Los trabajadores, en el centro de las prioridades de una empresa

    (Esta es la opinión de un alto magistrado judicial (*) del pequeño estado de Delaware en Estados Unidos, donde gracias a una legislación benevolente, están registradas millares de empresas estadounidenses y extranjeras. De las empresas que cotizan en Bolsa en EE.UU., la mitad están registradas en este estado.)

    En opinión del juez, esta divergencia llega en un momento en que muchos trabajadores norteamericanos se han convertido en capitalistas forzosos. Las leyes impositivas exigen que los empleados que ahorran para su retiro o su educación pongan su dinero en fondos de inversión. Esos objetivos de ahorro a largo plazo deberían empalmar bien con el manejo de negocios responsables y sustentables.

    Pero los trabajadores convertidos en inversores no se benefician cuando algunas compañías descargan los costos de sus actividades, como polución o emisiones de carbono, en los demás. Como seres humanos que consumen productos y dependen de buenos empleos, ellos sufren cuando las compañías dañan el medio ambiente, defraudan o lastiman a los consumidores y trasladan su producción al extranjero.

    Como resultado, la amplia mayoría de los inversores necesitan que las empresas trabajen de forma de brindar a los norteamericanos acceso a buenos empleos, a un crecimiento salarial sostenible y a una proporción justa de las ganancias que genera la compañía.

    Sin embargo, nuestro sistema de gobierno empresarial no ha dado eso. Desde finales de los años 40 hasta principios de los 70, los trabajadores y los inversores compartieron la riqueza generada por una economía fuerte y en crecimiento. Pero desde entonces el compacto social se desgastó: la productividad del trabajador creció casi 70%, pero su paga por hora creció solo 12%. Mientras tanto, las ganancias corporativas lograron alturas sin precedentes. Los trabajadores estadounidenses tienen más educación, más habilidades y hacen más para crear las ganancias de la empresa, pero comparten mucho menos los frutos de ese trabajo.

     

    (*) El autor es miembro de la Corte Suprema de Delaware. Tomado de “Hacia un capitalismo justo y sustentable”, conferencia en Washington titulada “A New Deal”.