Se descorre el velo sobre Veladero

    ESTRATEGIA | Empresas

    Por Florencia Álvarez

    Hay una asociación histórica: el capitalismo salvaje suele conectarse tanto con la industria como con la actividad minera. Es cierto que durante el siglo 19 y parte del 20 hubo un “capitalismo salvaje” que atentaba contra el medio ambiente, la salud humana y las condiciones laborales de los trabajadores.
    Todo cambió en parte por el incesante avance tecnológico; y en gran medida también desde que la ecología se convirtió en corriente central de pensamiento, despertando adhesiones en la opinión pública. Fue esa conciencia ecológica la que vino a poner freno efectivo a esos remanentes del tan mentado “capitalismo salvaje”.
    Si no actúan por convicción, al menos lo hacen por interés, como dicen algunos críticos en el caso de la actividad minera. Lo cierto es que un derrame contaminante en algún remoto país emergente, golpea duramente la cotización de las acciones de estas empresas en las principales bolsas del mundo. De modo que no hay margen para errores.
    Pero, en el curso de este proceso, ahora la minería debe enfrentar también a un ecologismo desmesurado, activo denunciante, cuyo ideal sería la supresión lisa y llana de la actividad. Un activismo que no se declara satisfecho con creciente regulación estatal. Pretende prohibir cualquier iniciativa.
    El planteo es entonces, ¿cómo explotar minas eliminando o minimizando los aspectos negativos de la actividad. Porque con leyes claras y beneficiosas para los habitantes de las zonas en explotación, la realidad es que la minería mueve fortunas y requiere de mucha mano de obra, además de que aporta dinero derivado de impuestos a las ganancias, al cheque, a los combustibles, regalías mineras a las provincias (de 3%), retenciones a la exportación, tasas municipales e ingresos brutos.

    Minería moderna
    Minera Argentina Gold S.A es la empresa subsidiaria de la canadiense Barrick Gold Corporation que en 1994 se adjudicó Veladero, una mina de oro y plata a gran escala y a cielo abierto, ubicada en plena cordillera de Los Andes, muy cerca del límite con Chile, a 4.500 metros de altura, en el departamento de Iglesia, a 350 km de la ciudad de San Juan. Está considerada una de las 20 minas de oro más importantes del mundo teniendo en cuenta parámetros como el monto de la inversión, el valor de la producción, sus reservas y la vida útil de la mina.
    Es lo que llaman la nueva minería. Responsable hacia el medio ambiente y sustentable como negocio de largo plazo. Pretende despegarse de aquella idea de la vieja minería donde no se tenía en cuenta ni el impacto sobre el medio ambiente ni sobre las comunidades cercanas a la zona de explotación.
    Por eso, las medidas de seguridad, en todo sentido, son sumamente estrictas; está controlada desde la velocidad de los vehículos y el uso de cianuro, hasta la fauna y la flora que rodea la región. Además de que acompañan su actividad con fuertes acciones de RSE que están orientadas a dar educación, salud y charlas informativas sobre esta nueva forma de hacer minería en los pueblos de donde provienen gran parte de sus empleados.
    También enseñan computación, agricultura y ganadería para que la gente se quede con herramientas para poder seguir trabajando una vez que la mina se haya ido.
    Rodrigo Jiménez es vicepresidente de Asuntos Corporativos de Barrick Sudamérica y responde sobre cuáles son los beneficios que estas acciones de RSE aportan a su empresa: “Vemos la inversión en estas acciones como un tema estratégico de negocio que es importante para nuestra sustentabilidad. Si nosotros hacemos las cosas bien, nos va bien a nosotros, y si las hacemos bien y en conjunto con la comunidad, eso nos permite que cuando desarrollemos un próximo proyecto, podamos ir con la experiencia de decir: ‘Miren, esta compañía vino, hizo las cosas bien, como comunidad nos fue bien’, y eso nos garantiza la sustentabilidad del negocio a largo plazo. Recientemente nos reconocieron en el índice Dow Jones de Sustentabilidad y eso habla de la responsabilidad de la compañía”.

