Los misterios de una red interconectada

    La economía internacional se ocupa de las relaciones comerciales y financieras de las economías nacionales, y los efectos del comercio internacional y las finanzas en la distribución de la producción, el ingreso y la riqueza en todo el mundo y en cada país. En años recientes, la economía internacional se ha dedicado cada vez más a una cuestión central: ¿cómo van a funcionar las economías nacionales ahora que casi todo el mundo está unido en un solo mercado global?


    Como consecuencia de cambios en la política económica y tecnológica, economías que antes estaban separadas por el alto costo del transporte y barreras artificiales al comercio y las finanzas ahora están conectadas en una red cada vez más densa de interacciones económicas. Esta verdadera revolución económica de los últimos 15 años se nos ha venido encima tan de repente que apenas si alcanzamos a comprender las fundamentales ramificaciones que tiene para el crecimiento económico, la distribución del ingreso y la riqueza, y para los patrones que rigen el comercio y las finanzas en la economía mundial.


    Las características más notables de la nueva economía mundial son las crecientes conexiones entre los países de altos y bajos ingresos. Después de todo, las pujantes economías de Europa, Japón y Estados Unidos han estado muy ligadas por corrientes comerciales por lo menos desde la década de 1960. La gran novedad de la era actual es el grado en que las naciones pobres del mundo se han incorporado al sistema global de comercio, finanzas y producción como socios y participantes de mercado y no como dependencias coloniales. Para los entusiastas de la globalización, este desarrollo promete crecientes ganancias del comercio y crecimiento más acelerado para ambas partes de la división mundial de los ingresos. Para los escépticos, la integración de naciones ricas y pobres promete más desigualdad en las primeras y más disloque en las últimas.


    Las economías nacionales se están integrando cada vez más en cuatro formas fundamentales: mediante el comercio, las finanzas, la producción y una enorme red de tratados e instituciones. Las crecientes conexiones comerciales son claras: en casi todos los años desde la Segunda Guerra Mundial, el comercio internacional creció más velozmente que la producción global, dando como resultado una participación más alta de las exportaciones e importaciones en el PBI de casi todos los países.


    En los últimos 15 años, la circulación de capitales financieros entre un país y otro creció todavía más rápido que la circulación comercial. La inversión extranjera directa (en la cual el capital extranjero adquiere una participación mayoritaria en una empresa de otro país) creció todavía más rápidamente que la totalidad de la circulación de capitales en general.


    El marcado aumento en inversión extranjera directa subraya el enorme y creciente papel de las corporaciones multinacionales en el comercio global, y especialmente en la producción global.


    Los chips de semiconductores podrían ser diseñados en Estados Unidos, donde también se producen las obleas básicas: luego se cortan y ensamblan en Malasia, y se prueba el producto final y se embarca desde Singapur. Estos movimientos transfronterizos a menudo ocurren dentro de la misma firma multinacional. Un hecho sorprendente del actual movimiento comercial es que aproximadamente un tercio del comercio de mercaderías está compuesto por cargamentos entre filiales de una misma empresa, en oposición a las transacciones entre distintos exportadores e importadores.


    El cuarto gran aspecto de la globalización es la creciente armonización de las instituciones económicas. Parte de esto es una cuestión de imitación. La mayor parte del mundo en desarrollo eligió estrategias de desarrollo económico distintas de la del libre mercado al independizarse después de la Segunda Guerra Mundial. Estos modelos estatistas se vinieron abajo en la década de 1980, y sobrevino un giro masivo hacia el crecimiento basado en las fuerzas del mercado, con el sector privado a la cabeza.

    Implicancias de la globalización


    Las implicancias de la globalización para los países desarrollados y en desarrollo son hoy objeto de intensa investigación y acalorados debates políticos. Hay cuatro grupos de temas que se investigan en la actualidad.


