Oportunidades y amenazas

    Capítulo III | Comercio exterior

    Por María Cecilia Martin

    El año 2009 fue un año atípico para el mundo y para la Argentina, en medio de una crisis financiera internacional sin precedentes con fuertes repercusiones en los niveles de actividad y en el comercio internacional. Ante este contexto, los saldos exportables del mundo crecieron principalmente durante la primera etapa del año.
    Por su parte, la Argentina cambió la tendencia que venía mostrando desde la salida de la convertibilidad en materia de comercio internacional. El superávit creciente (+30% anual) exhibido en el transcurso del año se explica exclusivamente por un menor nivel de importaciones (–35% anual) consecuencia del menor nivel de actividad e inversión. Por su parte, la menor caída de las exportaciones (–23% anual) se explica por una base de comparación baja enmarcada por el conflicto entre Gobierno-campo durante el primer semestre de 2008.
    La caída de las exportaciones durante el último año se explica por el efecto conjunto de precios (–15% anual) y cantidades (–9% anual) alcanzando un monto de US$ 55.000 millones. Sin embargo, no todos los rubros siguieron esta tendencia.
    • Las manufacturas de origen agropecuario (MOA) no sufrieron modificaciones en las cantidades exportadas respecto al año anterior.
    • Combustibles y energía registraron aumentos en las cantidades exportadas de 24%, explicado por excedentes generados en la abrupta caída del nivel de actividad.
    • Las manufacturas de origen industrial (MOI) cayeron 17%, consecuencia de una caída de 12% en los precios y de 5% en las cantidades.
    • Las exportaciones de productos primarios (PP) mostraron una contracción de 46%, resultado de la necesidad de proveer al sector productos de MOA de materias primas en el contexto de la fuerte sequía sufrida durante el último año.
    En lo que respecta a las importaciones, descendieron 35% alcanzando un monto de US$ 60.000 millones. Esta reducción obedeció a una caída conjunta de precios (–13% anual) y cantidades (–25% anual). Asimismo, todos los usos económicos redujeron sus montos importados respecto a 2008. Los bienes intermedios y de capital, principales usos económicos importados, cayeron 40% y 32% respectivamente a consecuencia de la menor actividad industrial y el deterioro marcado de la inversión.
    En lo que respecta a los orígenes y destinos, el principal socio comercial continúa siendo Brasil. Representó 20% de las exportaciones argentinas y 30% de las importaciones. Sin embargo, la Argentina no es el principal socio comercial brasileño. En 2008 fue el cuarto proveedor brasileño, representando 9% de las importaciones brasileñas. Por otro lado, la Argentina representa 7% de la demanda externa de productos brasileños. Desde 2004 la Argentina viene mostrando saldos comerciales bilaterales negativos, acumulando este año US$ 1.500 millones.

    Perspectivas 2010
    Se observaron recientemente señales de recuperación de la economía mundial y del volumen de comercio internacional. Este comportamiento respondió en gran medida al impulso originado por los programas de estímulo fiscal y monetario implementados por diversos países que, aunque positivos en el corto plazo, encierran un riesgo latente para el comercio internacional poniendo en duda la continuidad de la reciente recuperación. Al estimular la demanda, parte de estos recursos inevitablemente terminan beneficiando a los socios comerciales vía un incremento de las importaciones. Al no haber políticas de coordinación comercial y queriendo minimizar lo más posible esta suerte de “efecto derrame”, dichos planes se han aplicado en algunos casos a la par de medidas proteccionistas con el riesgo que genere una escalada que mine la tendencia alcista del intercambio comercial observada durante los últimos tiempos.
    Existe el riesgo de que continúe en aumento el “proteccionismo de baja intensidad”, a través de la re-implementación de subsidios a la exportación y el uso más frecuente de salvaguardias, derechos antidumping, licencias de importación y derechos compensatorios, etc. Una de las principales amenazas para la recomposición de los flujos comerciales es la escasez de financiamiento.
    No obstante, los importantes descensos registrados en el comercio exterior argentino durante el transcurso de 2009, cambiaron su tendencia en el último bimestre del año ayudados por la base de comparación de esos meses que ya estaba afectada por la crisis internacional.
    Consecuentemente, en 2010 se prevé un monto de exportaciones en torno a US$ 65.000 millones lo que implica un crecimiento de 17% en el año. Este aumento se dará en todos los rubros exportados. El crecimiento pronosticado para la economía brasileña de 5% ayudará a la recuperación de las exportaciones argentinas de metales básicos, automotriz y el resto de las MOI. Asimismo, el mejor desempeño de las economías asiáticas previstas para este año (+ 8%) generará mayor demanda de alimentos y junto a una mejor perspectiva del agro en general y de las cosechas en particular, se espera un crecimiento en las exportaciones de PP y de MOA, en particular la de la industria aceitera.

