MBA 2020: una experiencia que requiere autodisciplina

    En septiembre pasado arrancaron las clases en el hemisferio boreal y los que planeaban un MBA con vida universitaria descubren que, si bien algunas clases serán presenciales, el grueso del programa se impartirá online.

    David Lefebre, profesor del Imperial College Business School London, cree que debe ser una gran desilusión para los estudiantes tener que comenzar sus estudios en forma remota.

    “Mi principal consejo es recomendarles que sean proactivos en su inserción en esta comunidad: hablen en las clases, participen en actividades extracurriculares, entablen relaciones con sus compañeros y comuniquen inmediatamente cualquier dificultad al personal administrativo”.

    Para Leigh–Ann Perryman (Open University, Gran Bretaña) especialista desde hace años en educación a distancia, el cambio podría ser positivo. Según ella, el estudio online tiene cantidad de beneficios. El principal es que cada uno puede estudiar a su ritmo y en el momento que más le conviene. No obstante, insiste en la necesidad de tener disciplina, estructura y técnicas para evitar perder el tiempo, o recargarse de información o sufrir numerosas interrupciones digitales (como los mensajes o llamadas por whatsapp).

    Perryman destaca la importancia de variar las tareas durante los periodos de estudio –leer, mirar y escuchar– para no estar todo el tiempo con los ojos pegados a la pantalla. Para quien tenga flexibilidad de horario, el consejo es encarar las tareas más pesadas en la mañana y las más fáciles, como mirar un video o escuchar un podcast, en la tarde.

    Valérie Claude–Gaudillat (Audencia Business School, Nantes, Francia) recomienda incluir descansos y recreos informales para chatear con otros compañeros. “Es importante tener un espacio dedicado especialmente al estudio, donde no lleguen ruidos”.

    El módulo de estudio online idealmente debería ser de no más de 30 minutos porque la fatiga y el aburrimiento inhiben el aprendizaje. Claro está que esto puede tropezar con los horarios de clase que cada institución impone a sus alumnos. No obstante, cada vez que sea posible habría que hacer un recreo. Claude–Gaudillat recomienda también cuidar la postura y buscar relajación mental y física. Y también reírse.” Asimismo, recomienda llevar un “diario de estudio”. Explica que, aunque parezca contradictorio en el mundo digital recomendar un cuaderno, el tomar notas fomenta la reflexión y el aprendizaje. Tomar notas es un hábito que no deberían descuidar sino reforzar.

    Perryman insiste en la importancia de usar una comunicación respetuosa y desprovista de jerga, especialmente en materias con estudiantes provenientes de diferentes partes del mundo. “Tómense el tiempo que haga falta para entender la postura de los demás, ábranse a las diferencias y recuerden siempre que las conversaciones cara a cara son muy diferentes online”.

     

    (Todas las entrevistas que siguen e integran este dossier, fueron realizadas por Rubén Chorny)

    Revolución universitaria

    De las catedrales al delivery virtual

    La cuarentena forzó la convergencia entre un modelo educativo híbrido, presencial, vehiculizado por internet, y uno nuevo virtual, en el cual intervienen diversidad de plataformas, tanto de interacción y aula sincrónica cuanto de repositorio o bibliotecario, con amplia capacidad de memoria, más allá de su conectividad, seguridad y redundancia.

    Por Rubén Chorny

     

    “Hoy entré al despacho del rector y estaba en un Zoom. A los 10 minutos me junté con 3 personas en forma presencial y con otras 3 por Zoom. Esa es la normalidad actual. Estaba físicamente en la oficina en la universidad en Uruguay, pero podía haber estado en cualquier parte. Gente de todos lados entraba y salía de las reuniones. Esa sería la que llaman nueva normalidad”, ejemplifica Claudio Rama (*) el ex director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC) el potente e irreversible cambio de la vida cotidiana que transita la sociedad, en este caso vinculado a todo lo que tiene que ver con la educación.

    No es nuevo sino acelerado. Ya antes de la pandemia, se había generado un gran negocio global centrado en el servicio de la educación, por más de USD 5.000 millones, si bien fundamentalmente había alcanzado volumen en los países más desarrollados y con sistemas más poderosos de educación superior presencial.

    Tal es así que hubo en este año 8 millones de alumnos en el extranjero, atraídos por EE.UU., Inglaterra, Australia, Alemania, Nueva Zelanda, Australia. Inclusive, prestigiosas universidades como Harvard ya venían ofertando sus cursos en forma virtual, hasta en medicina, agronomía, veterinaria, realizaba prácticas con simuladores, multimedios.

    En América Latina, la realidad es opuesta: toda la economía digital está relegada. Algunos indicadores: el PB de la comunicación es del 2% contra 4,5 en los países de la OCDE; el apoyo a la comunicación virtual era 14 y en los países desarrollados, del 35. El teletrabajo era 1%, pero en Luxemburgo abarca al 15% de la población económicamente activa.

