AL LECTOR.
Es siempre un delicado equilibrio. Cuando el lector desprevenido ingresa en un terreno muy específico como el petrolero, suelen quedarle varios espacios en blanco. En cambio, cuando quien lee es alguien vinculado al negocio, muchas menciones le parecen obvias.
Muchos lectores nos hicieron llegar sus opiniones.
Hay coincidencia en la calidad y anticipación de la información que se brinda. Para los que están vinculados a la industria -lo dicen ellos- cumple un importante servicio. En cambio, para otros lectores, a veces les resulta arduo seguir el hilo de algunos temas.
El compromiso no es fácil pero se intentará: esperamos lograr el lenguaje de divulgación suficientemente claro como para que ningún lector se quede con dudas y, al mismo tiempo, prometemos no defraudar al lector especializado que exige precisión y rigor.
Los objetivos de Carta Petrolera son: detectar y anticipar tendencias y la probable evolución de indicadores del mercado petrolero y explicar los procesos y los acontecimientos ocurridos en el sector durante los 30 días precedentes, cuando no hay suficiente luz sobre ellos. Con esos criterios se pasa revista al sector hidrocarburos en el sistema económico, en el área energética local, y en el mundo. La sección “aguas arriba” (up stream) hace el relevamiento del segmento de exploración y producción, mientras la llamada “aguas abajo” (down stream) se ocupa de las áreas de refinación y comercialización. Además se incluyen análisis y datos relevantes sobre el mercado gasífero, la estadística útil, el perfil de los actores destacados, la estrategia empresarial y las opiniones expertas.
Nunca se olvida la máxima: “Un gráfico vale más que mil palabras”.
AGUAS ARRIBA.
Debate.
En esencia, ¿qué es la renta petrolera?.
No es fácil ponerse de acuerdo sobre en qué consiste, cuál es la esencia de lo que debe entenderse por renta petrolera, y mucho menos coincidir sobre el modo en que esta renta se debe distribuir o a quién le corresponde y en qué proporción.
Para ubicar el concepto hay que recordar primero de dónde proviene la idea de renta económica. El gran teórico de este tema, que impregnó la discusión posterior, fue el economista británico David Ricardo.
Todo estudiante de economía ha oído hablar del clásico ejemplo con el cual desarrolló la argumentación. Vale la pena refrescarlo. Ricardo estaba en contra de una ley de granos que protegía la producción agrícola inglesa, restringiendo la importación y elevando los precios del mercado interno. La noción de renta estaba asociada a un beneficio extraordinario por encima del beneficio normal que reportaba la actividad agrícola. Esta recompensa adicional que recibían los propietarios de las tierras dedicadas a la actividad agrícola era derivada de las condiciones de la tierra y no del trabajo aplicado a su explotación.
Imaginemos a dos latifundistas, sostenía Ricardo, uno con campos mucho más fértiles que el otro. Ambos venden los granos al mismo precio (el proteccionismo elevaba más el precio del mercado interno). Pero los costos del que es propietario de las tierras más fértil es son mucho menores que los costos del propietario de las tierras menos fértiles. Este último tal vez tenga un beneficio de la explotación, pero el otro obtiene algo mucho mayor: he aquí la renta agrícola.
El concepto de renta, desarrollado a principios del siglo XIX, fue trasladado al negocio petrolero en el siglo XX. La existencia de petróleo en un determinado territorio también es un legado de la naturaleza. Este legado también genera rentas.
La renta petrolera puede ser definida como la diferencia entre el precio del mercado, por un lado, y los costos de producción más un importe para costos adicionales -transporte, procesamiento y distribución- y un retorno sobre el capital invertido, por el otro.
Los protagonistas de la disputa por la renta agraria eran los propietarios de la tierra, los arrendatarios y los consumidores de granos. Los actores de la disputa por la renta petrolera son los Estados con soberanía sobre los territorios que poseen hidrocarburos, las compañías que explotan los yacimientos y los consumidores de los productos de este mercado.
Obviamente, la renta petrolera de un yacimiento ubicado en el Golfo es muy superior a la renta petrolera de un yacimiento ubicado en la Patagonia. En Argentina, la renta petrolera de un yacimiento varía respecto a la de otro, en función de los costos involucrados.
Al concepto económico de renta se le han agregado condimentos políticos. A su vez, la caracterización del petróleo como recurso estratégico, su condición de recurso no renovable y el alto riesgo que caracteriza esta actividad agregan matices propios a la permanente puja en torno de la renta petrolera.