    Reflexiones finales
    El comercio internacional constituye uno de los factores estimulantes del crecimiento. En este sentido, y ante los efectos de la crisis, es fundamental que los países entiendan lo importante de evitar medidas proteccionistas que pongan en riesgo el crecimiento económico mundial.
    La OMC puede contribuir a suavizar los efectos de la crisis sobre el comercio. Para ello, debe promover la coherencia de las políticas económicas globales, a través del monitoreo de las medidas comerciales y de estímulo implementadas por los países miembros y el apoyo técnico.
    La crisis actual nos enfrenta a una importante retracción del comercio mundial. No obstante, para amortiguar sus impactos en el comercio, se requerirá mucho más que acuerdos comerciales. Debemos tener en cuenta las asimetrías productivas qua hay hacia dentro de nuestros países con relación al mundo desarrollado, de forma de preservar los procesos de desarrollo industrial de nuestras economías. En este sentido, y frente a la reapertura de las negociaciones Mercosur-UE y la Ronda Doha, las concesiones en la negociación de NAMAs por parte de los países en desarrollo deben ser acordes a esta realidad en el camino de lograr mayores oportunidades en productos agrícolas por parte de las economías desarrolladas.

    Las asimetrías pendientes en el Mercosur

    El crecimiento del comercio entre los miembros del Mercosur desde la vigencia del tratado de Ouro Preto fue significativo tanto por el lado de las exportaciones como por el de las importaciones. No obstante, tanto la Argentina como Uruguay, registraron un deterioro en los saldos comerciales.
    Mientras que la Argentina mostró un incremento de exportaciones e importaciones al bloque de 100% y 174%, respectivamente, Uruguay lo hizo en 61% y 200%. De forma inversa, Brasil y Paraguay incrementaron sus exportaciones por encima de las importaciones. Las exportaciones brasileñas crecieron 139% y las importaciones 87%, mientras que en el caso de Paraguay lo hicieron 300% y 200%, respectivamente.
    Sin embargo, a pesar del importante crecimiento del comercio dentro del bloque, las exportaciones de todos los Estados miembros crecieron más hacia el resto del mundo que dentro del propio bloque en el período señalado, obteniendo mayores posibilidades de comercio con países como China o la Unión Europea demandantes de productos primarios, en especial de soja.
    No obstante, 43% de las exportaciones de Brasil son de manufacturas de origen industrial (MOI) y 20% de ellas tienen como destino el Mercosur. A su vez, del total exportado al bloque, 85% corresponden a MOI. Lo que pone de manifiesto que Brasil ha logrado aumentar su base exportadora de productos con mayor valor agregado sobre la base de una mayor demanda de los países del Mercosur. A modo de ejemplo, el superávit registrado por Brasil con el bloque en MOI fue de casi US$ 5.000 millones durante el año 2008.
    La Argentina, por su parte, exporta al bloque principalmente manufacturas de origen agropecuario (MOA) y MOI que en conjunto representan 75% del total, mientras que las exportaciones paraguayas tienen menor valor agregado y Uruguay exporta principalmente productos primarios y MOA.

