YPF, sin ataduras, pero también sin privilegios

    En la estructura energética argentina, si el gas es caro, la energía es cara. Si la gestión sigue siendo pública, ¿qué garantía tienen los inversionistas? Si es privada, ¿cómo se concilian los intereses estratégicos del grupo que controla con el diseño energético que conviene al país? –

    El gobierno logró lo que se propuso. Asistido por el sector financiero nacional e internacional, colocó el paquete mayoritario de YPF en manos privadas (más de 206 millones de acciones representativas de 58,5 % del capital social de la compañía).

    Como era de esperar, el precio de corte -book building mediante- convalidó los pronósticos optimistas. Ingresan US$ 3.040 millones. Parte de ese ingreso efectivo ser destinado a rescatar los Bonos de Consolidación de Deudas por regalías. El resto ser usado para rescatar el BOCON previsional en forma anticipada. Con la venta se reveló el misterio del valor de mercado de la nueva YPF.

    Mientras las acciones coticen a US$ 19, la empresa vale unos US$ 6.707 millones. Sin embargo, el éxito instrumental de la operación, lejos de despejar dudas sobre las ventajas y oportunidad de la misma, las alimenta.

    A menudo la facilidad de vender un bien est más asociada a la subvaluación que a sus condiciones intrínsecas. ¿Puede considerarse exitosa la venta de un departamento sobre la avenida del Libertador, si ha sido subvaluado debido a la urgencia? Sin duda, la venta gradual de acciones, de la mano de la revalorización de la empresa en marcha, habría redituado m s ingresos al fisco. También, y esto es más importante, habría permitido el afianzamiento de las nuevas reglas de juego con mayor internacionalización del mercado y un Estado reestructurado para cumplir su nuevo papel.

    ¿QUIEN MANDA?

    ¿Pero acaso el management no seguir siendo público? Depende de la decisión de los accionistas clase “D”. Pueden nombrar hasta ocho directores y elegir entre ellos al presidente y vice de YPF S.A.

    Quienes, temerosos de la empresa dominante, planteaban la necesidad de dividir YPF, deberán incorporar a sus argumentos el énfasis en que el Estado garantice la competencia. Quienes proponían control público de la compañía y su condición de empresa testigo, deberán estrechar filas con los que subrayaban la necesidad de internacionalizar m s el mercado.

    Quienes vinculaban la desregulación de la industria del petróleo a una estrategia general que proyecte a la Argentina a los mercados externos, tendrán que vigilar especialmente los precios del gas. Tal cual se estructuran las fuentes de energía primaria, si el gas es caro, la energía es cara. La respuesta oportuna que requieren estos temas no es indiferente al control de la firma.

    El Estado fue mal empresario petrolero pero, ¿da lo mismo cualquier gerenciamiento privado? Bajo el supuesto de que los nuevos dueños van a regir YPF por objetivos de gestión empresaria, parecería que sí.

    Sin embargo, cuando el Estado, a través del veto, puede oponerse a fusiones, copamiento hostil y liquidación de la firma, es obvio que no da lo mismo cualquier management privado. No es lo mismo para la Argentina S.A. que el gerenciamiento privado de YPF destine la renta petrolera a potenciar la inversión exploratoria o no. No es lo mismo que la explotación se realice con un criterio cortoplacista de cash flow, que en función de optimizar el tratamiento del reservorio en el mediano y largo plazo.

    Los objetivos estratégicos del grupo de control podrían entrar en colisión con el diseño de una estrategia global del país. Pero, por otro lado, ¿qué seguridad tiene el inversionista en YPF, en el caso de que el management siga siendo público, de que no habrá interferencias políticas en la gestión? La seguridad la dar la trayectoria, por más previsiones con que cuente el Estatuto.

    Como se precipitó la venta de acciones, debe acelerarse la transformación del Estado. La influencia de éste en el diseño de una estrategia sectorial, y su papel de garante de las nuevas reglas que rigen el sector, constituirán señales para el grupo que controle la compañía. YPF no tiene más ataduras, pero tampoco más privilegios. Es de esperar que su papel dominante en el mercado local tenga como contrapartida un mercado más internacionalizado, que dificulte a su management la articulación de comportamientos anticompetitivos.

    – Recursos externos –

    ARGENTINA A LA BUSQUEDA DE US$ 10 MIL MILLONES.

    – Los inversionistas del mundo industrializado apuestan a los títulos de empresas privadas de América latina, y los analistas hablan de un nuevo mercado de junk bonds –

    Cementos Mexicanos S.A. conmovió recientemente a los círculos financieros internacionales, cuando colocó bonos por US$ 1.000 millones en Euronotes a cinco años. La emisión se cotizó de tal manera que da un rendimiento de 8,99%, es decir, 3,7 puntos más que el título comparable del Tesoro estadounidense. Jamás una empresa latinoamericana había hecho una oferta de tal magnitud.