    Sin embargo, aun así, la pandemia puso a toda marcha los motores del cambio. Rama detecta una “alta disposición de los docentes de acompañar esta transformación y enorme reingeniería educativa realizada en pocos meses, junto con la muy alta aceptación de los estudiantes”, lo cual lo lleva a considerar que “este modelo de enseñanza será funcional tanto a la educación pública como a la privada”.

     

    Chances equilibradas

    –¿Podría la universidad pública ser competitiva en educación a distancia sincrónica con la oferta privada?

    –La educación a distancia en sus inicios tuvo una dominancia centrada en unas pocas universidades públicas. Desde los años 2000 se ha visto un cambio con un peso mayor de la educación privada, y crecientemente con formatos virtuales.

    Mientras que en la matricula total la educación privada está en el entorno del 50% de la total, en las diversas expresiones de la educación a distancia, el componente privado estaba, hasta la pandemia, cerca de los 2/3 de incidencia. Sin duda, ha habido un cambio y ahora la matrícula en la educación a distancia es única y todas las instituciones, tanto públicas como privadas, pasaron a ofrecer educación virtual sincrónica.

    En este sentido, el peso de la incidencia de la matrícula pública en educación a distancia es de igual intensidad, en términos regionales, que el sector privado, ya que así se distribuye más o menos la matricula. El formato sincrónico de enseñanza (tipo Zoom, para aclarar), sin embargo, es diferente al formato asincrónico y, en la medida que implica un mayor peso docente, tendrá una mayor expresión en el sector público.

    Este modelo mantiene el protagonismo y el poder de la enseñanza del docente frente a los recursos de aprendizaje. Pero, a la vez, se tiende a mantener el formato de remuneración asociado a las horas de trabajo presenciales. Además permite ahorros de tiempo significativos para los actores docentes y les deja la libertad de disponer la colocación de sus recursos de aprendizaje, el poder de grabar o no las clases y de organizar el proceso de control del aula. Por todo esto tiendo a considerar que este modelo será más funcional a la educación pública.

     

    –¿Qué rol tendrán las regulaciones que se hagan para que haya una oferta suficiente y variada de Internet al alcance de la mayor cantidad de gente posible y para que pueda acceder a las plataformas online?

    –Los gobiernos tendrán el desafío de tomar decisiones de habilitar el pasaje de las ofertas presenciales a ofertas a distancia, y de actualizar sus marcos normativos a esta nueva modalidad de educación sincrónica con apoyo en plataformas. Tal escenario tiene, además, un fuerte apoyo de estudiantes, docentes e instituciones, especialmente privadas. Y sin duda permitirá aumentar la demanda, especialmente en el interior.

    Sin embargo, en el contexto de la crisis fiscal, para los gobiernos podrá ser oportunidad para volver a analizar los costos a fin de aumentar la cobertura. Pero, al mismo tiempo, este escenario implica la posible presencia con mayor intensidad de la educación transfronteriza, e impactará en otro escenario respecto a la posibilidad de estudiar en forma virtual fuera de las fronteras.

    Estamos frente a una crisis de la tradicional educación internacional del tipo de la movilidad académica presencial, con un avance de formas de acceso virtuales transfronterizas a la formación de los países centrales que implicará un cambio en la educación y el avance unos casilleros a una educación más global y más competitiva.

    Aunque la movilidad presencial universitaria de ingreso y egreso es muy baja en la región, así como a futuro aumentará la educación virtual, también implicará un incremento de la movilidad estudiantil y docente virtual internacional, con nuevas alianzas, nuevos modelos curriculares y un aumento de formas de doble titulación y articulación académicas.

     

    Grandes operadores

    –Ud. afirmó que la educación por Zoom, al cambiar de asincrónica a sincrónica, modificó toda la jugada y que es un nuevo escenario que va a marcar la cancha de los negocios educativos. ¿Cómo habrá de manifestarse y en qué plazos?

    –Esta transformación se dio en este año a nivel global, y llevó no solo a Zoom sino a los grandes operadores como Google y Microsoft a entrar de lleno. No dudo que incluso Facebook terminará entrando en la dinámica de la economía colaborativa en el sector educativo.

    La educación virtual pasó de basarse centralmente en un aprendizaje apoyado en plataformas y una educación asincrónica a una educación híbrida sincrónica y que –como la educación presencial– tiende a usar las plataformas como apoyo, acceso a recursos, actividades colaborativas, realización de tareas e información complementaria.

    Es una educación virtual fragmentada entre actividades sincrónicas y asincrónicas, que es altamente eficiente para competir con la educación presencial. A medida que las empresas y las capacidades de las redes de Internet, de software y de memoria en la nube aumenten, podrá tener más prestaciones.

    Hay un cambio de los parámetros competitivos en términos pedagógicos y de flexibilidades que se expresarán con mayor dimensión cuando la educación presencial vuelva a ser permitida en términos sanitarios, y seguramente es un desplazamiento de una porción de estudiantes de la modalidad presencial a la híbrida.

