Por Martín Cuccorese
El Alto Valle del Río Negro fue el lugar elegido por el ingeniero civil Humberto Canale en 1909 para crear no sólo un proyecto vitícola personal sino prácticamente el surgimiento de un nuevo terroir en la Argentina. Casi cien años después la bodega Humberto Canale mantiene una exquisita combinación de tradición y modernidad en una época difícil por la alta competitividad y la llegada de grandes jugadores de todo el mundo.
Los vinos de Humberto Canale, sin dudas, son sinónimos de Río Negro, un terruño con sus propias particularidades pero que además suma, como vimos, historia. Cuando hablamos de terroir o terruño no debemos olvidar la precisa definición que dieron los franceses a este término. Es decir, la sumatoria de las condiciones geo-climáticas junto a los cepajes apropiados y, en el mismo rango de importancia o mayor, el aporte del hombre a través del tiempo. Es decir, una región nueva puede dar buenos vinos y tener un gran potencial pero todavía no es terroir hasta que desarrolle largos años de viticultura: ensayos, pruebas, errores, éxitos. En fin, todo eso determina la calidad de los vinos. Al hablar de Humberto Canale y Río Negro podemos hablar de terroir pues cumple estrictamente con el concepto.
Guillermo Barzi Canale, director de la bodega, cuenta cómo fue el paso a paso de la reconversión en la última década. “En 1997 y 1998 iniciamos los primeros cambios pero sin inversión. Fueron orientados hacia los viñedos, a bajar la producción, a ralear y cosechar un poco más maduro. Pero, principalmente, a hacer una fermentación con maceración prolongada y a obtener vinos con mayor intensidad”.
Sin dudas, todo esto es parte de la historia de la transformación de la viticultura argentina. Y también allí hay un personaje indiscutible que justamente trabajó en aquellos tiempos de renovación para la bodega: Raúl de la Monta. “Fueron de las últimas elaboraciones bajo la tutela de Don Raúl de la Mota. Estos vinos no pasaron más por toneles y todavía no teníamos barricas. Se embotellaron a los 8 meses, sin filtrar.
Así nació el Humberto Canale Merlot 1998 Gran Medalla. En cuanto concurso participaba, obtenía medalla de oro”. Este varietal es un vino emblemático para dicha variedad en el país. Hay un antes y un después del Humberto Canale Merlot 1998. Quienes tuvimos la oportunidad de probarlo nos dimos cuenta de que ya estábamos ante otra cosa en lo que se refiere a alta expresión y a una variedad que hasta el momento era bastante esquiva a la producción local.
Este mismo vino abrió el mercado de Gran Bretaña para Canale, lo que llevaría a la bodega a un joint venture con Hedley & Wright. “Fue algo inusual, señala Guillermo Barzi, ellos aportaron los recursos necesarios para generar un equipamiento para la modernización de la bodega. Nosotros lo devolveríamos con un monto fijo por cada botella exportada a través de los años”. Es a partir de aquí que toma forma su reconocida línea de alta gama Marcus Gran Reserva: Pinot Noir, Merlot, Malbec y finalmente Cabernet Franc. Esto no significó olvidar los demás segmentos de precios. Humberto Canale tiene una variada propuesta en el nivel de precios y también cepajes, desde su línea tradicional Humberto Canale, pasando por Íntimo y obviamente Marcus.
Hoy día 70% de las exportaciones de Humberto Canale pasan por Londres, un caso muy particular, casi único. Respecto al futuro, Guillermo Barzi señala con claridad las perspectivas: “En la última década surgieron algunas nuevas inversiones principalmente de extranjeros y algún local. Cualquier inversión importante debería iniciarse por la plantación y eso requiere años (por lo menos 8) para obtener productos de calidad. A fines de 2000 Catena Zapata decidió una inversión en plantaciones de 300 hectáreas frente a nuestra propiedad. Demoras inconcebibles en el gobierno municipal de ese entonces y la crisis de 2001 frustraron la misma. Sin duda, hubiera sido un factor determinante para el despegue de la región”.
Nadie duda de que Río Negro y Humberto Canale han potenciado una serie de cepajes que parecían no encontrar destino. El Merlot y los Sauvignon Blanc de Río Negro están entre los mejores del país y el Pinot Noir y el Semillón son sinónimos de alta calidad en el Alto Valle de Río Negro. Humberto Canale los elabora y hace mucho tiempo, siempre manteniendo en cada línea de vinos una muy buena relación precio-calidad.