    Primero, ¿la globalización será capaz de promover un crecimiento económico más rápido, especialmente entre los 4.500 millones de personas (cuatro quintos de la población mundial) que viven en países en desarrollo? Segundo, la globalización ¿va a facilitar o a debilitar la estabilidad macroeconómica? ¿Los repentinos e inesperados colapsos de las economías en mercados emergentes de los últimos años (como México en 1994 y el sudeste asiático en 1997) fueron el resultado de profundas fallas en el proceso de globalización, o son tropiezos manejables, y tal vez evitables, en el camino hacia una mayor prosperidad? Tercero, ¿la globalización generará más desigualdad en el ingreso y, en ese caso, el problema se circunscribe a los trabajadores no calificados en las economías avanzadas o es esta desigualdad resultado de intensificar las fuerzas de mercado en todas partes del mundo? Cuarto, ¿cómo habría que ajustar el poder y las responsabilidades de las instituciones gubernamentales en todos los ámbitos ­regional, nacional e internacional­ ante el surgimiento de un mercado global?


    La teoría moderna subraya que el aumento del crecimiento tal vez podría no ser algo que compartan todos. Hay dos grandes excepciones teóricas que sí encuentran cierto apoyo en la evidencia empírica. La primera se basa en la geografía. Las ganancias provenientes del comercio dependen de que los costos de transporte entre una economía nacional y el resto del mundo sean lo suficientemente bajos como para permitir una gran interacción entre la economía nacional y los mercados mundiales. Si la economía está aislada geográficamente ­por ejemplo encerrada en las alturas de los Andes o los Himalayas o África central, como son los casos de Bolivia, Nepal y Rwanda­ las posibilidades de un comercio extensivo son muy limitadas.


    La segunda gran excepción teórica es el riesgo de que los productores de recursos naturales se vean “atrapados” en una especialización comercial insatisfactoria, demorando de esa forma o bloqueando las mejoras en la industria necesarias para el desarrollo económico. Los países con grandes bases de recursos naturales, como los exportadores de petróleo, se encuentran en posición no competitiva en la mayoría de los sectores de manufactura.


    Desde que apareció la globalización hace unos 20 años, aumentó rápidamente la circulación de capital internacional. Inversión extranjera directa, préstamos bancarios, derivativos, reaseguro y muchos otros instrumentos financieros. Todo eso creció enormemente. Todos los países, desarrollados o no, abrieron sus mercados de capitales a la participación foránea.


    La teoría económica afirma, en general, que el comercio de activos financieros beneficiará a los países tanto como el comercio de productos. Pero la teoría también sugiere ciertas limitaciones a esta visión optimista.


    Todavía no está claro el verdadero significado del crac mexicano y de la crisis financiera del sudeste asiático, pero ambas experiencias demostraron que la circulación financiera sin restricciones de los mercados avanzados a los emergentes puede crear profunda desestabilización. El problema parece residir en que los mercados financieros tienen ciertas “fallas de mercado” que la globalización no limita sino aumenta. Una de esas fallas es la tendencia de ciertos bancos descapitalizados y no muy bien regulados a jugar audazmente con los fondos de los depositantes Por eso, la liberalización financiera internacional de un sistema bancario descapitalizado es una invitación al otorgamiento excesivo de préstamos y a la eventual crisis financiera.


    El segundo tipo de falla es el pánico financiero, que ocurre cuando un grupo de acreedores de pronto decide retirar los préstamos de un prestatario, por miedo a que los demás acreedores estén haciendo lo mismo. Tanto en México a finales de 1994 como en varias economías del sudeste asiático en 1997 (Indonesia, Malasia, Filipinas y Corea del Sur), los mismos que en un momento fueron entusiastas banqueros internacionales, de pronto desconectaron el cable y no dieron más créditos ni renegociaron los viejos. Ese retiro del financiamiento envió a los mercados emergentes a un vertiginoso colapso, con caída de la producción y riesgo del cese total de pagos internacionales.


    Por eso es preciso repensar la liberalización de los flujos de capital internacional. Mientras Washington sigue presionando por la liberalización del mercado de capitales, muchas voces reclaman “detener la rueda” para desacelerar los movimientos de capital con vistas a impedir que cunda el pánico en los mercados financieros. Los reclamos incluyen gravámenes a las transacciones internacionales (para desalentar la especulación monetaria de corto plazo); y limitación directa a los préstamos bancarios de corto plazo provenientes del extranjero como una norma de supervisión bancaria.

