Una mirada sobre el éxito

    ESTRATEGIA | marketing

    Por Carina Martínez

    En una encuesta del año pasado, pero que mantiene toda su frescura, Zona Planning –dirigida por Eduardo Sallenave– llevó a cabo un estudio con el objetivo de dimensionar el concepto de éxito, entender cómo lo viven hombres y mujeres, en los planos personal y social, y cómo juegan el dinero, el trabajo, los afectos, el acceso a bienes materiales en la percepción del éxito. En él participaron 200 personas, entre 18 y 45 años, repartidas equitativamente entre varones y mujeres.
    Al momento de definir qué es el éxito, los encuestados prácticamente no ponderaron el poder económico (sólo 0,5% eligió esta opción). En cambio, lo relacionaron con el “cumplimiento de un objetivo” (25%), con “una actitud” (23%) y con “superarse” (23%).
    Sin embargo, existen diferencias en las respuestas. Mientras que los hombres lo definen principalmente como una actitud (29%, contra 20% de las mujeres), ellas se inclinan más por la opción “cumplir con un objetivo” (26%).
    Entre los grupos etarios, estas disparidades son aún mayores, lo cual es interpretado por los investigadores como consecuencia de la edad, vinculada con cada etapa de la vida laboral. En este sentido, para quienes recién comienzan a insertarse en el mercado laboral (entre 18 y 25 años), la definición del éxito se relaciona con el logro de objetivos (39%); siendo este logro una forma de “medir” el éxito. En cambio, entre las personas de 26 a 35 años, quienes se encuentran en la edad considerada más productiva y en constante avance, el éxito se vincula principalmente con “superarse” (30%). Por último, los de la franja 36 a 45 años, con más experiencia, vivencias y camino recorrido, valorizan más bien la “actitud” frente al éxito (34%).

    Argentinos exitosos
    Quizás uno de los datos más relevantes del estudio es que 73% de la muestra, sin grandes diferencias de género y de edad, se considera una persona exitosa. Sólo 17% contestó que no se consideraba como tal, lo cual habla de una valoración personal y autoestima altas.
    Sin embargo, la percepción cambia al introducir la mirada de los otros. El dato (73%) que reflejaba una visión optimista y segura de sí por parte de los entrevistados, no se mantiene ya en el mismo nivel. Tanto en hombres como en mujeres, sólo 55% considera que los demás lo ven como una persona exitosa; y sólo entre los más grandes (36 a 45 años) el porcentaje asciende a 60%.

    El dinero como signo
    A pesar de no haber considerado aspectos económicos para definir el éxito, los entrevistados sostienen que “ganar más dinero” es el principal signo de éxito de la época (23%). Esto es así para los hombres (26%) más que para las mujeres, quienes le dan igual importancia que a “lograr un buen trabajo”. También se destaca el “poder acceder a mejores bienes” (17% en total), mientras que “tener un familia feliz” se ubica recién como cuarta opción, con 15% de respuestas.
    Volviendo a la lectura anterior respecto de los más jóvenes en edad de ingreso al mercado laboral (18 a 25), es de esperar que “lograr un buen trabajo” aparezca en el primer puesto como signo de éxito (22%), muy pegado a “ganar más dinero” (21%).
    En tanto los dos grupos etarios restantes, 26 a 35 y 36 a 45 años, resaltan el valor del dinero, con 25% y 24% de menciones, respectivamente; y en ambos casos, “acceder a mejores bienes” ocupa el segundo lugar.

    Éxito total, vida feliz
    Llama la atención que, al ser consultados sobre “cómo sería un día de éxito total”, las valoraciones económicas pierden relevancia y, por primera vez, toman un lugar privilegiado la familia y los afectos en general.
    La descripción de un día de éxito por parte de los entrevistados, tal como relatan los investigadores, tiene que ver con pasar un día feliz, más que “exitoso”.
    24 horas con los seres queridos, en lugares paradisíacos y situaciones ideales, y tiempo libre sin presiones se destacan entre las respuestas. Y recién luego, con menor peso, se mencionan el logro de proyectos, el buen trabajo, el dinero y el reconocimiento laboral y familiar.