Entrevista con Chris Jones

    Corría el año 1977 y, al tiempo que trajinaba los claustros de
    la Universidad de Cambridge en su Inglaterra natal, Chris Jones
    tomaba contacto por primera vez con el mundo de la publicidad.
    "Comencé a trabajar para una compañía de la que casi
    nadie había escuchado hablar, que era Saatchi & Saatchi,
    como ejecutivo de cuentas junior", dice en tono relajado
    desde el sofá de su sobrio despacho sobre la avenida Lexington,
    el corazón elegante de Manhattan. Luego de siete años con los
    hermanos Saatchi y de haberse convertido en director de cuentas
    del grupo, se produjo su pase a J. Walter Thompson donde hoy, a
    los 40 años, ocupa el sillón presidencial a nivel mundial que
    cambiará en breve por el sitial de CEO máximo de la
    organización. "Soy un hombre de cuentas", afirma con
    convicción. Frente a la supuesta dicotomía entre esta área y
    la creativa, sostiene que "las personas que trabajan en
    publicidad deben ser creativas, pero esto no significa
    necesariamente diseñar avisos. Esta actividad se relaciona con
    la resolución de problemas, y sólo aquellos con una mente
    creativa, inventiva, están en condiciones de hacerlo".La
    explosión tecnológica no parece inmutarlo: "No creo que
    enfrentemos un cambio revolucionario y repentino, no encuentro
    evidencias de que eso esté sucediendo. Las estadísticas sobre
    Internet, por ejemplo, demuestran que el uso es ocasional y no
    intensivo. Pienso, sí, que se va a producir una transformación
    profunda, pero llevará tiempo y su origen será generacional.
    Tengo un hijo de dos años que ya juega con las computadoras
    básicas, y estoy seguro de que a los 20 tendrá un nivel tal de
    educación en herramientas de comunicación electrónica que, a
    su lado, yo voy a ser tan antiguo como un reloj sobre un banquito
    de tres patas. Por otra parte, hay que recordar que el motor de
    estos cambios es la transformación del comportamiento de la
    gente. Hay cambios que no son necesariamente tecnológicos; las
    personas buscan más variedad, el mundo está cambiando. En 1985
    había 1.000 millones de individuos que vivían en países con
    economías de libre mercado, hoy son 4.000 millones. La nuestra
    es una compañía internacional, y dos tercios de nuestro
    crecimiento en 1996 con respecto a 1995 provendrán de los
    mercados de la región Asia-Pacífico o de América latina".

    Una visión global

    Como presidente de una firma con presencia mundial, Jones no
    elude la consideración de cuestiones como la globalización y el
    papel de las agencias locales. "Es muy fácil comenzar con
    una agencia de publicidad", dice; "sólo se necesita un
    teléfono y un poco de talento. El resultado es que hay muchas
    más agencias que las que necesita el mercado. Por otra parte,
    hay una gran cantidad de compañías internacionales que quieren
    desarrollar relaciones a nivel mundial, pero el número de
    empresas publicitarias que están en condiciones de ofrecer eso
    es escaso y tiende a reducirse. Considero que hoy por hoy no son
    más de ocho, y yo prefiero competir con siete y no con
    300". "En lo que se refiere a la globalización, se ha
    escrito mucho y en vano. Resulta cada día más claro que algunas
    categorías de productos son globales y otras no. Pero la
    importancia de ser una agencia global no tiene que ver con que
    necesariamente vamos a hacer la misma publicidad en todo el
    mundo, sino con prometerles a los clientes mundiales una
    coherencia en el servicio, no sólo en función de la calidad
    sino respecto de la manera de pensar. Y con una capacidad de
    compartir ideas ganadoras en todo el mundo, quizás adaptándolas
    a las condiciones cambiantes de los mercados en forma efectiva,
    confiable y creativa. No quiero desmerecer la creatividad de
    ninguna agencia local; si es buena, prosperará. Pero las que
    tendrán problemas son las grandes agencias locales sin redes
    globales, porque van a ser demasiado grandes para seguir siendo
    competitivas en su mercado, pero no lo suficiente como para
    expandir sus relaciones internacionales."Desde su
    perspectiva de hombre de cuentas, el presidente de J. Walter
    Thompson tiene una visión acerca de lo que considera el papel y
    la motivación del creativo. "Cuando alguien me dice que no
    le importan los premios a la creatividad, no le creo. Nosotros
    queremos que la gente sea innovadora, que rompa los moldes. Por
    eso los premios son importantes, porque representan un
    reconocimiento a la experimentación y hacen que los creativos se
    emocionen cuando sus pares dicen ojalá lo hubiera hecho yo. Pero
    si creemos que eso es lo más importante nos equivocamos: lo
    fundamental es ser efectivo en la publicidad que hacemos para el
    cliente, la que gana premios y además funciona."Puesto ante
    hechos como que la filial argentina ocupó en 1995 el segundo
    puesto a nivel de facturación, a muy corta distancia del
    primero, en un año que fue particularmente duro para el país
    desde el punto de vista económico, resulta particularmente
    interesante su reflexión sobre el futuro de la agencia en
    naciones sometidas a fuertes vaivenes de ese tipo. "Como
    agencia global tenemos que estar en todo a muy largo plazo. Hay
    problemas en todo el mundo, no solamente en la Argentina, que a
    veces atraviesa períodos de estancamiento económico o
    turbulencias, pero al ser parte, en el caso de la Argentina, de
    una fuerte red regional y también de la compañía mundial,
    podemos soportar estos períodos tan duros."En este punto
    Jones acepta que, incluso, las situaciones difíciles pueden
    terminar favoreciendo a su empresa, "porque la realidad
    demuestra que algunos de los barcos pequeños seguramente se van
    a hundir y nosotros no. La Argentina es muy importante para
    nosotros porque allí gozamos de una posición de liderazgo y
    tenemos una excelente agencia. Patricio Bonta -su director- es
    miembro del directorio internacional de la compañía porque
    tiene nivel internacional, y además su línea de pensamiento es
    de rango mundial, tiene mucho para aportar; su calidad de trabajo
    siempre ha sido muy alta". Como conclusión, Jones reconoce
    que "hay mucha publicidad que no es satisfactoria, y no hay
    que olvidar que la publicidad es un convidado de piedra en la
    vida de todos; esto nos impone muchas obligaciones: la primera,
    recompensar la atención que la gente nos presta".•

    Radiografía de J.Walter Thompson

    •Fundada en 1864, tiene 7.200 empleados y 218 oficinas en 74
    países.• Ocupa el segundo puesto en el ranking de Estados
    Unidos y el cuarto a nivel mundial.• Su facturación global
    ascendió a US$ 6.318 millones en 1994, con un crecimiento de 13%
    estimado para 1995. • En los últimos tres años ganó US$
    2.000 millones en nuevos negocios. • En 1995 JWT-USA fue
    finalista en más de 100 premios, conquistando 26 primeros
    lugares en certámenes internacionales. • Algunos de sus
    clientes globales: Citibank, Ford, Nestlé, Unilever, Eastman
    Kodak, Kellogg, Kraft, Sprint, DeBeers, Rolex, Warner-Lambert.
    Fuente: datos de la empresa.