    Producción y ventas
    Las proyecciones para Veladero, cuando en 2005 comenzó con sus operaciones, eran extraer 13 millones de onzas de oro (US$ 7.000 millones aproximadamente) en los siguientes 17 años. Pero se calcula que en los 3.000 km2 otorgados en concesión a Barrick, puede haber hasta 30 millones de onzas. La construcción de la mina demandó una inversión de US$ 600 millones y recientemente se han invertido otros 70 millones para realizar una ampliación. En cuanto a reservas, Veladero ocupa el puesto 17 dentro del ranking de los 20 mundiales.
    ¿En cuánto tiempo recupera una empresa minera el dinero que invierte, que es mucho, y cuáles son los números de facturación de Veladero? Según Jiménez, “estos son proyectos de capital intensivo y de muy largo plazo. La construcción de Veladero costó US$ 600 millones, pero después están los costos operativos, administrativos y demás. Se busca un retorno de la inversión en la vida útil del proyecto. En cuanto a facturación –es estándar en la industria, dicen– brindar los datos en producción de onzas de oro. La producción total de Veladero, en 2008, llegó a 540.000 onzas anuales y obviamente lo que se busca con el proyecto de expansión es incrementar esa cifra”.
    “El costo de caja por onza en ese mismo año fue de US$ 624. Esta es una medida que los analistas financieros utilizan para comparar la performance entre una compañía y otra en un mismo sector. En la extracción del oro estos números no incluyen todo lo que es el financiamiento original, ni gastos administrativos. Entonces, no refleja el costo total de producción por onza”, aclara el ejecutivo.