Los Estados con soberanía sobre los yacimientos se sienten con derecho a apropiarse de la renta del recurso, porque el petróleo está en sus territorios y su paulatino agotamiento los obliga a diversificar su horizonte productivo. Las compañías productoras también reclaman la renta petrolera.
Ellas arriesgaron su capital y aplicaron “know how” a descubrir, producir y comercializar petróleo. A su vez, los Estados en los cuales tienen su sede esas compañías también se sienten con derecho a gravar sus ganancias, y por esta vía indirecta también se apropian de parte de la renta petrolera. El consumidor no es ajeno a los vaivenes de este proceso. Cuando el precio del crudo y derivados baja, generalmente crecen los impuestos que gravan estos consumos. Cuando el precio sube, hay resistencia fiscal a bajar estos impuestos. Como consecuencia, el componente fiscal del precio de los
combustibles ha ido creciendo significativamente, distorsionando precios relativos y agregando nuevas aristas al debate de la renta.
El aporte de YPF.
Un modelo de contribuyente.
Desde la desregulación de la industria petrolera y la consiguiente internacionalización de los precios del crudo, la petrolera estatal ha recibido una renta petrolera importante. Trabajó con precios internacionales cuyo valor de referencia osciló entre US$ 18 y 22 el barril, y pudo reducir sus costos internos de producción debido a la apertura económica y a la eliminación (o suspensión) de barreras paraarancelarias como el “compre nacional”.
Con la renta petrolera cumplió con todos sus compromisos impositivos y previsionales vigentes, y por decreto 2089/91 comenzó a aplicar el monto obtenido de la venta de reservas en áreas de interés secundario y asociación en áreas centrales (a enero de este año sumaban US$ 1.339 millones) al pago de sus compromisos impositivos atrasados.
La situación actual, en cambio, es que queda pendiente una compensación. Es decir, YPF no sólo es el principal contribuyente argentino, sino que también, por haber aportado el pago de las privatizaciones a impuestos atrasados, es el único contribuyente argentino con créditos impositivos de la magnitud señalada. De “cenicienta” pasó a “vedette” y su contribución fue fundamental en el financiamiento del Plan de Convertibilidad.
Sin embargo, YPF debe soportar adicionalmente el endeudamiento del sector eléctrico ( US$ 30 millones por mes). Su flujo de caja comienza a resentirse. La todavía petrolera estatal ya aportó suficiente. Hay que permitir su transformación, entre otras cosas para evitar que siga siendo objeto de interferencias políticas. El rojo de YPF puede complicar todas las finanzas argentinas.
AGUAS ABAJO.
Correntadas.
Comenzaron a agitarse las aguas del “down stream” petrolero. Durante el primer año de desregulación las refinadoras privadas invirtieron en la modernización de sus bocas de expendio y en la construcción de nuevas estaciones de servicio en las zonas de comercialización más rentables.
En esa carrera, YPF, que está envuelta en un proceso de transformación y
redimensionamiento, quedó inicialmente rezagada.
El sector comercial, en un mercado desregulado, tarde o temprano pasa a ser el más expuesto a los rigores de la competencia. La petrolera del Estado estuvo abocada al rediseño de su estrategia comercial, mientras el diferencial de precios de sus productos respecto de los de la competencia salvaguardaba sus posiciones en el mercado.
Pero con la estabilidad de precios entra a jugar la valoración que hace el consumidor de la calidad del servicio y la influencia de la publicidad. Shell articuló la estrategia comercial más agresiva para mejorar su posicionamiento en los mercados mas rentables. La estrategia también incluía la captura de bocas de expendio de YPF.
Treinta estaciones de servicio de la marca YPF pasaron a Shell. El traspaso previsto incluía unas 200 estaciones. La petrolera del Estado reaccionó. “Seremos los mejores, tenemos con qué” es el nuevo slogan publicitario de YPF (no muy feliz, por cierto. ¿Quiere decir que ya no son los mejores? Franqueza conmovedora, pero peligrosa desde la percepción del público y como enfoque de marketing).
Los apremios que impone la competencia obligan a YPF a la urgente implementación de una estrategia de comercialización. La regionalización del mercado y el otorgamiento de licencias de comercialización tipo “franchising” aparece como la alternativa inmediata. Desde el punto de vista del funcionamiento de las nuevas reglas de juego, en el área de la comercialización la competencia ha llegado de verdad.
Colocar en el exterior.
¿Qué alianzas se tejen?.
