Golpe al contrabando

    EI análisis del negocio informático en la Argentina es tema frecuente de discusión en las empresas involucradas como también en las Cámaras y en el ámbito del propio Gobierno. En este segmento económico, durante anos, las variables de juego han fluctuado entre puntos opuestos, con gran dinamismo y poca estabilidad. Actualmente, ante la formación de un nuevo marco de referencia, se abren numerosos interrogantes sobre cómo pueden y deban competir las empresas del sector.
    Algunos de los signos positivos de la situación presente son: la apertura económica, la baja de aranceles de importación, la privatización de las empresas del Estado y las necesidades crecíentes de los usuarios informáticos. En cambio actúan como elementos negativos: la distorsión que produce el contrabando de computadores, de insumos y de software, Ios fracasos de muchos proyectos de distinta envergadura; el sobredimensionamiento actual de la oferta informática y la recesión económica.
    Desde los años 80, debido a la difusión mundial de la tecnología de los computadores personales y a la existencia de un extenso mercado proveedor de partes, en la Argentina, varias empresas fabrican PCs para el mercado local. Entre los fabricantes locales, algunos son pequeños talleres que arman máquinas de a unidades y a pedido.
    Varios de estos armadores no cumplen con las normas éticas del negocio: usan componentes electrónicos de baja calidad, no importan legalmente las partes, no brindan adecuado soporte técnico, no entregan ni un sistema operativo original ni la documentación técnica necesaria para el PC, obsequian copias ilegales de diferentes programas como una especie de compensación de las
    falencias antes mencionadas, etcétera.
    En síntesis, la lucha por la venta de los computadores personales muestra un complejo cuadro integrado por quienes importan equipos legalmente, quienes los traen por contrabando, quienes arman localmente máquinas con partes importadas legalmente y quienes arman computadores con elementos de contrabando. A esta mezcla se agregan algunas otras variantes como la de armar máquinas con partes importadas y de contrabando, o la de vender equipos legales con otros ilegales y sin la facturación en regla.
    El contrabando floreció en los últimos años, en parte gracias a los altos precios de los equipos importados legalmente, los que desde la época de la Resolución 44 (1985-88) tuvieron fuertes gravámenes de importación. También contribuyó a este negocio ilegal, la falta de medidas adecuadas de las autoridades encargadas de fiscalizar el ingreso de mercadería del exterior.
    En relación con los cambios actuales, Raúl Vejar Olea -vicepresidente de Sonda Computación- afirma:
    “En general podemos decir que el fijar un arancel único para todos los productos, constituye un gran paso en el proceso de apertura económica, de hecho ha sido la postura de Sonda ante la Cámara de Informática y comunicaciones de la República Argentina desde hace mucho tiempo. Sin embargo creemos que un nivel arancelario del 22 por ciento es alto, agravado por los derechos adicionales (3 por ciento de tasa de estadística y un 0,5 por ciento del Fondo de Promoción de Exportaciones) y los altos costos de los fletes y los depósitos fiscales de mercaderías”.
    Por su parte, Ricardo Resnik -titular del Grupo Noise también responde al tema de la apertura, enfatizando que es necesaria “la libre competencia”. Pero agrega: “Cualquier clase de restricción que exista en el mercado para hacer negocios es mala. Cuanto más bajan los aranceles es mejor, cuanto más transparente sea la parte impositiva también es mejor. La transparencia explicada menos posibilidades de corrupción”. Vejar Olea continúa planteando su posición en los siguientes términos:
    “Dado que este comienzo de apertura es para toda la economía, hay que analizarlo desde dos puntos de vista, uno el efecto directo sobre las empresas informáticas. Y otro, a nuestro juicio el más importante, las consecuencias que pueden traer para nuestro sector las nuevas condiciones de contorno que tendrán las empresas en general, producto de ia apertura”.
    El directivo de Sonda agrega que los efectos directos sobre las empresas informáticas serán favorables pues ” se producirá una competencia más leal, debido a que los precios locales no dependerán del criterio de los funcionarios. ni de los lobby´s. Además, habrá una mayor transparencia “,
    A su vez, Ricardo Resnik remarca que muchas empresas han crecido gracias a no cumplir con sus obligaciones impositivas y protegiéndose en los altos aranceles como es el caso de quienes han practicado el contrahando de máquinas e insumos o quienes han vendido software ilegal.