    Todas las instituciones propenderán a tener diversidad de su oferta en términos de modalidades y habrá nuevas articulaciones entre ellas, pero expresará un aumento de la virtualización, de la tercerización de algunos servicios técnicos, y un aumento de la capacidad de cobertura tanto local como internacional.

     

    –¿Habrá convergencia entre las dinámicas educativas futuras y plataformas de negocios?

    –Las empresas y aplicaciones como Canvas o Blackboard se habían concentrado en formatos de LMS pero también al interior habilitaban actividades sincrónicas integradas. Este formato se va a expandir, pero con el ingreso de nuevos operadores con capacidades de memoria en la nube y de conectividad que superan ampliamente las capacidades de los operadores anteriores.

    Sin duda que estas han crecido en este año, pero tendrían que tener desarrollos tecnológicos más potentes en hardware y conectividad y no tanto en software, que son desarrollos de menores costos y requerimientos. Sólo gracias a sus escalas y la diversificación de sus fuentes financieras de las inversiones es que Google Meet o Microsoft Team han podido ofrecer estructuras de precios muy competitivos.

    Hay una competencia entre modelos de negocios y niveles de infraestructura para apoyar los procesos educativos. Las inversiones realizadas previamente, el carácter global de los servicios y los mecanismos de financiamiento serán los determinantes.

     

    (*) Claudio Rama, director del Doctorado en Educación Superior Universitaria (UAI, UNRN, UA) de Argentina e investigador de la Universidad de la Empresa (Uruguay)

     

    Asegurar la calidad educativa

    Una fuerte inversión en

    tecnología es indispensable

    Todas las escuelas de negocios incuban ideas y mejoras. La competencia se expandió geográficamente, derribando fronteras, excepto el idioma. La profundización y la mejora continua serán las claves.

    Por Rubén Chorny

    En el mercado y los alumnos anidan las definiciones, según lo explora María Muro, product manager Programas Online Info IAE Business School.

     

    –¿Qué va a suceder con la competencia por las matrículas entre las universidades y escuelas de negocios que tenían alguna experiencia en educación a distancia, con distintas plataformas tecnológicas, y la profundizaron, versus otras que hicieron por primera vez la experiencia?

    –El mapa competitivo sumó nuevos “players”, y aún se está definiendo el lugar que ocupará cada uno. Sin dudas, quienes ya veníamos con experiencia en educación a distancia tenemos ventajas y una oportunidad clave frente a los desafíos de la nueva realidad.

    En IAE hace ya dos años se consolidó formalmente el área de Innovación Educativa, justamente para trabajar en toda la universidad en el desarrollo de la educación a distancia, sumando partners de primer nivel y poniendo foco en preparar a la Escuela y sus recursos para dar respuesta a nuevas necesidades de formación, con el aprovechamiento máximo de tecnologías y recursos pedagógicos propios de la formación online.

    La pandemia aceleró este proceso, pero el contar con este trabajo y preparación previos nos permitió una reconversión ágil y eficiente para asegurar la calidad y experiencia IAE. Así fue como en siete meses lanzamos más de 50 programas online, posicionándonos fuertemente en el mercado. Probablemente sigamos sorprendiéndonos con ´jugadores´ que se suman o aceleran, quiénes sean más o menos valorados, y quiénes se fortalezcan y quiénes no. Es muy reciente aún para asegurar. Probablemente también haya un tiempo de convalidación, en el que vaya quedando en evidencia la calidad y el impacto de cada caso.

     

    –¿Preocupa el avance tecnológico más que la reputación de la casa de estudios, si la ponderación se hace por los méritos en la enseñanza remota? 

    –Siempre fuimos conscientes que la tecnología habilita nuevas posibilidades y mejora la experiencia del alumno en el aula, ya sea en modalidad presencial o virtual. Por eso venimos trabajando fuertemente en su incorporación constante, poro siempre junto al desarrollo de nuevas metodologías, contenidos, y experiencia en aula adecuada al formato online.

    Una fuerte inversión en tecnología es indispensable para asegurar la calidad educativa que es propia de IAE, pero no es suficiente sino se acompaña con los distintos aspectos de esa calidad, que son los que en definitiva fundamentan la reputación de la Escuela. Con el formato online, aparece un nuevo mercado, que valora el conjunto de los atributos, donde la innovación tecnológica será siempre uno de los esenciales.

     

    –¿Puede haber migraciones interregionales o entre la propia oferta local de enseñanza en escuelas de negocios y posgrados a partir de la enseñanza a distancia? 

    –La educación a distancia nos abrió fronteras, el mercado se agrandó notablemente tanto en la región como en el interior del país. En IAE crecimos un 85% en participantes de la región y 42% en el interior, lo cual evidencia la magnitud de la oportunidad.

    Lo que antes no estaba al alcance por distancia, logística y problemas de agenda, encontró una oportunidad en los formatos online. El potencial de este mercado local y regional es enorme. Las migraciones responderán a la calidad de la oferta en cada caso.