    El rol de las economías grandes
    Los acuerdos comerciales usualmente involucran a economías de diferentes tamaños y niveles de desarrollo. Si la integración es imperfecta la actividad tiende a concentrarse en las economías de mayor tamaño relativo, beneficiándolas a expensas de las más pequeñas y profundizando las diferencias preexistentes.
    Brasil, que representa más de 70% del territorio del Mercosur, alberga casi 80% de la población y genera 73% del PBI de la región. Fue el país miembro que más aumentó sus exportaciones al bloque en los últimos 10 años.
    La Argentina, que representa cerca 25% del producto bruto del Mercosur mantuvo un saldo comercial deficitario con el bloque de US$ 4.000 millones en 20081 producto de un déficit con Brasil de US$ 4.300 millones.
    No obstante ello, las economías más pequeñas del bloque mantuvieron déficit comercial con los miembros del Mercosur desde el inicio de la integración regional, llegando en 2008 a un déficit de US$ 1.679 millones en el caso de Paraguay y de US$ 2.320 millones en el caso de Uruguay.
    Además, las importaciones brasileñas desde el Mercosur redujeron su participación en el total importado en estos últimos años y es el Estado miembro que en términos porcentuales menos importaciones realiza intra- Mercosur.
    Brasil es el principal socio comercial de cada uno de los países miembros del Mercosur y mantiene un saldo superavitario con cada uno de ellos que en conjunto superaron los US$ 6.800 millones en 2008. En particular, representa 18% de las exportaciones argentinas y 30% de las importaciones. A pesar de ello, todos los países del bloque han descendido posiciones relativas en materia de importaciones brasileñas y en particular, la Argentina fue el cuarto proveedor brasileño después de Estados Unidos, la Unión Europea y China desde 2008.

    Conclusiones
    Al crearse el Mercosur, el tratamiento de las asimetrías ha sido limitado siendo la eliminación gradual de las mismas uno de los grandes objetivos de la iniciativa. Se han aceptado algunos pocos instrumentos para contemplar desigualdades entre los miembros como mayores plazos en el cronograma de convergencia al AEC y al libre comercio intra zona y mayor cantidad de posiciones arancelarias exceptuadas al régimen común del AEC. Asimismo, sectores sensibles como el automotriz y el azucarero han tenido un trato diferenciado en el transcurso de estos años.
    Sin embargo, sigue pendiente la conformación de una visión estratégica común y consensuada para el bloque junto con el diseño y la implementación de políticas para atender el problema de las asimetrías existentes.
    Casi dos décadas después y a pesar de los logros obtenidos, existe cierto descontento de los miembros con los resultados, destacándose el malestar de las economías menores por el aumento de las asimetrías.
    Mientras que Uruguay intenta un plan de reducción de disparidades y reclama sobre mejora de acceso a los mercados y las condiciones de competencia, Paraguay apunta a promover políticas que tengan en cuenta las asimetrías estructurales y para ello ha promovido un trato especial y diferenciado. Asimismo, la Argentina pone de manifiesto que Brasil trae a cuestas una historia de más de 30 años de promoción y defensa de la producción, estrategia que puede observarse a través de la conformación de su Banco Nacional de Desarrollo (BNDES), ampliación de infraestructura, desarrollo de proveedores, etc. Todo esto ha abierto una brecha estructural de importancia respecto a una economía como la argentina, que lleva solo seis años de recuperación de sus capacidades tecnológicas y productivas y con todas las limitaciones del caso.
    De esta forma, los países grandes del bloque, particularmente Brasil, deberían entender que suavizar las asimetrías de los estados miembros y desarrollar las fortalezas de las economías menores puede ayudar a fortalecer las potencialidades del Mercosur. De esta manera, colaborar a desarrollar las economías pequeñas consolidaría el comercio intra regional como plataforma para una mejor inserción internacional y en consecuencia lograr un bloque más fuerte e influyente. Asimismo, la integración productiva regional resulta imprescindible para promover el desarrollo conjunto de ventajas competitivas dinámica a partir de la complementación productiva, comercial y la especialización intrasectorial.

    1- Se toma como año de referencia 2008 ya que el año 2009 está afectado por la crisis internacional.