    Cómo se extrae el oro
    Construir una mina requiere de un trabajo previo que puede llevar décadas. Una vez que se comprueba la existencia de un mineral, lo primero que tiene que hacer una empresa es solicitar los permisos al Gobierno local. Luego de obtenidos, la minera debe ocuparse de confeccionar los informes de impacto social y ambiental. El objetivo principal es dejar todo tal cual, o mejor, al momento del cerrar la mina e ir en busca de nuevos horizontes.
    Por ejemplo, deben hacer un relevamiento de la flora y fauna para no acabar con ella. En la zona de Veladero los únicos ejemplares de flora son las vegas. Para mantenerlas una vez que la mina cierre, desarrollaron un programa de transplante y re-vegetación donde regeneraron 12 hectáreas con más de 60.000 plantines, y cuidaron de la población de guanacos para que no se espantaran con la actividad minera.
    Veladero cuenta con dos filos abiertos (open pits): Amable y Federico. La montaña se vuela con explosivos, en forma escalonada, y luego esas rocas se trabajan hasta dejarlas del tamaño de un pomelo. La capacidad de trituración actual de Veladero es de 50.000 toneladas de roca por día, número que aumentará a 85.000 toneladas a partir de la puesta en funcionamiento de la ampliación realizada.
    De cada tonelada de roca, se obtiene entre 1 y 1,5 gramos de oro. Las rocas fragmentadas se llevan al valle de lixiviación, el proceso más cuestionado y polémico de todos porque es donde se utiliza el cianuro, una sustancia química tóxica y potencialmente letal si no se la maneja adecuadamente.
    Veladero es la primera mina en la Argentina en haberse certificado con el “Código internacional de manejo del cianuro” que intenta reducir al mínimo accidentes laborales y ambientales. En altas concentraciones, el cianuro impide que las células del organismo utilicen el oxígeno presente en la sangre, por eso es tan peligroso. Pero el cianuro es lo único que disuelve el oro en agua.
    El proceso de lixiviación es el que se emplea mayormente en la industria minera para la extracción de oro y se realiza en un circuito cerrado. La roca triturada se dispone sobre una base impermeabilizada y se riega por una red de cañerías con una solución de cianuro de 0,05 gramos por litro de agua. Es la concentración mínima requerida. La solución percola entre la roca, drenando hacia la base. Los líquidos son recirculados por el lecho hasta que se considera que la roca está agotada. Ahí se la lava y se la dispone en lugares acondicionados para tal fin. Por otro lado, la solución enriquecida se bombea hacia la planta de proceso donde se separan los metales de la solución cianurada y después de ser acondicionada, regresa nuevamente al área de lixiviación para que continúe disolviendo oro.
    A la solución que contiene el metal precioso se la funde y se obtiene el metal doré (bullion), una barra de oro y plata con pequeñas impurezas que luego es transportada a una refinería.
    Para desechar los efluentes de cianuro de sodio existen varios procesos. En Veladero se utiliza el de la degradación natural por evaporación solar, una técnica por la cual aseguran que la sustancia no persiste en el medio ambiente.
    Es en este contexto donde algunos ambientalistas ponen el grito en el cielo y donde surgen los movimientos antiminas que luchan para que estas no se instalen cercanas a las comunidades. Con respecto a la reacción de la gente en otros países, Jiménez asegura:
    “Mucho depende del grado de desarrollo que la actividad ha tenido en un país pero siempre genera interés por ser una actividad de desarrollo de recursos naturales. Nuestro criterio es ser muy proactivos en involucrar a toda la sociedad en nuestros procesos de información con el proyecto durante la evaluación de impacto ambiental y durante su vida útil. Ese mismo criterio lo aplicamos en cualquier parte del mundo”.
    Por su parte, Ivonne García es directora del hospital de Jáchal, una de las comunidades cercanas a Veladero y asegura que no han aumentado los casos de cáncer a partir de la instalación de la mina. “El agua no tiene relación con los casos de cáncer. Toda la vida hemos tomado agua del río Jáchal y tenemos los mismos casos de cáncer de siempre. En cuanto al cianuro, históricamente esta agua del río ha contenido cianuro. No hemos tenido un solo caso de intoxicación y hay que tener en cuenta que el efecto del cianuro no es acumulativo. Si uno se envenena, se muere”.
    García cuenta que al principio sí hubo temor y preocupación en la población, que la gente llevaba sus inquietudes al hospital pero que entre ellos y la empresa han ido disminuyendo ese miedo. “La mina ha traído más actividad en el comercio y ha disminuido la cantidad de gente que se va de la comunidad a buscar oportunidades en otras partes. Lo que más ha aumentado son los accidentes de tránsito que no los teníamos antes de la instalación de la mina. Tenemos un caso de politraumatismo grave por día debido a esto. Al aumentar el poder adquisitivo, la gente ha tenido acceso a vehículos y este pueblo no está preparado para eso. Ahora, junto a Barrick, estamos haciendo una campaña de educación vial”.

    Energía propia

    Para abastecer la energía de Veladero, se cuenta con 10 grupos generadores de energía de 2.250 HP cada uno, con una capacidad de 13 megawatts, lo que demandó una inversión de $150 millones. Además, se construyó el primer generador eólico de la provincia para generar 2 megawatts, instalado en la alta cordillera a 4.100 metros de altura –el más alto del planeta–, con una inversión de $25,5millones. También se utilizan paneles solares para cubrir instalaciones específicas tales como estaciones meteorológicas y de comunicación de datos.

     

    Un hotel cuatro estrellas

    La singular experiencia de acceder y visitar la mina

    El mal de altura es un contratiempo que dificulta llegar a Veladero, casi una ciudad construida en el medio de la nada. La falta de oxígeno es notable a 5.000 metros sobre el nivel del mar. Esa es la altura que alcanza un tramo del camino minero que Barrick construyó entre las montañas donde antes no existía ni una huella.