    En IAE, la experiencia en el formato online “en vivo”, nos permitió este año aumentar significativamente la cantidad de nuevos participantes, que se sumaron a los que ya nos venían eligiendo, y a los que continuaron su formación de posgrado en los formatos exitosamente reconvertidos.

     

    Lo presencial y lo online

    La enseñanza pasiva, dogmática y

    memorística ya no tiene cabida

    La demanda de las empresas se focaliza cada vez más en programas que responden simultáneamente al desarrollo de pensamiento analítico, a la formación interdisciplinaria y a la innovación.

    Por Rubén Chorny

     

    Esta tendencia –asegura Lucas Grosman, decano de la Universidad de San Andrés– podría acelerarse con las enseñanzas que la pandemia está dejando.

     

    –¿Qué implicaciones tiene en la educación superior la masividad del cambio tecnológico debida a las cuarentenas?

    –La cuarentena provocada por la pandemia del COVID–19 implicó que las universidades tuviéramos que transformar nuestras clases presenciales en clases virtuales en un lapso muy breve. En este proceso, muchos profesores y estudiantes se familiarizaron y comenzaron a sentirse cada vez más cómodos con las herramientas de educación a distancia.

    Es esperable que, como consecuencia de esto, se produzcan dos fenómenos paralelos. En primer lugar, la división tajante entre clases presenciales y clases virtuales se desdibujará.

    Las clases presenciales se enriquecerán con cada vez más herramientas digitales que, ahora, profesores y estudiantes estarán más abiertos a incorporar. Un ejemplo: durante este año ha sido común que en las clases y seminarios de la Universidad de San Andrés participen regularmente, como invitados “a distancia”, profesores de las mejores universidades del mundo; esta práctica seguramente llegó para quedarse.

    Del mismo modo, ciertos contenidos particulares se pueden ofrecer de manera asincrónica, mediante videos u otro tipo de recursos digitales, lo cual puede dejar más tiempo disponible para que en la clase se debata sobre esos contenidos o se trabaje interactivamente en torno a ellos.

    En segundo lugar, las universidades ofrecerán cada vez más programas total o predominantemente virtuales que les permitan llegar a una audiencia más amplia. Si bien no lograrán reproducir plenamente algunos aspectos distintivos de la experiencia presencial, especialmente en lo que atañe a la interacción con docentes y pares, podrían resultar alternativas atractivas para aquellos estudiantes que, por razones económicas, geográficas o de disponibilidad de tiempo no puedan acceder a una experiencia presencial o híbrida. Esta alternativa será más común en el nivel de posgrado y educación ejecutiva.

     

    Pensamiento crítico

    –¿Cómo juega en este contexto acelerado por el confinamiento la demanda actual a la formación superior de parte de las empresas públicas y privadas de que haya una educación flexible capaz de adaptarse a los bruscos cambios culturales debidos a la disrupción tecnológica?

    –Con la pandemia, se ha tornado más evidente para las empresas la necesidad de contar con profesionales cuya formación les permita adaptarse al mundo en constante cambio que deberán enfrentar. Esto exige una educación universitaria que responda a tres criterios básicos:

    En primer lugar, la universidad debe generar capacidades analíticas que fomenten el pensamiento crítico y creativo. Solo así sus graduados lograrán enfrentar exitosamente situaciones nuevas, que no están en los libros sencillamente porque resultaban inimaginables cuando esos libros fueron escritos. La enseñanza pasiva, dogmática y memorística no tiene cabida en este escenario.

    En segundo lugar, cada vez resulta más claro que los profesionales del futuro deberán tener una formación interdisciplinaria que les permita abordar los problemas desde distintos ángulos e interactuar de manera productiva con colegas provenientes de otros campos.

    En tercer lugar, las universidades deberán ser cada vez más innovadoras. Deberán entender qué tipos de programas, contenidos curriculares y metodologías son las que el futuro del trabajo demandará, y tener la capacidad de adaptarse de manera constante a esas necesidades.

     

    –¿Qué va a suceder con la competencia por las matrículas entre las universidades y escuelas de negocios que tenían alguna experiencia en educación a distancia, con distintas plataformas tecnológicas, y la profundizaron, versus otras que hicieron por primera vez la experiencia?

    –El éxito de los programas de negocios dependerá, por un lado, de su capacidad de combinar metodologías presenciales y digitales del modo que mejor se ajuste a cada audiencia; y, por el otro, de su capacidad de ofrecer programas y contenidos que resulten relevantes para el mundo que nos toca vivir.

    Para ello, como vimos, deberán enfatizar la generación de capacidades analíticas y ser interdisciplinarios e innovadores. Seguramente, la competencia en este mercado se definirá por la habilidad relativa de cada universidad de lidiar con estos múltiples desafíos.

     

    Mayor demanda de la sociedad

    Los jóvenes revalorizan hoy

    costumbres algo desechadas

    La tecnología permite crear un puente entre la actividad científica, como motor impulsor de nuevos conocimientos, y la actividad productiva que da respuestas a demandas específicas y como tal no puede escaparse la educación y sus demandas de reformulación.