    Distribución del ingreso


    Tal vez ningún aspecto de la globalización ha sido más controvertido que el de los supuestos efectos del creciente comercio internacional en la distribución del ingreso. Se dice que la globalización es un gran factor en el aumento de la inequidad, tanto en los países avanzados como en el mundo en desarrollo.


    En los últimos 25 años, la teoría de la economía internacional se ha concentrado principalmente en dos tipos de comercio: intraindustria e interindustria. El primer tipo, en el cual Estados Unidos vende autos a Europa mientras simultáneamente importa autos europeos, está ostensiblemente basado en las ganancias provenientes de la especialización en condiciones de crecientes retornos por producción en escala. Estados Unidos podría producir sus propios autos “estilo europeo”, dice el argumento, pero opta por no hacerlo porque es menos costoso tener mayor producción de modelos americanos, vender algunos a Europa para financiar las importaciones de los modelos europeos. El comercio intraindustria, sostiene la teoría, es una situación en la que todos ganan.


    El comercio interindustria implica la exportación estadounidense de productos de alta tecnología a Asia, a cambio de bienes baratos ­de trabajo intensivo­ importados de Asia. En este caso, el comercio está motivado por factores de proporciones diferentes. Estados Unidos produce bienes que son intensivos en capital físico y habilidades ­equipamiento avanzado de telecomunicaciones, por ejemplo­ e importa bienes que son intensivos en trabajo, como calzado y ropa. La teoría sugiere que ambas regiones pueden obtener ganancias generales con este tipo de comercio, aunque sufran los trabajadores dentro de cada país.

    Gobierno económico


    Sin duda, la globalización está teniendo un efecto profundo en la política en muchos niveles. Lo más importante, el mercado nacional está perdiendo prominencia con relación a los mercados internacionales. Esto está provocando un mar de cambios en el papel del estado-nación, con relación a los gobiernos locales y regionales por un lado y a las instituciones políticas multinacionales por el otro.


    Al final del siglo XX, el mercado nacional está siendo desplazado cada vez más por el mercado internacional. Después de décadas de experimentación, casi todos los países se han dado cuenta de que el mercado nacional es demasiado pequeño para permitir un nivel eficiente de producción en la mayoría de las áreas de la industria e incluso en muchas áreas de servicios.

    Más en Internet

    Es inmensa la bibliografía sobre
    el tema Globalización. Además de los dos ensayos seleccionados
    en esta edición de Documento, hay otros cinco artículos
    escogidos que ­por falta de espacio en el soporte papel­ pueden
    ser consultados fácilmente en nuestro sitio en Internet.

    Usted encontrará los siguientes
    artículos en esta dirección:

    https://mercado.com.ar/mercado/vercanal.asp?id=12

    1. “¿Qué es Globalización?”,
      por Thomas L. Friedman, prestigioso autor y columnista habitual del
      New York Times. Tomado del primer capítulo de su libro
      The Lexus and the Olive Tree.
    2. “Impacto de la globalización
      en los países en desarrollo”
      , por Ignacio Ramonet, director
      de Le Monde Diplomatique, París, y profesor en la Universidad
      Paris-VII.
      Conferencia pronunciada
      en la Asociación Cristiana de Jóvenes de la República
      Argentina, julio del 2000.
    3. “Por qué la dolarización
      es más un chaleco de fuerza que una salvación”
      . Por
      Jeffrey Sachs y Felipe Larrain. Condensado de The Foreign Policy.
    4. “¿Debería haber cinco
      monedas o ciento cinco?”
      . Por Ricardo Hausmann. Condensado de The
      Foreign Policy.
    5. “El futuro del capitalismo”.
      Conferencia de Lester Thurow, pronunciada en The Masters Forum, el 4
      de marzo de 1997 y comentada por Michael Finley.


    * Condensado de International Economics: Unlocking the Mysteries of Globalization.