    Son 156 km que le costaron a la empresa $90 millones. Es privado, solo se utiliza para las operaciones de la mina.
    El paisaje es montañoso, desértico, la única vegetación son unos pastos amarillentos llamados vegas que crecen dispersados. Hay picos y laderas de montañas deshelándose y pequeños glaciares blancos. El cielo es turquesa y no pareciera que esos inmensos rayos solares fueran tan nocivos –hay que atravesar el camino con anteojos especiales (claros para los interiores y oscuros para el exterior).
    Se entra en otra dimensión y el cuerpo lo siente a pesar de la preparación del día anterior, y durante la subida, donde hay que beber tres litros de agua, chupar caramelos y casi no comer y mucho menos tomar alcohol o consumir drogas. Cuesta respirar, se siente lo mismo que después de haber corrido, pero sin haber corrido. Duele mucho la cabeza y hay tres grados de temperatura (en invierno pueden llegar a los –55). Para recorrer la mina es necesario utilizar ropa especial que provee la empresa: botas impermeables con punta de aluminio, campera térmica y casco de seguridad.
    El bus va custodiado por una camioneta que marca el camino de caracol y una ambulancia con un médico que atiende a los que van cayendo por el camino; todas personas desacostumbradas a la altura, periodistas de Buenos Aires y algunos sanjuaninos invitados para conocer la mina. El médico mide la saturación de oxígeno en la sangre con un aparatito que implanta en uno de los dedos y decide si colocar o no la máscara de oxígeno. La mayoría de las veces cree que es necesario.

    La vida en el campamento
    La primera parada luego del cartel de “Bienvenidos a Veladero”, es lo que llaman “el hotel” pero que en la jerga minera quiere decir el campamento. Tiene 2.700 plazas. Los turnos de trabajo son de 12 horas y hay tres regímenes distintos: 4×3, de lunes a jueves es el de los gerentes, jefes y supervisores, quiere decir que trabajan cuatro días arriba de la montaña y descansan tres en sus casas; 8 x 6 es el ritmo de los administrativos, de miércoles a miércoles, y 14×14 el de los operarios. En todas las jerarquías se dividen en cuatro grupos porque la mina trabaja día y noche, no para nunca.
    De esta manera, siempre hay un grupo trabajando de día y otro de noche; cuando vuelven luego de un receso, toman el turno inverso al que habían hecho en el período anterior. En esta zona de la mina se encuentra también el hospital de alta complejidad donde están preparados para atender cualquier tipo de emergencia.
    El hotel cuenta con servicios de alimentación y limpieza, gimnasio, sala de recreación con computadoras conectadas a Internet, sala de cine y TV y las habitaciones se comparten entre dos y el baño entre cuatro. Hay módulos separados para caballeros y damas ya que en la mina trabajan alrededor de 35 mujeres. Muchas de ellas se encargan de manejar los camiones fuera de ruta –enormes moles de siete metros de alto, ocho de ancho y 13 de largo valuados en US$ 3 millones cada uno– que transportan las rocas que se obtienen de la montaña. Luego de varios accidentes, en Veladero llegaron a la conclusión de que las mujeres son mejores conductoras que los hombres. Más prudentes, más responsables. Por eso se pusieron a entrenarlas y a enseñarles. Sus sueldos llegan a $5.000.
    De aquí han salido parejas, matrimonios y hasta embarazos, esto a pesar de las estrictas reglas de convivencia y de seguridad matrimonial donde no se permite el contacto entre dos personas. Aunque las parejas estén casadas, a la hora de dormir, cada uno se va a su habitación.

    Pascua Lama

    La gran apuesta de la empresa es ahora el proyecto Pascua Lama que comenzará a construirse en noviembre con una inversión cercana a los U$S 3.000 millones.
    Es el primer proyecto minero binacional (Argentina-Chile) del mundo. Está ubicado a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, situado en la provincia de Huasco, en territorio chileno, y en la provincia de San Juan del lado argentino.
    Estiman una vida útil de 25 años y las reservas de oro se calculan en 17,8 millones de onzas que contienen 718 millones de onzas de plata. Se espera una producción anual promedio de alrededor de 750.000-800.000 onzas de oro y 35 millones de onzas de plata en los primeros cinco años.
    Pascua-Lama empleará a 5.500 trabajadores en su etapa de construcción; 1.660 en su fase de operación y generará 4.000 puestos indirectos. Al día de hoy, más de 145.000 personas provenientes de ambos países se postularon para la trabajar en la mina.