Un gol de los locales

    En 1991, Aguas de Corrientes se convirtió en la primera empresa pública que se privatizó en la Argentina. Su servicio de distribución de agua potable y saneamiento llega a las diez principales localidades de la provincia y suma algo más de 135.000 clientes.


    La empresa, que el año pasado facturó US$ 25 millones, pertenece al grupo Latin Aguas, también propietaria de Aguas de Salta y a cargo del gerenciamiento de Aguas de La Rioja, con lo que acumula una cartera de 1,7 millón de usuarios e ingresos anuales por US$ 70 millones. El control accionario está en manos de la familia Chamas, tradicionalmente dedicada al negocio de la construcción en la Mesopotamia y el noroeste argentino.


    En 1998, los directivos de Aguas de Corrientes se enfrentaron a la necesidad de modernizar sus procesos de facturación y comenzar a planificar un sistema de atención de clientes, como parte de los esfuerzos destinados a alcanzar la certificación de calidad ISO 9002.


    El programa original había sido desarrollado por Sisa Sistemas Informáticos, una empresa de capitales argentinos que inició sus actividades en 1992, desarrollando sistemas de aplicación para empresas de servicios públicos y constructoras. En su cartera de clientes figuran Azurix, Aguas Provinciales de Santa Fe, Aguas Cordobesas, Aguas de Formosa, Cooperativa de Electricidad Eldorado, en Misiones, y Aguas de Santiago, entre otras.


    Escuchar ofertas


    “Nuestro problema era implementar en el sistema de facturación una interfase gráfica que mejorara el rendimiento de los operadores”, explica César González, gerente de Sistemas de Aguas de Corrientes.


    Así las cosas, González decidió consultar a varias firmas especializadas, entre ellas, los gigantes SAP y J. D. Edwards. Pero sus costos y aplicaciones no lo convencieron, de modo que finalmente le encargó la tarea a su antiguo proveedor.


    El desarrollo comenzó a gestarse en la primavera de 1999 y se implementó a mediados del año pasado. Aguas de Corrientes invirtió US$ 350.000 tanto en software como en equipos, ya que el nuevo sistema requería la modernización de las computadoras de la compañía.


    “Por un lado, instalamos en las diez localidades el módulo de reclamos, para la atención de clientes, y gracias a la interfase gráfica, ahora todos los puestos son polifuncionales”, explica González.


    Con esto, la empresa logró reducir los tiempos de entrenamiento del personal para operar el sistema y permitir que los 4.000 reclamos mensuales que reciben sean procesados de manera eficiente. “Ahora, el empleado que toma el reclamo puede enviar un mail con una orden que va directamente al departamento que debe resolver el problema. Además, ese mismo empleado puede revisar la historia del cliente y brindarle una mejor atención”, afirma el gerente de Sistemas.


    Facturas al instante


    En Corrientes, el servicio de distribución de agua es medido y Sisa fue la encargada de desarrollar el sistema de recolección de datos de los medidores. Los empleados asignados a esta función portan un pequeño dispositivo que contiene una hoja de ruta electrónica; a medida que se ingresa la información de los medidores, el instrumento imprime una factura, que se deja en el domicilio el usuario.


    Una vez que el recolector de datos llega a su oficina, conecta el instrumento a su computadora, que luego los transmite a la casa central de Aguas de Corrientes.


    “Con esto logramos desconcentrar el procesamiento de datos, de modo que nuestros equipos ya no tienen que trabajar de noche para emitir las facturas”, señala González.