¿Minetti es el principal competidor de Corcemar y viceversa o la pelea más fuerte es contra Loma Negra?
Steiner – En un producto como el cemento, barato y con gran incidencia del transporte en los costos, uno debe mirar dónde tiene sus plantas. Córdoba y Mendoza son nuestros centros de actividad y allí el competidor más grande es Minetti.
Audisio – Por el volumen de despachos, nosotros siempre miramos a Loma Negra. Pero el grupo Fortabat tiene liderazgo regional en Buenos Aires y Capital Federal (80% de esos mercados), y ciertamente en el interior, que es nuestra plaza más fuerte, la competencia directa es Corcemar. Steiner mencionó la tendencia hacia la integración vertical de Corcemar, avanzando hacia productos terminados como el hormigón.
Cuál es la estrategia de Minetti?
Audisio – Hemos privilegiado la inversión en la planta de Córdoba, con una nueva línea que costará US$ 70 millones, para posicionarnos fuertemente en el mercado de cemento y a partir de allí, en una segunda etapa, encarar la integración pasando al hormigón elaborado, los bloques y otras aplicaciones.
-¿La calidad también ha sido un “caballito de batalla” en la competencia entre ambas empresas?
Audisio – En Minetti comenzamos a pensar en calidad desde 1980, cuando contratamos a una consultora española para asesorarnos en la materia. Las normas ISO fueron simplemente un reconocimiento a una tarea de largo plazo. Para obtener la certificación de nuestras tres plantas, no tuvimos que cambiar prácticamente nada
. Steiner – Nuestra política es que desde los proveedores hasta el último eslabón de la cadena de la construcción utilicen un enfoque de calidad. Tratamos de influir sobre ellos porque, a veces, el producto está muy bien hecho, pero la obra no se termina como debería porque algo en el camino falla. En la empresa, la adopción de los conceptos que nos llevaron a la certificación de las ISO 9002 representó un gran cambio cultural. Hoy todos piensan en mejoras, no sólo el gerente general.
– ¿Ustedes advierten signos concretos de que se está saliendo de la recesión?
Audisio – Recién en julio notamos cierto despegue. Si las medidas de Roque Fernández no frenan esa reactivación, esperamos que 1995 pueda recordarse como un bache sin incidencia en el crecimiento a más largo plazo. Vale la pena recordar que, luego de los picos históricos en el consumo de cemento que se registraron a principios de los ´80, la caída había sido prácticamente en picada hasta que la Convertibilidad nos devolvió las esperanzas.
– ¿Son negativas, en ese sentido, las medidas del ministro Fernández?
Steiner – A las cementeras nos perjudica el aumento del transporte. Pero, bueno, hay que reconocer que el gasoil en la Argentina siempre tuvo un subsidio muy grande.
Audisio – Yo criticaría la medida de gravar con 14% la importación de bienes de capital. Un país en desarrollo tiene que invertir no menos de 23 puntos de su PBI en tecnología. Aquí veníamos de 14 puntos en 1989 y, cuando estábamos llegando a los 20 o 21, se crea un impuesto. Es un contrasentido.
– ¿Tienen esperanzas en la obra pública?
Steiner – El gobierno anunció un Plan Quinquenal de $ 70. 000 millones. Obviamente, si parte de esa inversión se concreta estaríamos en una situación muy positiva. Aquí está faltando una gran cantidad de infraestructura. Mientras las obras públicas en otros países ocupan hasta 50% del consumo de cemento, en la Argentina solamente representan 10%. El atraso está indicando que no se consigue financiación.
Audisio- Está claro que el gobierno no va a poder encarar esa obra con sus propios recursos. El Estado nacional salió a buscar US$ 1. 000 millones para paliar el déficit fiscal, los números de las provincias no cierran, no hay fondos. Entonces hace falta la decisión política de canalizar las inversiones en manos privadas.
Dos profesionales
Aunque los integrantes de las familias que dieron origen a las cementeras cordobesas aún mantienen el control accionario de sus empresas, ambas exhiben gerencias profesionalizadas. Los perfiles de sus conductores son ejemplos contundentes.
Walter Steiner: 49 años, nacido en Winterthur (Suiza), se graduó como ingeniero químico en el Instituto de Tecnología de su ciudad natal y continuó sus estudios en la Universidad de Lausanne. Ingresó a Holderbank en 1969 y desde entonces ha dirigido proyectos para el holding en Suiza, Egipto, India, Paquistán, Argelia, Filipinas, Costa Rica, Perú y Sudáfrica. Es gerente general de Corcemar desde 1993.
Nelson Audisio: 53 años, nació en General Cabrera (provincia de Córdoba), egresó como ingniero mecánico aeronáutico de la Universidad Nacional de Córdoba y continuó sus estudios en Estados Unidos. Ingresó en Minetti en 1975 y siete años después puso en marcha la planta más grande y moderna de la empresa, en Puesto Viejo, Jujuy. En 1986 el primer gerente general de la empresa lo nombró gerente de Producción a cargo de todas las plantas, y en 1992 llegó al máximo cargo operativo.