    Por primera vez en más de tres lustros, los inversionistas en Estados Unidos creen que se puede hacer dinero con títulos de alto riesgo de empresas latinoamericanas. Todos los analistas señalan que el proceso es muy similar al de los junk bonds (bonos basura). La teoría subyacente es que las dos firmas más importantes de calificación de crédito (Moody´s y Standard & Poor´s) están poniendo notas demasiado bajas a las empresas latinoamericanas.

    Algunos importantes inversionistas creen que hay casos en que las empresas de la región merecen mejor valoración que la economía de los países en los que están operando. Según Latin Finance, las empresas latinoamericanas colocaron US$ 10.200 millones en títulos en los mercados externos durante el último año y medio. Los nuevos mercados emergentes de la región están tomando el lugar de los junk bonds en el mercado inversor estadounidense.

    Hasta ahora las inversiones favorecidas se concentraron en empresas de México, Chile y Argentina.

    Según estudios del Banco Mundial, la inversión extranjera directa en los países en desarrollo sumó US$ 37.000 millones durante 1992. En tanto, la inversión en acciones de empresas o por emisión de títulos y bonos, originados en esos países, sumó US$ 30.000 millones el año pasado. Más de la mitad de esos recursos fueron captados por cuatro países: Argentina, Brasil, México y Venezuela.

    La región ha aumentado sus esfuerzos para captar mayor proporción de fondos. Argentina va a la cabeza en esta carrera. Aprovechando el buen clima internacional originado por las noticias de su economía, las empresas privadas del país están a la búsqueda de US$ 10.000 millones de crédito, cuyo ingreso podría equilibrar el déficit en la balanza comercial. En el primer trimestre de este año, la captación de recursos externos por emisión de títulos se estima en US$ 1.430 millones. Durante el resto del año se podrían tomar fondos por otros US$ 3.000 millones.

    La venta de YPF, de otras empresas estatales del sector eléctrico, y del remanente de acciones en poder del Estado en compañías ya privatizadas, podría reportar entre US$ 4.500 y 6.000 millones.

    El problema crucial para el inversionista extranjero no es si existen oportunidades en América latina.

    Es obvio que sí existen. La cuestión es si perdurar n esas condiciones. Esto fue planteado en un artículo publicado en The Wall Street Journal por Elliott Abrams, quien fuera subsecretario de Asuntos Interamericanos de Ronald Reagan. Las reformas económicas liberales han tenido notable éxito en lo inmediato, pero mientras gran parte de la población siga viviendo en la pobreza peligrar –

    dice- la estabilidad política y el crecimiento económico. La vieja retórica populista, advierte, no está muerta. El riesgo es que la gente identifique la pobreza, el estancamiento y la falta de perspectiva con las teorías dominantes del libre mercado y apertura de las economías.

    QUILMES, LA MEJOR GERENCIADA.

    Entre las 15 empresas mejor gerenciadas de América latina hay tres argentinas. Ocupan la sexta, séptima y octava posición en este ranking. Ellas son: Quilmes Industrial, Sociedad Comercial del Plata y Baesa (la embotelladora argentina de Pepsi).

    El ranking fue confeccionado y publicado por la prestigiosa publicación Euromoney. El método consistió en una consulta a las principales instituciones financieras que operan con la región. Más de dos docenas de expertos de bancos, fondos de pensión y analistas financieros de Londres y Nueva York, donde se concentra el mayor conocimiento sobre la situación latinoamericana, fueron entrevistados por la publicación. Se les pidió que nombraran a las tres firmas mejor gerenciadas en el área, en orden de mérito. También era posible agregar nombres de otras empresas de excelente comportamiento, además del listado mínimo de las tres.

    El primero y el tercer puesto fueron para empresas mexicanas: Cifra (tiendas por departamentos) y Grupo Carso (el holding que adquirió el control de Teléfonos de México). La segunda es chilena: CTC, Compañía de Teléfonos de Chile. En cuarto lugar aparece otra mexicana, Kimberley-Clark, industria papelera. Luego están las argentinas en sexta, séptima y octava posición. Finalmente, el noveno y décimo lugar correspondieron a las mexicanas Bancomer (banca) y Televisa (televisión).

    Cuando el ranking se convierte en nacional, en el correspondiente a la Argentina figuran solamente cinco empresas: las tres ya mencionadas, y Astra y Banco Francés, en cuarto y quinto lugar, respectivamente.