La producción de crudo sigue creciendo. En 1992 la producción total del país puede alcanzar 31 millones de metros cúbicos. Esta oferta petrolera afianza el horizonte de una balanza comercial sectorial favorable. El superávit de 1989 fue de US$ 217 millones; el de 1990 de US$ 617 millones; el de 1991 de aproximadamente US$ 1.300 millones. YPF es el principal exportador, y la “trading” Interpetrol la principal comercializadora de crudo y derivados de origen argentino en el exterior.
Interpetrol mantiene 51 % de participación privada (Grupo Soldati) y 49 % de las acciones en poder de YPF. En el proyecto de transformación de YPF ya está prevista la privatización de esa participación accionaria.
El horizonte de saldos exportables y la diversificación de oferta productiva en el mercado nacional, hacen que los petroleros nacionales valoren mucho más la pericia y experiencia internacional desarrollada por la “trading”, parte de cuyas acciones se van a privatizar. No es nada fácil vender en el mercado externo y mucho más difícil es vender bien.
Sin embargo, para colocar 360.000 m3 de crudo de medanito (cuenca neuquina) desde Puerto Rosales en 1992, la “trading” seleccionada por un consorcio de petroleros nacionales encabezados por Pluspetrol fue J. Aron & Company. Interpetrol no fue invitada a cotizar. Es obvio que los petroleros nacionales buscaron un nuevo cauce para canalizar sus ventas externas.
Una explicación es que pueden no desear tener dependencia comercial con una “trading” vinculada a un grupo que ya se ha posicionado “aguas arriba”. Otra interpretación posible es que con el tiempo algunos petroleros nacionales deseen constituir su propia “trading” asociados a otros grupos con experiencia en el mundo. Finalmente, puede que sea una mera cuestión de solidaridades en función de la estructura y conformación del mercado interno.
Lo cierto es que la balanza petrolera argentina augura buenas oportunidades para el negocio de las compañías de comercialización de productos del sector.
Servicio exclusivo.
Indice que muchos quisieran ignorar.
A nuestras entregas habituales de evolución de precios del crudo y derivados con referencia a las paridades de importación y exportación, en este número incorporamos el índice que releva la evolución de los precios de producción de la industria.
Si los primeros causaron alguna conmoción y no pocas sugerencias de que era mejor no publicarlos por ser “demasiado técnicos”, este nuevo indicador puede provocar un terremoto. Es cierto que no fue fácil elaborarlo. Hay obvia renuencia a facilitar información y no es fácil determinar la ponderación adecuada que establezca la incidencia que tiene en la actividad del sector, el servicio o el material que integra la definición del índice.
Lo que significa que es necesario asumir supuestos que son discutibles y perfeccionables. Lo laborioso del relevamiento de datos para la confección del índice obliga a difundirlo trimestralmente. Todos los datos son relevados en dólares.
Se trata de saber si hay inflación, estabilidad o deflación de los costos en dólares en la producción de petróleo argentino. A partir de un determinado costo de producción por barril (que varía en función de la operadora y del yacimiento), y de los precios del crudo (de los cuales somos tomadores), es importante conocer la competitividad promedio de la industria petrolera argentina, la rentabilidad promedio de la producción de indicadores macroeconómicos como el tipo de cambio.
Conclusiones.
1) Los precios de los combustibles (nafta, gas oil) que durante diciembre de 1991 habían desbordado la cota superior establecida por la paridad de importación, retomaron durante los primeros meses de 1992 el sendero que fija el negocio de oportunidad del mercado externo. El precio del gas oil, sin embargo, seguiría cotizando por encima de la paridad de importación.
El precio del crudo continuó negociándose dentro de las bandas de la “import/export parity”.
2) Con las acotaciones que se han efectuado, el índice de costos petroleros refleja que entre marzo de 1991 y febrero de 1992 ha habido deflación en el precio de los insumos que conforman el costo de perforación y una muy baja inflación en el precio de los insumos que conforman el costo de producción. Los costos productivos de febrero de 1992 también habrían bajado respecto de los valores de noviembre de 1991.
Las explicaciones que se dan a este fenómeno, que no tiene parangón en otros sectores productivos, destacan la fuerte influencia de la apertura importadora en el sector petrolero (eliminación/suspensión del compre nacional) y su condición de industria de capital intensiva, con menor influencia de la mano de obra en la estructura de costos (el crecimiento del salario real en dólares tiene menor incidencia).
Estadística de Costos (Base: Marzo 1991 = 100)
Año/Mes Costo Indice Costo Indice
Perforación Perforación Producción Producción
Mar. 91 391.52 100.00 269.39 100.00
Nov. 91 353.74 90.35 286.92 106.51
Feb. 92 351.47 89.77 275.84 102.39