    Por Rubén Chorny

     

    La irrupción de las tecnologías de la información y comunicación en los sistemas educativos requiere una formación actualizada en marcos teóricos, procedimientos y modos de interacción en entornos virtuales, según afirma Gabriela Azar, directora del Departamento de Educación de UCA.

    Esta pandemia, que nos ha tenido aislados por ya casi 8 meses, pone en evidencia las disfuncionalidades del acceso a recursos tecnológicos de punta y a conectividad en Argentina, por la desigualdad que acentúa la brecha digital entre quienes acceden y quienes no a esta cultura virtual.

    Las empresas y demás instituciones han evidenciado en este confinamiento, al igual que las escuelas y universidades, la necesidad de contar con personas formadas calificadas en capacidades digitales pero fundamentalmente también en habilidades socioemocionales que les permitan resignificar las prioridades. En este sentido, hay mayor demanda al nivel de educación superior por parte de la sociedad, en cuanto a la necesidad de optimizar la formación para este nuevo mundo que ya se viene.

    La educación en la actual pandemia se ha visto muy demandada en lo que respecta a la profunda tarea de repensarse en una nueva modalidad que es trasladar la escuela y las universidades en línea a casa, cuando la educación presencial, claramente no es replicable en un entorno digital.

    La  pandemia ha evidenciado también los problemas recurrentes de la falta de modelos pedagógicos actualizados, en formar docentes profesionales capaces de enseñar a todos, en diversos contextos y con diversos recursos.

     

    Modelo innovador

    En la UCA, desde el Departamento de Educación, estamos implementando un modelo innovador de docentes profesionales en educación inicial y primaria, con las siguientes características, que lo hacen innovador y capaz de dar respuestas a la demanda de profesionalización docente que estos tiempos exigen:

    • Claves pedagógicas del modelo innovador para formar maestros profesionales AIE Aprendizaje inclusivo y efectivo;
    • nuevo contenido foco en el desarrollo de aptitudes;
    • inclusión y diversidad de estudiantes;
    • criterios de calidad en los aprendizajes, flexibilidad para alcanzarlos gradualmente en sus tiempos pero con efectividad;
    • evaluación para la mejora retroalimentación y sistemas de aulas portafolios;
    • los portafolios reúnen evidencias de los progresos, permiten acreditar aptitudes, visible para todos los docentes uso búsqueda laboral;
    • docente trabaja en comunidad;
    • didáctica centrada en desempeños entendidos como productos complejos que acreditan gradualmente lo disciplinar y las capacidades;
    • UC Híbridas. Todas las unidades poseen aula virtual en donde se desarrolla y registra lo trabajado;
    • nueva ética profesional docente. Responsable del aprendizaje óptimo de todos los estudiantes;
    • pedagogía basada en premisas del pensamiento complejo; conocimiento no lineal sino a través de proyectos integrados e interdisciplinarios.

     

    Pospandemia deberíamos poder:

    • Pensar las habilidades que nuestros estudiantes necesitan justo en crisis como esta.
    • La resolución creativa de problemas.
    • La Adaptabilidad a lo nuevo.
    • Centrar la interacción de alumnos, aunque no sea presencial, manteniendo conexión con discusiones, videos, colaboraciones.
    • Promover valores dominantes en las gestiones responsabilidad, solidaridad. Estabilidad emocional, fuerza de voluntad, espíritu de superación, paciencia La resiliencia también debe integrarse en nuestros sistemas educativos como eje de una formación humana integral.
    • Educación física , yoga, meditación.
    • Trabajar en equipo y tomar decisiones en equipo.
    • Tener fe y esperanza

     

    Opciones de comunicación

    Los jóvenes hoy han modificado sus modos de interacción, ya que los recursos tecnológicos abren otras opciones de comunicación, que no es lineal y que no es tan personal. Recobran una impronta sustancial las redes sociales y su pertenencia digital.

    Esta situación de Pandemia hizo que los jóvenes revaloricen ciertas costumbres que estaban algo desechadas.

    Valoran lo tradicional, pero se preocupan también  por buscar instituciones que demuestren actualidad e innovación.

    Se puede lograr brindar ambas opciones: conjugar lo tradicional, con enfoque actual para ser capaces de dar respuestas a las dimanadas de formación y profesionalización que nos demanda el futuro.

     

    Tecnologías digitales

    La experiencia presencial

    será más enriquecedora

    Ciertas capacidades, por su naturaleza, son difíciles de desarrollar virtualmente, ya que requieren del contacto social y emocional, tales como el liderazgo, la habilidad de adaptación, la creatividad, la versatilidad y la resiliencia mental.

    Por Rubén Chorny

     

    Esta es la línea central de pensamiento que desarrolla Melanie Machinea, directora académica del MBA y Executive MBA de UTDT, ante la consulta de Mercado.