    La libre competencia es una de las principales banderas que flamea actualmente. Se piensa que la transparencia del mercado obligará a todos a encarrilarse por la senda de los negocios lícitos y también beneficiará al usuario con nuevos servicios que le hagan vivir realmente las bondades de la
    informática.

    HABLAN LOS QUE SABEN
    En esta oportunidad, se conversó con dos ejecutivos que desde ópticas bastante similares, pero con marcos empresariales totalmente distintos, han enarbolado las banderas de la libre competencia.
    Raúl Vejar Olea es vicepresidente de Sonda Computación de la Argentina y quien efectivamente dirige a esta companía en nuestro país. El grupo Sonda es de origen chileno y es la segunda empresa de ese país en computación después de IBM. Representa a Digital Equipment Corp. (DEC). El ejecutivo de
    Sonda afirma respecto de la apertura económica de nuestro país que: “Lo más relevante a nuestro juicio será que las empresas tendrán que adecuarse para «competir tanto en el mercado interno como en el externo. En este sentido pasan a tener gran importancia variables como el control de costos, la productividad y la eficiencia. Estos elementos anteriormente se podían disimular ante las regalías especiales los subsidios, la protección arancelaria, etcétera. Como consecuencia de la apertura, la incorporación de tecnología en las empresas es fundamental e inevitable, lo que hace que el mercado potencial para las empresas informáticas debiera aumentar notablemente, y a su vez, estas empresas tendrían que adecuarse también para proveer soluciones integrales”.
    Por último, Vejar Olea agrega que debido a que las empresas argentinas requerirán de tecnología de punta para tener éxito en este nuevo contexto económico, creemos que el nivel del arancel único debiera ir bajando progresivamente a niveles del 10 o 15 por ciento, para que esta adecuación no
    resulte tan costosa”.
    El segundo entrevistado, Ricardo Resnik, es un empresario de 35 años que se inició a los 23 con una pequena empresa de instrumental electrónico -Noise- y que actualmente es el titular de un grupo empresario dedicado a la electrónica y a ia computación.
    En la actualidad, el Grupo Noise está integrado por: Noise I.H.M., Nugget, Numark, Ninex, Namer, Neat, Now y la Fundación Néctar. En el área de computación, representa a un conjunto muy significativo de marcas de software y de comunicaciones de datos, además de ser distribuidor de Tandy y de Compaq. En el sector de electrónica representa a varias empresas de EE.UU. y Japón.
    Resnik opina que es necesaria la libre competencia y que es malo todo aquello que dificulte a los negocios lícitos. A su vez, afirma que lo importante es concentrarse en algo y trabajar con creatividad y flexibilidad. Al respecto dice: “En la Argentina el marketing parece que es simplemente bajar los precios, no se piensa que lo que quiere el cliente es servicios”.
    Critica a quienes antes de hacer su plan de marketing, se preocupan por tener oficinas bonitas y secretarias. También ve con malos ojos a quienes subsisten de cotizar al Estado. Pero lo que más le molesta son aquellos que desprestigian a la competencia con manejos oscuros en vez de preocuparse
    de sus propios negocios y de cómo hacerlos crecer genuinamente.
    El presidente de Noise afirma que su éxito se debió a invertir “en mercadería, trabajo y servicio” y a “no perder la perspectiva”. Para Resnik “la perspectiva es saber dónde se está parado, no hacer negocios de oportunidad, no agraviar al cliente, rodearse de buenos colaboradores y armar negocios que funcionen lícitamente”.
    En su óptica, no se debe pensar en posibles subsidios ni otras ventajas circunstanciales, “hay que calcular todos los costos, los impuestos y cargas sociales y si el negocio no cierra, no hay que hacerlo”. En síntesis, opina que una mayor transparencia del mercado no permitirá subsistir a los empresarios que viven de ilícitos o que no plantean sus negocios con un sentido correcto.