Best Wines
Humberto Canale Semillón 2006
Precio: $12,50
De la bodega que se animó a elaborar un Semillón varietal cuando esta variedad considerada noble en todo el planeta cayó en desgracia ante el consumidor local. Un blanco más que interesante con aromas frutados y a miel. De buen cuerpo y mejor precio.
Humberto Canale Íntimo Cabernet Sauvignon 2001
Precio: $19,50
Diez meses de crianza en barricas de roble francés y americano. Expresivo desde el vamos con matices a frutos negros (moras, grosellas), también ligeros recuerdos especiados (vainilla). Con buena arquitectura, taninos firmes y final de persistencia media.
Humberto Canale Sauvignon Blanc 2006
Precio: $25
Festival de aromas a frutas cítricas y tropicales (maracuyá). Ataque seco, paso levemente untuoso y con una acidez refrescante. Cierre de persistencia media. Variedad a la que la va bien el fresco clima rionegrino.
Humberto Canale Roble Merlot 2005
Precio: $25
El cepaje que fue el salto modernizador de la bodega. Ligero paso por barricas francesas y americanas –sólo 12 % del vino elaborado. Notas a frutas rojas y negras maduras, también especias. Ataque seco, taninos firmes y buena estructura. Final persistente y frutado.
Marcus Gran Reserva Pinot Noir
Precio: $85
Elegante Pinot Noir con paso por barricas de roble francés y americano (10 meses). Rojo rubí de intensidad media como corresponde a la variedad. Aromas a pequeños frutos rojos y negros caramelizados, también matices a café torrado y tabaco. Suave y seca entrada, paso sedoso y final donde vuelven los aromas de nariz.
Marcus Gran Reserva Merlot 2004
Precio: $85
Algo moroso pero muy complejo cuando le llega la hora de expresarse. Notas nítidas a frutas rojas y negras, frutos secos y ligero toque a pimienta. De cuerpo completo. Cierra con un final largo y sabroso. El precio, acorde con lo que entrega.
Modas y tendencias
Lo que el viento se llevó
El boom del vino argentino de la última década trajo consigo cambios, experimentaciones y obviamente modas. Tips para no mandarse la parte diciendo o pidiendo boberías.
Etiquetas I
Lo primero que el viento supo llevarse fueron las etiquetas con nombres alusivos a las denominaciones de origen europeas: Beaujolais, Chianti, Chablis, Borgoña. Resiste aunque no sabemos por cuánto tiempo, el nombre Champagne en algunos espumosos argentinos. En consonancia con los vinos del Nuevo Mundo, se elige valorizar los cepajes que dominan la escena visual.
Etiquetas II
En consonancia con el anterior cambio ceden las marcas con nombres de fantasía españoles o italianos. Se imponen en las nuevas líneas del portfolio de cada bodega etiquetas que refieren cierta pertenencia a un lugar: Finca (lo impuso Finca La Anita) también etiquetas con términos aborígenes (mapuches, huarpes). Algunos bodegueros, siguiendo cierta tendencia global, optaron por utilizar palabras en latín para sus vinos premium.
Botellas, good bye Mondavi
No tuvo un paso glorioso por la Argentina, pero algunas pocas bodegas optaron, a mediados de los noventa, por envasar sus vinos en botellas de gollete. Nadie supo, salvo el californiano Robert Mondavi que las impuso, para qué servían. Eso sí, estropeaban sacacorchos a lo lindo o viceversa el gollete se rompía. Por suerte ya no existen en el mercado. Ante cualquier duda preguntarle a Mondavi.
Corcho aglomerado
Es decir, todo los estilos de corchos económicos para vinos de corta vida. Ceden ante las exigencias del mercado exterior de envasar dicho tipo de vinos con tapón sintético o tapa a rosca. Ambos sistemas aseguran una total conservación del producto en los primeros cuatro años.
Estilos. Vinos blancos
No han sido de gran atención por parte de los bodegueros locales, totalmente inclinados al vino tinto. La renovación se llevó aquellos vinos blancos de larga crianza en toneles. No quedan ejemplares de aquellos blancos neutros y de color amarronado.
