Las grandes formas de desarrollo, por lo general, devienen en grandes crisis, y los más grandes fabricantes de computadoras a nivel mundial hoy se enfrentan a problemas que los ubican en los bordes mismos de la catástrofe cuyas razones de ser se entienden a través de la siguiente enumeración:
* La expansión de sistemas abiertos y redes de computación orquestadas a partir de partes y componentes no comprendidos en derechos propietarios.
* Una aparentemente incesante reducción de precios y aumento de poder en todo lo que significa equipamiento para procesar data que pone, otra vez al fabricante, contra las sogas.
* La proliferación de consultores y whiz-kids que adaptan cualquier tipo de equipos según los requerimientos del usuario (hardware & software).
* La saturación del mercado, que comienza a hacerse evidente a partir de la menor demanda de sistemas de computación.
Razones más complejas para esto son los resultados de una constante computadorización y-al menos en el UK-los altos aranceles. Los efectos de todo esto han sido devastadores para varias compañías. En EE.UU., el resultado del merger entre Sperry y Burroughs-Unisys-significó, apenas cinco años después, una pérdida de US$ 436.7 millones a lo largo del ´90.
En Europa, el Groupe Bull anunció la pérdida de US$ 1.260 millones, admitiendo que el gobierno francés había contribuído con US$ 720 millones más los US$ 486 millones destinados a la investigación, como forma de mantener las ruedas girando durante el período 1991-92.
Las ganancias por acción en IBM se han mantenido inamovibles durante los últimos seis años. Si consideramos que la compañía ha venido gastando tiempo y dinero durante los últimos tres años, con la sola intención de equilibrar la columna de entradas con la de salidas -sin conseguirlo del todo-, más la advertencia que las ventas durante el ´91 serán menores a las anticipadas, se comprenderá entonces la desconfianza de los hombres de Wall St. después de la aparente recuperación de 1990.
La clave de lo que ocurre está en el desparejo trazado del paisaje. Los proveedores de PC y pequeños sistemas de alto poder no han sido dañados como los grandes monstruos o los especialistas de las miniaturas electrónicas.
* El lider mundial en PC de alto poderío, Compaq Computer, reportó en 1990 ventas por US$ 3.600 millones, 25% por encima de 1989. Sus ingresos netos fueron de US$ 455 millones-en el ´89 alcanzaron US$ 333 millones-, y su crecimiento se debió principalmente a ventas internacionales-donde la facturación creció un 54% -mientras que en EE.UU. apenas subió un 4%.
* En comparación, las ventas de Apple -pionera en la materia- fueron más bien pobres, situación que espera revertir en estos días con el agresivo lanzamiento de nuevos modelos con tecnología Macintosh.
Todo esto es clara evidencia de que el negocio de la computación tradicional está siendo desplazado por una nueva industria con la que tiene poco y nada en común.
Esta nueva industria tiene sus orígenes no en el ramo de la data processing, sino en el marco de los semiconductores a partir de su aplicación en PC y workstations. El modus operandi tradicional se caracteriza por el manejo de la operación a partir de computadoras de marca, y todo tipo de transacción y maniobra se conduce entre marca y cliente.
La nueva industria, en cambio, es muy diferente. Hay una uniformidad de
diseños que tiende a universalizar el fenómeno y funcionan a partir de
elementos fáciles de conseguir. No hay secreto y todos felices.
La pregunta, por lo tanto, es si los miembros de la vieja escuela se jugarán a aprender las nuevas normas o si preferirán permanecer en la suya con riesgo de extinguirse con modalidad de dinosaurios. Hoy por hoy, los expertos coinciden en que la única del todo segura es IBM: su gente tiene la determinación, flexibilidad y -más importante todavía- el respaldo económico para asimilar el gran cambio.
El futuro de los japoneses no es del todo claro, y el boom laptop ha significado una suerte de paréntesis y tregua que ha postergado la definición de los acontecimientos de hoy para mañana. Fujitsu, Hitachi, NEC -principales competidores de IBM- continúan prosperando y creciendo en casa y expandiéndose, pero es cuestión de esperar qué ocurrirá cuando asimilen los problemas de Occidente.