VIDA PRIVADA | Vinos
Por Sabrina Cuculiansky
Nació en Francia en 1964 y se convirtió en referencia obligada en la selección de vinos y espirituosas de calidad y a buen precio, y en la venta de vinos a distancia en Francia.
“Nuestro compromiso se resume en tres verbos: descubrir, seleccionar, compartir”, explica Pierre Martin – Glinel el presidente de la empresa. “Las relaciones, el conocimiento y la experiencia acumulados en Savour Club a lo largo de los años permiten poner a disposición del cliente muy buenos vinos, incluso grandes vinos, conocidos y no tanto, pero siempre con una excelente relación calidad-precio”.
Este importante club de vinos fue creado por dos amantes de la bebida decididos a compartir descubrimientos que ayuden a la gente a elegir al mejor precio entre una gran selección de vinos. Decidieron llamarla Savoir Club y cuatro décadas después sigue reflejando su espíritu con el lema “El vino a su gusto” y su tres premisas “descubrir, seleccionar y compartir”.
El descubrir se resume cuando los clientes y compradores recorren los viñedos para seleccionar los mejores vinos. Se contactan directamente con las regiones de producción, conocen los terruños y sus nombres. Los compradores enólogos del club cuentan con información de primera mano que reciben de los productores para seleccionar lo que vale la pena. Degustan miles de muestras anualmente para ofrecer lo mejor de cada año.
¿Cuáles son los perfiles de selección?
“En Savour Club elegimos un vino en primer lugar porque es representativo de su apelación o denominación de origen y en segundo lugar porque es de una calidad superior al promedio de esa zona en una reserva determinada”, fundamenta el presidente.
A la hora de seleccionar, su segunda premisa, los vinos se someten a un Comité de Degustación compuesto por enólogos, compradores, dueños de cavas y sommeliers que catan los vinos a ciegas. Una vez probados pasan al Servicio de Calidad que determina el grado de alcohol y los parámetros gustativos. Eligen un vino cada 100 que degustan. Realizan análisis y seguimientos de calidad en sus bodegas francesas, desde la selección hasta la venta. Son por lo menos seis controles que garantizan la trazabilidad del producto. Muchos reconocidos chefs se asocian a la gestión de calidad y salen como garantes de los vinos que eligen.
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Este es el tercer fundamento y se basa en que un vino es para beber pero no de cualquier manera y ni en cualquier lugar. El vino realza el sabor de un plato, valoriza un instante de la vida o transforma una situación.
Para eso, cada cliente cuenta con una ficha que explica cómo y cuándo degustarlo así como la temperatura correcta de servicio, los platos ideales para acompañarlo y su posible evolución para tomarlo en su punto óptimo.
La apertura local
Aunque la apertura del local a la calle aún está en ciernes, los clientes argentinos pueden acceder a estas interesantes botellas por pedido, vía Internet o telefónica. Tanto para disfrutar en casa como para llegar a lo de un amigo con un buen exponente francés por e 10, o encontrar un prestigioso nombre como Petrus, Château d’Yquem, Château Cheval Blanc, Château Lafite Rothschild o aun un Mouton Rothschild.
Diego Banfi (Cuisine & Vins) es el presidente del Savour Club Argentina y explica que “la Argentina está teniendo cada vez más el lugar que merece dentro del paisaje vitivinícola mundial. En 2008, las exportaciones de vino y mosto superaron los US$ 800 millones, con un crecimiento superior a 20% respecto del año anterior. El país es un lugar privilegiado para los inversores extranjeros y numerosos expertos desarrollaron en el territorio argentino infraestructuras de alta calidad. Eso permite a los amantes de los buenos vinos disfrutar de sus productos y tener una oferta diversa”.
El público. ¿A quiénes estará apuntado el club?
“Nos dirigimos hacia aquellos que quieren disfrutar de una buena bebida que llene no solo su copa sino una vida orientada al placer y al buen gusto”, agrega Banfi.
Thierry Boulenger es el director local y explica que el abanico es amplio “desde empresas que se deciden por vinos franceses para regalos empresarios, con tarifas especiales –aclara– escuelas de sommeliers y consumidores finales que viajaron y conocen los vinos del mundo y quieren coleccionar en sus bodegas personales. También están los particulares que quieren variar el sabor argentino y prueban vinos franceses una o dos veces por mes. El Riesling francés tiene una particularidad que no la tienen los dulces argentinos”, ejemplifica Boulenger.
A principio de 2009, el club en la Argentina se fusionó al incorporar vinos argentinos a su stock y se llama carmin | savourclub Argentina. Cuentan con más de 60 referencias de vinos, champagnes y bebidas espirituosas importados y una amplia gama de etiquetas argentinas de excelente relación calidad-precio. Cubren segmentos desde US$ 17 como el Terra Dominis 2006 del Valle del Rodano, un blend garnacha y Syrah; un Burdeos por US$ 25 y hasta un Petrus de US$ 2.500.
Cada vez que eligen un vino para beber o regalar, los miembros del club pueden relacionarse con especialistas que responderán todas las dudas a través del teléfono, por e-mail, o correo postal.
La llegada a la Argentina responde a la voluntad de seguir implantando el Club alrededor del mundo como lo hicieron en 2006 cuando inauguraron el Savoir Club Asia, en Shangai, China.
La sociedad está presente en más de 18 países, tiene 125 empleados, tres castillos en Burdeos y cuenta con más de 2.000 referencias.
Actualmente se puede ser socio a través de www.savourclub.com.ar o por el 4104-2010 0800-232-8466 y recibir las botellas sin cargo en su domicilio.
Una sorpresa de Burdeos, que ejemplifica la relación calidad-precio que ofrece el club Château Bel-Air La Chapelle 2002, (Merlot – Cab Sauv). US$ 44. De sabor vigoroso, bien frutado sobre taninos expresivos y una fina frescura. Vino bien construido, expresivo y persistente sobre bellas notas frutadas.
Armagnacs Célébration, desde 1961 hasta 1975: los aguardientes de Célébration Armagnac provienen de una selección de cuatro cepas regionales: el Colombard, el Saint Émilion, la Ugni Blanc y la Folle Blanche. Cuidadosamente criados respetando las tradiciones más antiguas, a fin de que la magia opere durante su envejecimiento. La marca de madurez del Armagnac exhala discretos aromas de nueces y avellanas, desde US$ 151.
El particular sabor del dulce francés, el Riesling, en un exponente de Alsacia, US$ 35.
Botellas míticas de Burdeos como el Château Lafite-Rothschild 1985 por US$ 1.269 o el Petrus 1994 del Pomerol (Merlot) de US$ 2.500.