Los próximos seis meses son la clave

    En los últimos cinco años, el artista más caro del mundo
    prácticamente desapareció del mercado mundial del arte. En 1987
    una versión de los girasoles fue vendida a la aseguradora japonesa Yasuda
    en US$ 40 millones. Algunos meses más tarde, su cuadro Lirios fue adquirido
    por el emprendedor australiano Alan Bond en US$ 54 millones, otro récord.
    Y en 1990, el Retrato del Dr. Gachet volvió a batir el récord
    con el que aun hoy sigue siendo el precio más alto jamás pagado
    en remate por una pintura: US$ 82,5 millones.
    La pintura de girasoles vendida a Yasuda era una de varias versiones que se
    creían originales. Otras dos se encuentran en el Museo Van Gogh de Amsterdam
    y en la Galería Nacional de Londres. Poco después de la sonada
    venta comenzaron a circular dudas sobre su autenticidad: la pintura en manos
    de los japoneses sería, entonces, una estupenda falsificación.

    En la actualidad hay una cantidad de expertos en historia del arte dedicados
    a determinar si la pintura fue o no hecha por Van Gogh. Entretanto, y a consecuencia
    de las dudas sobre autenticidad, sólo siete obras del artista fueron
    vendidas en subastas el año pasado. Y todas a menos de US$ 1 millón,
    apenas una fracción de las cotizaciones de la década pasada. De
    hecho, según datos compilados por Artprice.com, el precio de los Van
    Gogh, en general, se desplomó a un tercio del nivel que tenían
    en 1997.
    A finales de los ’80 los japoneses invirtieron enormes sumas en la compra
    de pinturas impresionistas y post-impresionistas. Después de aquel boom,
    todos los precios se desinflaron, pero los del holandés fueron sin duda
    los más afectados. ¿Las causas del desinfle? Todo parece indicar
    que fue consecuencia de una exposición de 1999, que terminó con
    una docena de cuadros sospechados en su autenticidad.
    El Retrato del Dr. Gachet, el médico que con mucho cariño lo cuidó
    en sus últimos días, fue completado poco antes de que el artista
    se disparara un tiro mortal en 1890, a la edad de 37 años. Fue comprado
    en Christie’s en US$ 82,5 millones por un empresario papelero japonés,
    Ryoei Saito, quien pocos años más tarde murió después
    de ser arrestado por corrupción. El paradero de la pintura –y de
    otras obras impresionistas compradas por japoneses a precios astronómicos–
    es un misterio.
    Ahora se sabe que Dr. Gachet se vendió en 1997, después de la
    muerte de Saito, en US$ 90 millones a quien era directora ejecutiva de Sotheby’s,
    Diana Brooks. La noticia de aquella venta, informada por la revista Art &
    Auction, fue confirmada por Sotheby’s hace sólo escasas semanas,
    aunque parece probable que Brooks haya hecho la compra en representación
    de un tercero.
    El último gran precio pagado por un Van Gogh data de 1998, cuando su
    Retrato del artista se vendió en US$ 65 millones. Luego, la cotización
    de sus obras cayó estrepitosamente, lo cual indica que éste es
    buen momento para comprar. Datos de Artprice.com muestran que sus obras suelen
    ser compradas por debajo de los cálculos de la casa vendedora, aunque
    por lo general vuelven a venderse, con ganancia, en el término de un
    año. Por caso, Muchacha en el bosque fue adquirida en US$ 320.000 en
    2001, y un año más tarde regresaba a remate, con una base de US$
    600.000. M