Aniversarios |
Por Mauro Maciel

La vida de las empresas, por lo común, suele medirse en años, por generaciones, por logros o incluso por los ciclos de vida de los productos ofrecidos. Ahora, en el caso de una marca como Tag Heuer es pertinente decir que su existencia comenzó hace aproximadamente 54.787 horas o 1.314.900 minutos, o también 4.733.640.000 segundos. Esto es, 150 años. Nada menos que hace un siglo y medio.
Por aquel entonces, no había otra manera de saber con precisión el horario más que consultando a las agujas del reloj. No había siquiera evidencias de la radio, la televisión, los teléfonos de línea fija, ni mucho menos de los celulares o las computadoras personales, donde fuera posible tomar conocimiento de la dimensión del tiempo. La alternativa más próxima, pese a que no fuera certera, era tomar como referencia la posición del sol y estimar así el avance de las horas.
En la Argentina, la marca líder de relojes deportivos de origen suizo es distribuida a través de Dars S.A., que antiguamente se desempeñaba en el sector de la joyería. Entonces la firma incorporó la comercialización de Tag Heuer a Movado (relojes de vestir) y Corum (relojes de alta gama). Así fue que sus fluidos contactos con las joyerías rápidamente permitieron desarrollar y posicionar los productos en el país.
“Desde sus inicios, la marca estuvo estrechamente relacionada al mundo del deporte, especialmente el automovilismo y, por ende, su identificación fue, desde siempre, la de relojes deportivos de prestigio. No obstante, lo que verdaderamente hace a Tag Heuer es su herencia de innovación y precisión, vanguardia, tecnología, diseño, prestigio y performance”, señala el presidente y CEO de Tag Heuer, Jean Cristophe Babin.
–¿Qué logros y desafíos merecen mención en la vida de la empresa?
–Desde 1.860 TAG Heuer ha estado siempre a la vanguardia de la relojería, tanto por sus avances técnicos como por la selección de los materiales o el diseño. La natural consecuencia fue una cadena de patentes e innovaciones que se convirtieron en hitos en la historia de la fabricación de relojes, tales como el piñón oscilante, creado en 1887 y componente presente en 70% de los cronógrafos automáticos de hoy día, o el Mónaco V4, el primer mecanismo con un sistema de transmisión por correas en lugar del tradicional movimiento a través de ruedas.
Es así que uno de los desafíos más importantes que estamos afrontando es transmitir esta herencia de Tag Heuer y lograr el reconocimiento como una marca de lujo inspirada en el espíritu del deporte y con un gran saber relojero.
–¿De qué modo afecta el avance de la tecnología en el desarrollo la firma?
–Si bien gran parte de la producción de relojes de lujo es aún artesanal, el avance de la tecnología facilita el soñar con nuevos movimientos y, lo que es más importante, hacerlos posible. También la nueva tecnología permite evaluar nuevos materiales o acelerar determinados procesos de producción.
–¿Cuáles son los productos más destacados de la oferta de Tag Heuer?
–Tag Heuer tiene seis líneas principales y cada una de ellas tiene su propia impronta y su propia historia: el Formula 1, el precio de entrada a Tag Heuer, un reloj joven, dinámico, deportivo; el Aquaracer, ícono de la marca, con una vinculación a la náutica; el Link, el reloj elegante; el Carrera, inspirado en la Carrera Panamericana de México, que es quizás una de las líneas más vendidas en todo el mundo; el Mónaco, reconocido mundialmente por ser el reloj de Steve McQueen en las 24 horas de Le Mans; y el Grand Carrera, última incorporación de la marca, que representa una combinación elegante inspirada en el Carrera, con un sistema rotativo, creado por Tag Heuer. Además, no hay que olvidar el Mónaco V4, que es una de las últimas revoluciones en la relojería suiza. Cada línea tiene su peso propio.

Jean Cristophe Babin
–¿Qué ventajas competitivas tiene su compañía respecto del resto de las marcas del sector?
–Tag Heuer es contemporánea, aunque leal a sus 150 años de historia. El producto es atrevido aunque eterno, con una serie de innovaciones organizadas por diseños icónicos, nacidos hace décadas atrás, como el Carrera, Mónaco o Aquaracer. “Dressed-up and dressed-down”, con diseños elegantes inspirados en los deportes y con una calidad insuperable que le permiten ser un reloj de negocios. Del mismo modo, es una opción fresca para el fin de semana. Es también líder en precisión, con un rango que va de 1/10° y 1/100° de exactitud mecánica, así como 1/100° y 1/1000° de precisión digital.
Es de alguna manera la remodelación del lujo que ofrece lo mejor en términos de tecnología, confección y diseño a un precio muy competitivo comparado con otras marcas.
–¿Cuál es el target de cliente de Tag Heuer?
–Tag Heuer es una marca para personas que se reinventan continuamente, desafiando las convenciones, que disfrutan pensar más allá y ser pioneros en lo que emprendan, para quienes ven la vida como un viaje y no como un destino. Es una marca must have, que dirige un gran tráfico de público a las tiendas, y atractiva para un grupo de consumidores de mediana edad, con educación y vinculados a los negocios, artes, diseño o arquitectura, tanto hombres como mujeres.
–¿Cuáles son las estrategias de la firma en relación al mercado y los clientes?
–Durante la crisis económica, la gente experimentó una reacción natural a elegir marcas que le aseguren calidad, durabilidad, eternidad. En consecuencia, todas las series de los relojes Tag Heuer tienen más de 20 años. Se busca expresar diseños más minimalistas y, por otra parte, también vuelven a aparecer los productos vintage.
Para todo esto, es necesario tener en cuenta que los clientes son más sensibles al valor del dinero, lo que nos ha llevado a incrementar nuestro market share a escala mundial en los últimos ocho años (durante los últimos dos años existió un aceleramiento aún superior). Tag Heuer no pretende ser un bling-bling sino de valores duraderos y diseños que estarán vigentes por unos 20 años.
–¿Cuál es la misión de Tag Heuer en la Argentina?
–Incluso el año pasado, hemos experimentado un crecimiento en la Argentina, aunque, obviamente, a una tasa inferior a la de los años precedentes. Sin embargo, hemos crecido de todos modos, lo cual representa sin dudas un logro. En la actualidad, seguimos por la senda del crecimiento en el mercado argentino, con una economía que avanza, y esperamos alcanzar un crecimiento de dos dígitos.
–¿Y los objetivos hacia el futuro?
–Además de sorprender a los consumidores con diseños exclusivos e innovaciones en los movimientos mecánicos, nuestros objetivos son mejorar y aumentar el atractivo de la marca y de los productos para los consumidores chinos, desarrollar nuevos artículos para el segmento femenino y, finalmente, alcanzar la excelencia en nuestras actividades de venta al por menor y en el mercado de Internet.
–¿Cómo imagina a Tag Heuer dentro de 150 años?
–Para los próximos 150 años, continuaremos tras la búsqueda de posicionar la marca como la más legítima en el mercado de los cronógrafos, como así también seguiremos desarrollando nuestras investigaciones en movimientos únicos, con altos volúmenes, como nuestro nuevo cronógrafo realizado in house, el Calibre 1887. También prevemos continuar con relojes excepcionales jamás realizados, como el Mónaco V4, y, por supuesto, trabajaremos duro para desarrollar piezas extraordinarias para la mujer, segmento en el que consideramos que podemos ser aún mucho mejores.