     

    –La educación online, que venía a marcha lenta, experimental, y con presencia diversa según el ámbito educativo que atendiera, tuvo una aceleración brutal e irreversible en la cuarentena. ¿Cómo prevé en consecuencia que se reinventará la educación superior y cuál será el futuro de la enseñanza online?

    –Como en todas las actividades, la transformación digital en la educación superior es inevitable. Esto no quiere decir que las clases presenciales se verán totalmente reemplazadas por clases virtuales, sino que se incorporarán tecnologías digitales para hacer la experiencia presencial mucho más enriquecedora.

    También es factible un formato más híbrido, en el que algunos cursos son sustituidos, aumentados o complementados por tecnología. Al mismo tiempo, la educación virtual no es necesariamente generalizable a todos los contenidos. Hay algunas temáticas que son más “amigables” al aprendizaje online, mayormente las habilidades técnicas y cuantitativas.

     

    –¿Preocupa el avance tecnológico más que la reputación de la casa de estudios, si la ponderación se hace por los méritos en la enseñanza remota?

    –No, la reputación de la casa de estudios, su calidad educativa, el calibre de sus profesores y la calidad de sus graduados siguen siendo el aspecto primordial que cualquier alumno debería evaluar.

     

    –¿Cómo juega en este contexto acelerado por el confinamiento la demanda actual a la formación superior de parte de las empresas públicas y privadas de que haya una educación flexible capaz de adaptarse a los bruscos cambios culturales debidos a la disrupción tecnológica?

    –La aceleración tecnológica y la automatización de las tareas serán cada vez mayores y esta tendencia seguirá acentuándose a medida que evoluciona la inteligencia artificial. En este escenario, las empresas buscan profesionales que tengan la agilidad de poder transformarse y de aprender rápidamente para adaptarse a las demandas del mercado de trabajo del futuro.

    Ya no existe una opción segura de profesión, se sabrá sobre la marcha. Por lo tanto, para continuar siendo relevante de cara al futuro entorno de negocios, cambiante y en muchas ocasiones incierto, resulta imprescindible calificarse en aquellas capacidades que son resistentes a la inteligencia artificial, tales como el buen criterio, la creatividad, la comunicación, la persuasión y la inteligencia emocional.

     

    De lo presencial a lo virtual

    La sociedad ya no es la misma ni las personas aprenden igual

    Adaptar los formatos educativos, de manera que sean atractivos, motivantes, desafiantes, implicará que en el futuro se combinen propuestas presenciales, a distancia y blended.

    Por Rubén Chorny

     

    En la entrevista con Mercado, la conversación con María Eugenia Pérez, directora ejecutiva de la Escuela de Innovación del ITBA, transcurrió por estos carriles.

     

    –¿Podrán mantener su prestigio las altas casas de estudio que incursionen en la educación a distancia, o lo presencial seguirá siendo central en cualquier juicio de valor?

    –Los desafíos impuestos por el contexto que vivimos pusieron en jaque a organizaciones de todos los sectores, y la academia no es la excepción. Si bien el prestigio de las altas casas de estudios se construye a partir de más de una variable, el costo de llevar a la virtualidad las clases presenciales sin estar preparados puede guiar a las instituciones educativas a un terreno donde las reglas y parámetros no las favorecen.

    Aunque las propuestas en educación a distancia han crecido en los últimos años a través de diferentes plataformas e incluso en forma directa desde las instituciones educativas, la aceleración vivida este año en el pasaje de la presencialidad a la virtualidad ha sido un desafío enorme para toda la comunidad educativa de todos los niveles.

    De esta manera, la educación a distancia rompió fronteras geográficas, sociales y fundamentalmente mentales. La virtualidad en la educación es una realidad que se instaló fuertemente durante la pandemia y permitió a personas elegir capacitarse en casas de estudio a las cuales no habrían podido asistir en la presencialidad.

    Por otro lado, en lo que se refiere a educación ejecutiva, las universidades pudieron contar con alumnos de cualquier parte del mundo en sus aulas virtuales, lo que generó una comunidad mucho más amplia y con menos limitantes. La educación virtual es una realidad que llegó para quedarse; pero, cómo permanecerá, en qué formatos y niveles son algunas de las preguntas que aún nos hacemos.

    En mi opinión, esas respuestas las vamos a construir de a poco, mirando las necesidades futuras, entendiendo que la sociedad ya no es la misma y las personas no aprenden igual que antes.

     

    –¿Cómo juega en este contexto acelerado por el confinamiento la demanda actual a la formación superior de parte de las empresas públicas y privadas de que haya una educación flexible capaz de adaptarse a los bruscos cambios culturales debidos a la disrupción tecnológica?

    –El efecto del Covid aceleró procesos y cambios que se venían desarrollando lentamente. Las organizaciones, tanto públicas como privadas, venían apostando fuertemente a la capacitación de sus colaboradores, entendiendo que la formación profesional era clave para enfrentar los desafíos y alcanzar sus objetivos estratégicos.