Estilos. Vinos tintos
Igual caso que en los blancos. Se abandona su elaboración en grandes toneles para dar paso a las vasijas de acero inoxidable y a las barricas. Este tipo de tintos ya no domina el mercado. Quedan pocos ejemplares y es bueno que sea así. Son fieles representantes de una época que pasó pero, quien sabe, tal vez vuelva.
Estilos. Frescura y dulzor
Un problema de los vinos argentinos es la tendencia a la baja acidez. El consumidor extranjero, en general, está acostumbrado a una mayor acidez. A la par de que se exporta cada vez más, en el país del alfajor de dulce de leche, deberemos acostumbrarnos a vinos más secos y ácidos.
Estilos. Madera
Los años noventa vieron aparecer como novedad las barricas de roble francés o americano. Era moda beber tintos o blancos hiper-maderizados, con pronunciados aromas a vainilla, coco y chocolate. Ahora se ha moderado su uso y se busca el equilibrio entre madera y fruta. Subsisten, no obstante, un pequeño segmento de esos vinos para quienes aman los olores a placard nuevo.
Estilos. Opulencia y graduación
Duró apenas unos años, tal vez como experimentación. Los enólogos vieron que se podían elaborar vinos con 14º. Toda una grata sorpresa de principios de este nuevo siglo. Los enólogos duplicaron la apuesta y llegaron “tranquis” a los tintos de 15º de alcohol. Si a eso le sumamos un estilo súper untuoso, en vez de beberlos había que cortarlos con cuchillo. Con una botella pueden estar seis vinófilos toda una noche. Parece que no es negocio.
Lo que el viento se llevará
Las muy de moda botellas pesadas. Son incómodas, sólo aptas para físico-culturistas. Pero el consumidor asocia botella pesada con gran vino. Como dice la publicidad la imagen es todo pero a veces no tanto.
M.C.
Wine News
Las reglas del juego Escala de clasificación * * * * * NB: una estrella entre paréntesis significa que el vino está situado a mitad de camino entre dos apreciaciones. |
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Rodas Colección 12 Tannat 2006
Bodega: Esmeralda
Precio: $7,50
Prolija línea de varietales per tutti los días. Este es un Tannat no de esos robustos y siesteros, sino de cuerpo medio y redondito. Aromas de expresión media donde domina el frutado. Alcohol medido (13% v/V) y paso fácil. Para acompañar entraña o algún bifecito de costilla.
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Los Haroldos Cabernet Sauvignon
Roble 2005
Bodega: Hacienda Los Haroldos
Precio: $13,50
Nariz media con recuerdos a frutas pequeñas rojas (cerezas) y negras (grosellas) maduras, soplo avainillado. Cuerpo medio. En boca, paso suave. Buena relación alcohol-acidez. Final medido, donde vuelven las fragancias de nariz. Tinto para los mediodías laborales sin mucho compromiso, también para hogareños “morfis”.
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Saurus Chardonnay 2006
Bodega: Familia Schroeder
Precio: $15
La bodega neuquina del dinosaurio presenta este varietal de buen aspecto visual. Aromas medios donde contrapuntean notas frutadas (manzana, ananá) y toques ligeros de madera. Entrada seca, paso nervioso y final rapidito.
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Don David Tannat 2004
Bodega: El Esteco
Precio: $25
Con sello salteño, este Tannat muestra su carácter. Es de esos tintos bien cafayateños de color rojo violáceo profundo. Nariz lenta pero eficiente, déjelo que se exprese: aparecen notas a frutas rojas y negras maduras, también matices de torrefacción y tabaco. Ataque seco, tiene su cuerpo. Llena la boca y cierra con un final sabroso. Interesante novedad a buen precio.
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Fond de Cave Tardive 2004
Bodega: Trapiche
Precio: $31
Dentro de la constelación de cosechas tardías, este es un varietal Chardonnay que tuvo fermentación en barricas de roble, para luego continuar su crianza en idénticas vasijas. Se presenta con aromas de frutas confitadas (cítricos, frutas tropicales), también ligero matiz a miel. Levemente dulce. Paso untuoso y final sabroso.
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Gala 3 2006
Bodega: Luigi Bosca
Precio: $90
Complejo corte de uvas blancas Viognier, Chardonnay y Riesling. Aromas a durazno, damasco también recuerdos a manzana y con ligero especiado proveniente de su paso por madera. Entrada seca, paso untuoso. Una buena acidez renueva el placer de volver a llenar la copa. Final largo y aromático.
Fotos: Gabriel Reig