    Adaptarse a los cambios es hoy en día una de las características fundamentales para poder encarar un mundo en constante evolución tecnológica que impacta y atraviesa a la sociedad en su conjunto.

    Una organización flexible, ágil y con una gran capacidad de adaptación estará mejor preparada en el futuro y podrá diferenciarse frente a otras.

    Una pieza fundamental para lograrlo es invertir en capacitación. Indudablemente, las organizaciones que podrán transitar con mayor éxito los desafíos son las que en la actualidad se vinculan de manera estratégica con instituciones educativas y generan propuestas de formación, con el fin de que los colaboradores puedan experimentar trayectos de capacitación que les permita mantenerse vigentes y actualizados en un mundo en constante cambio. El proceso de formación en las organizaciones se convierte así en una decisión estratégica.

     

    Parámetros de selección

    –¿Los estudiantes ponderan más, ahora online, la reputación y experiencia del ámbito en el que venían estudiando, o también indagan en aquellas instituciones de sólida reputación y experiencia en el uso de la nueva tecnología educativa?

    –Los drivers de decisión en la elección de una institución educativa son muchos. Pero el prestigio de las instituciones académicas y la expertise en la temática específica a abordar ,sigue siendo un factor preponderante al momento de elegir una casa de estudios. Dicho esto, es cierto que esta nueva realidad y la experiencia virtual vivida por los estudiantes este último tiempo ha modificado no solo la manera en la que se busca y se adquiere conocimiento, sino en dónde.

    Por otro lado, es importante tener en cuenta que la formación y la adquisición de nuevos conocimientos de manera continua es una realidad que en los próximos años se impondrá cada vez más. La desactualización de conocimientos, en gran medida impulsada por los cambios tecnológicos y la necesidad de adaptación a los mismos, también generará una demanda y necesidad de distintos formatos de capacitación. Lo que generará nuevos drivers de decisión en la elección de la institución educativa.

     

    Futuro de la modalidad a distancia

    Creció la oferta de materias y el intercambio en el exterior

    Hubo una incorporación masiva de estrategias de aprendizaje mediado por las tecnologías, como la gamificación, el invertido y el uso de aplicaciones para el desarrollo de actividades en entornos colaborativos.

    Por Rubén Chorny

     

    Temas sobre los cuales se explaya Daniel Galiani, director de Gestión Corporativa Escuela de Negocios UCEMA.

     

    –¿Qué implicaciones tiene en la educación superior la masividad del cambio tecnológico debida a las cuarentenas?

    –Para la universidad representó un gran desafío. La pandemia aceleró procesos que se venían dando y en solo dos semanas pasamos a tener toda la oferta íntegramente online. No se redujo un solo curso. Logramos no solo adaptarnos, sino también transformarnos con una presencia y acompañamiento muy fuerte a toda la comunidad.

    Esto implicó por supuesto trabajar fuertemente con el cuerpo docente desde todo punto de vista. Sabemos que no es lo mismo una clase presencial que una online, que hay que adaptar materiales y metodologías. Otra implicancia positiva fue que intensificamos, con buena respuesta de los alumnos, nuestra oferta de materias y programas de intercambio en el exterior.

    La virtualidad ha sido un factor muy positivo para tomar contenidos en Europa o Estados Unidos. También ampliamos nuestra propuesta de materias y programas con una mirada digital y de data analytics, junto a aquellas más soft que habilitan a un liderazgo con las habilidades que el mundo de los negocios y equipos requieren, más en estos tiempos.

    Todo esto, mientras mantuvimos otras funciones fundamentales de la universidad: investigar, formar a los docentes, evaluar, promover las actividades estudiantiles en un contexto atípico y mantener nuestra agenda de seminarios con la participación de embajadores, CEO, referentes y líderes de negocios.

     

    Excelencia académica

    –¿Qué va a suceder con la competencia por las matrículas entre las universidades y escuelas de negocios que tenían alguna experiencia en educación a distancia, con distintas plataformas tecnológicas, y la profundizaron, versus otras que hicieron por primera vez la experiencia?

    –En lo personal, creo que la persona que proyectaba hacer un MBA o MFin para 2021 seguirá ponderando la excelencia académica, vinculación internacional y corporativa por encima de los años de experiencia de las universidades en el dictado en tal o cual modalidad.

    Sin duda, vamos hacia un camino que nos conduce a una modalidad blend entre lo online y lo presencial, donde lo presencial será aún muy importante en el proceso. Estamos enfocados y trabajando en un concepto de aula “extendida”, no como el espacio de cursada sino como un proceso permanente en el que el docente genera experiencias de aprendizaje que escapan a las horas semanales de clase.

     

    –¿Compensará la modalidad online que permite atraer estudiantes que antes no podían captar, por distancia o compromisos laborales, la pérdida de matrícula que produjo el confinamiento en la enseñanza presencial?

    –A decir verdad nosotros no notamos una baja en las matrículas. Es más, los datos observados a partir de las matrículas de 2019 y 2020, muestran que la UCEMA en general, tanto en su propuesta de grado, posgrados y educación ejecutiva ha crecido sostenidamente.

    Incluso el ingreso MBA y MFin de junio pasado muestra un crecimiento interanual muy importante. Aun cursando un período muy volátil e incierto, en temas de salud y económico, las personas y empresas nos han elegido. Aclarado esto, la modalidad online permite expandir la propuesta al interior y otros países, y para ello hemos creado un Departamento de Educación a Distancia con el claro objetivo de crecer en la modalidad y diseñamos nuestro Sistema Institucional de Educación a Distancia (SIED) para ofrecer carreras oficiales 100% online en un futuro cercano.

    En síntesis, este 2020 trabajamos mucho para adaptarnos al nuevo contexto sin perder calidad académica, y creo que hemos tenido un muy buen resultado, lo que nos permite proyectar un gran 2021.

     

    Un modelo que ya no está vigente

    Transformación digital en todas las áreas universitarias

    La vinculación entre investigación y educación es lo que da a las universidades una ventaja competitiva frente a otros actores que ofrecen capacitación, pero que además, tienen aún que superar los obstáculos que la universidad ya tiene superados.

    Por Rubén Chorny

     

    “El nuevo escenario expuso en forma más evidente aquello que las universidades ya sabíamos: que el tradicional modelo de clase universitaria magistral en aula presencial exclusivamente ya no mantiene su vigencia”, explica Nora Lizenberg, directora del Departamento de Innovación Educativa en Universidad CAECE (miembro del International Council for Open and Distance Education con sede en Noruega, y magíster por la Universidad Nacional de Educación a Distancia en España).

     

    –¿Cómo ubica la actual transición que abarca desde un producto ultrasegmentado reservado a minorías a un elemento esencial en la experiencia de las universidades y posgrados?

    –La situación de pospandemia acelera las características que ya veníamos avizorando en el sector de la educación universitaria. El estudiante busca en cada etapa de su desarrollo profesional y laboral una propuesta formativa a la medida de sus necesidades y preferencias y por eso la universidad busca fidelizarlo a través de una gama de ofertas flexibles para cada etapa y con atención personalizada.

     

    ¿Qué va a suceder con la competencia por las matrículas entre las universidades y escuelas de negocios que tenían alguna experiencia en educación a distancia, con distintas plataformas tecnológicas, y la profundizaron, versus otras que hicieron por primera vez la experiencia?

    –Para lograr esto es imprescindible que la universidad promueva la transformación digital en todas sus áreas. La pandemia aceleró un proceso de transformación digital que las universidades ya habíamos encarado, pero que suma un cambio en la percepción de la experiencia de los estudiantes, docentes y demás usuarios. Al verse forzados a interactuar en línea, los distintos actores vencieron resistencias, revisaron preconceptos y realizaron aprendizajes en la práctica en tiempo récord. Esto permitió alcanzar segmentos nuevos, y allanar el camino para preparar nuevas ofertas formativas.

    Las universidades que tenemos una experiencia sólida en educación a distancia corremos con una evidente ventaja. La Universidad CAECE tiene más de 20 años de experiencia: fue la primera en ofrecer un posgrado a distancia, en la década de los 90.

    Esto nos permite saber qué es efectivo y que no en nuestros mercados de la educación a distancia tradicional y reconvertirlo a la nueva realidad pos-pandemia, en el contexto específico de nuestra región.

    Las condiciones de estabilidad y de acceso a conectividad, las preferencias de aprendizaje y el tipo de dispositivos desde el cual acceden quienes cursan modela la forma de distribución y vinculación entre estudiantes y docentes, y de ellos con la universidad.

     

    El valor de la reputación

    –¿Los estudiantes ponderan más, ahora online, la reputación y experiencia del ámbito en el que venían estudiando, o también indagan en aquellas instituciones de sólida reputación y experiencia en el uso de la nueva tecnología educativa?

    –Los estudiantes siguen fidelizados a la institución que eligieron por reputación y experiencia, pero observan con atención qué avances realiza la institución en su camino a la transformación digital a partir de la aceleración del proceso en el contexto de pandemia.

    En particular, ponderan muy positivamente el apoyo y soporte que reciben en su adaptación a estudiar en línea y a la adopción de estrategias de enseñanza y aprendizaje flexibles y dinámicas, más que al uso de productos tecnológicos sofisticados de difícil acceso en condiciones de conectividad de baja calidad o de provisión irregular.

    La universidad pos pandemia tiene como prioridades en el camino de su transformación digital incrementar la vinculación entre todos los participantes que aprovechen los entornos sociales en línea, flexibilizar las ofertas formativas en el mayor grado posible y aprovechar la trazabilidad dentro de los marcos éticos para ofrecer trayectos personalizados con soporte oportuno y efectivo.

    El desafío mayor es vincular la aceleración en la investigación y el desarrollo que generó la pandemia con la vinculación territorial a nivel regional.